Capítulo 31

494 79 18
                                    

El día por fin ha llegado. Les agradezco la espera y paciencia que me han brindado estos meses. Antes de pausar la historia les prometí un maratón y aquí lo tienen. Disfrútenlo.💗

Maratón 1/?

Narrador omnisciente.

En una oficina, en algún lugar de Bangkok, un joven de cabellera negra estaba editando la primera plana que saldría al día siguiente. Una foto que mostraba a dos personas dándose muestras de cariño había llegado de manera anónima y era digna de aparecer en la portada.

-Mañana será un gran día. -dijo después de mandar a imprimir el documento.

Narra Gulf.

-¿Y ese girasol?

-Nos lo regaló mi madre.

Es lunes por la mañana. Han pasado tantas cosas últimamente que apenas me estoy percatando que hay un girasol grande y muy hermoso adornando la casa. Hay una maceta decorada con tonos dorados y marrones que lo contiene, encaja tan bien con el ambiente que se camufla en el.

-Es muy hermoso.

-Si, dice que es el símbolo de nuestro amor. Me encargó cuidarlo mucho para que nunca muera.

-¿Es posible preservar tanto tiempo un girasol?

-No estaba hablando del girasol.

Yo estaba lavando los trastes después del desayuno. Mew estaba en la mesa limpiando las migajas que quedaron, Chopper y Horacio se la pasan jugando plácidamente por toda la casa. De repente, siento una mano rodear mi cintura, sus finos dedos me sujetan firmemente y me pegan a su cuerpo.

-¿No es muy temprano aún?

-Para besarte no hay un horario.

-A veces siento que quieres devorarme.

-Es cierto, pero me contengo.

-Idiota.

-Pero soy tu idiota.

Giré mi cuerpo para quedar frente a él. En sus ojos puedo ver mi reflejo y hay un brillo que los ilumina todos los días. Sus facciones son tan perfectas que no me cansaría de mirarlo todo el día, incluso toda mi vida. Esa media sonrisa que forman sus labios es la que me quita la cordura y manda a la mierda mi autocontrol. Inclino mi cuerpo hacia el suyo y uno mis labios con los de él, la sensación es tibia y relajante, pero al mismo tiempo parece que no nos hemos besado desde hace años y estamos rogando por el más mínimo roce del otro.

Ya no había nada más alrededor, ni los sonidos de las patitas de Chopper sonando contra el piso, los maullidos de Horacio desaparecieron y la luz parecía opacarse poco a poco. Sumidos en una oscuridad casi absoluta; una oscuridad en la que sólo brillamos nosotros.

-¿Te he dicho que te amo?

-Si, todos los días.

-Es que esas cinco letras no describen todo lo que siento por ti, a tu lado se vuelve casi inservible.

-¿Entonces me lo dirás varias veces al día para intentar llenar ese espacio?

-Más que decirte algo, prefiero demostrarlo con mis acciones.

-¿Qué acciones?

-Todas las que te puedas imaginar.

[...]

Narra Somchai.

Desde aquel encuentro con mi socio y amigo he decidido ejercer un poco más de presión sobre Gulf para que acepte de una vez por todas el trato. De lo contrario, tendré que recurrir a mi plan inicial. Hoy será un gran día.

DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora