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POV Narrador

No me pidas que me calme Oboro. - Nemuri habló agitada, caminando de un lado a otro.

Princesa, por favor. - la detuvo tomando sus hombros. - No puedes ir así de alterada.

Tengo... tengo que ir a-... - quería moverse, pero su pareja no se lo permitía.

No hasta que te calmes un poco. - habló serio. - Si vas así, harán preguntas y tú dijiste que no querías más preocupaciones hasta saberlo todo.

Lo sé, pero... - suspiró y se sentó en el sillón.
Sus cuerpo temblaba por el estrés y miedo causado por una de las pesadillas que tuvo. Esta era diferente.
No sabía muy bien lo que sucedería, pero aún podía escuchar un llanto de desesperación estando despierta y podía jurar que conocía esa voz.

Toma. - le extendió un vaso con té. - Espero que ayude. - lo recibió y se puso a su lado.

Gracias. - dijo en un hilo de voz, apoyando su cabeza en su hombro.
Se quedaron un momento así. La ayudó mucho el té y las palabras de Oboro, ponían sus pensamientos en otro lado. - ¿Ya podemos salir? - lo miró.

Te veo más tranquila, entonces sí. - mostró una pequeña sonrisa y besó sus labios. - Vamos. - se tomaron de la mano y salieron de la casa.
En el camino se toparon con Emi asi que decidieron incluirla en la visita. No dijeron nada pues su amiga ya sabía todo lo que pasaba por la cabeza de la azabache.
Volaron hasta las montañas y se adentraron a la villa de los gatos. Al encontrar la casa de su amigo, tocaron la puerta y esperaron a que abriera.
Para su sorpresa no fue Aizawa quien los recibió, sino Hizashi, quien tenía puesto solo sus pantalones.

¿Chicos...? - dijo bostezando y los otros solo se miraron entre si.

Íbamos a recogerte después de Shouta, pero parece que ya no es necesario. - Emi rompió el hielo y la pareja rió dándole un codazo.

Mh... - por otro lado al que buscaban recién se estaba levantando por el ruido que causaban. Se giró y encontró la cama vacía. - ¿Hizashi...? - se levantó, sacó ropa holgada de una de las cómodas y caminó por la casa. Cuando se encontró con la figura de su novio no dudó en abrazarlo por detrás. - ¿Porqué no regresas a la cama? - murmuró con sueño y ni se percató de que sus amigos lo estaban escuchando.

Buenos días a ti también. - bromeó Oboro y ahora si notó su presencia. Se puso completamente rojo.

Olviden lo que dije, esto no ha pasado. - lo soltó de inmediato y regresó por donde había venido.

Los tres chicos esperaron a la pareja sentados en la escaleras de afuera. Cuando salieron comenzaron a caminar juntos, ¿Su destinación?, ni ellos sabían, pero en palabras de Emi, "Por ahí".

Y... ¿La pasaron bien? - Oboro preguntó para fastidiarlos y a cambio recibió un golpe en la nuca por parte de la cola de Aizawa. Hizashi solo le susurró algo en el oído y el peli-azul sonrió hacia Shouta.

En serio, a dónde vamos. - el azabache cambió de tema.

Vamos a despejar nuestras mentes. - respondió Emi y la siguieron entre varios árboles llenos de nieve, al igual que el suelo. Todos pararon cuando ella lo hizo y vieron un castillo abandonado o al menos parte de uno, puesto que estaba destruido y con moho. - Lo encontré antes de ayer y me pareció genial. - se acercaron para explorar.

Se ve mejor que mis lugares secretos. - Oboro subió por las desgastadas escaleras y vio sus alrededores desde arriba. - Princesa suba a su torre. - le dio pase a su novia, quien lo miró riendo.

Esto es gigante. - Aizawa y Hizashi se pararon debajo de un gran arco de madera que tenía varias enredaderas colgando y flores en la parte inferior.

Que el Dios venga y me ahogue en las profundidades del arrecife. - desde la torre Oboro miró a sus amigos y usó sus dedos para enmarcar la vista. Todos lo miraron confundidos. - ¿Qué? ¿No saben que ese tipo de arco se usan en las bodas? - la pareja se miró de reojo y se pusieron rojos. Emi y Nemuri soltaron una fuerte risa al ver sus reacciones.

¿Aizawa Shouta aceptas a Yamada Hizashi como tu legítimo esposo? - Nemuri comenzó a bromear y Emi siguió haciendo sonidos de besos.

Cállate. - cubrió su cabeza con sus brazos y Hizashi se cubrió el rostro con las palmas de sus manos.

¡Nos avisan cuando se casen y me contratan para decorarla! - el peli-azul levantó su mano.

Parecen mis vecinas.

En realidad si estaban considerándolo, solo que no lo habían hablado porque no querían incomodar al otro.
Siempre sacando conclusiones antes de tocar más a fondo el tema.

En fin, entre broma y broma cambiaron de tema y llegaron a una conclusión. Este sería un lugar para reunirse todo el grupo, como su sitio de relajo, puesto a que el lugar era acogedor y más si tenían la iluminación adecuada.

Ah chicos casi lo olvido. - Emi se puso en frente de ellos mientras seguían su camino a casa. - Este fin de semana va a haber un festival en nuestra aldea y obviamente están invitados, ¿Pueden venir? - todos asintieron. - Vale, es de noche por cierto.

Puede que llegue algo tarde, pero es porque debo hacer de niñero, ¿Está bien? - dijo Aizawa y Emi asintió. - ¿Pasarás a recogerme? - miró a su novio.

Sabes que sí. - le sonrió y besó su mano haciéndolo sonreír de igual forma.

¿Vas a ir? - Oboro le preguntó en voz baja a Nemuri.

Para cambiar de aires. A ver si así pienso en otras cosas. - sacudió un poco su cabeza. - Me sentiré mejor.

Mientras estés bien, yo también lo estaré. - besó su mejilla y tomó su mano para seguir caminando.

Llegaron a la aldea del chico menor y lo dejaron junto con su pareja en su casa.
Antes de que pudieran entrar fueron detenidos por la azabache.

¡Chicos! - ambos la miraron y se quedó un momento en silencio. - Cuídense. - sonrió levemente y, por más de que estén algo confundidos por la repentina "preocupación", le sonrieron de vuelta.

Ustedes también. - dijeron al mismo tiempo, se despidieron y entraron.

Nemuri se quedó un momento parada mirando la casa. Tenía un nudo en la garganta y por su mente pasaban pensamientos negativos.

Debo entender estas pesadillas
antes de que suceda lo malo.

Our Happy Ending (Erasermic)Where stories live. Discover now