Cállate/Cállame BL

Parte 40: ¿Enfadado?

No sé qué hora es, pero cuando abrí mis ojos y vi el pecho desnudo de Allan, simplemente me giré evitando el contacto con su cuerpo. Yo pensaba que todo este tiempo estaba abrazado a mi hijo, así que le di la espalda mientras que él soltaba cierto suspiro frustrado y ciertamente enfadado.

–Deja de ignorarme– me dijo abrazándome por la espalda.

Se sentía bien ser envuelto por sus brazos, no quise quitarlos, pero tampoco respondí sus palabras, más bien me acomodé en la cama sintiéndome débil, pero al menos no me dolía nada, al contrario, sentía que mi cuerpo regresaba a su metabolismo habitual.

Es normal que me sienta débil, no he comido nada en todo el día, por ello incluso pensé en levantarme y bajar a la cocina con tal de prepararme algo, aunque me daba mucha pereza, quería quedarme en la cama un poco más, me gusta cuando me abraza, sentir su pecho desnudo también me gusta mucho, pero luego recordé que rechazó mis labios, así que lo alejé con tal de levantarme.

Antes de bajar a comer, me metí al baño con tal de ducharme otra vez, creo que mientras dormía la fiebre me hizo sudar, así que me sentía sucio y quería limpiarme. Estaba haciendo todo lo que suelo hacer por las mañanas, ahora mismo no tengo sueño, creo que son las ocho, así que opté por la opción de ser productivo y hacer todo aquello que no hice durante el día.

Cuando bajé al primer nivel, me dirigí a la cocina y comencé a prepararme algo delicioso con lo que pudiera recuperar mis energías, aunque claro, no podía olvidar mis pensamientos que deseaban ir con Allan y acurrucarme en su pecho. Pero no, debo ser fuerte y suprimir mis deseos, debo al menos hacerme el difícil.

Ag... pero quiero besarlo, realmente quiero besarlo, se podría decir que estoy siendo demasiado infantil por mis deseos de besarlo.

Joder... es difícil ignorarlo, yo disfruto mucho de su compañía, de hecho, cuando bajó y se sentó en el taburete de la isla, me emocioné de cierto modo. Podía sentir sus ojos clavados en mi espalda, cada uno de mis movimientos eran observados por él, aunque no me decía nada.

Estábamos en silencio, incluso cuando terminé de prepararme la comida, me esperó pacientemente a que me la comiera y hasta acarició mi cabello en el proceso.

Él estaba logrando que mis ganas de besarlo aumentaran, la tentación era casi sofocante, pero debía fingir ser un poco más difícil.

Allan se enfadó conmigo por haber coqueteado con sujetos que claramente no me interesaban y aun cuando le dije que todo mi cuerpo era suyo, me rechazó. Obviamente debo castigarlo por desconfiar de mí.

–En serio, para– me dijo al cabo de una hora cuando regresamos a la habitación.

Yo lo miré, me crucé de brazos y simplemente lo observé pensando en un método de castigarlo sin ignorarlo. Sin duda una traviesa solución pasó por mi cabeza y no pude evitar lamer mis labios viéndolo con malicia.

–Tócate– demandé.

–¿Qué? –soltó un poco aturdido.

–Sólo así te perdonaré– le dije con una sonrisa.

–Pero no hice...–trató de decir, por ello me giré ignorándolo otra vez– está bien, está bien– accedió, así que me giré de inmediato– ¿no me prestas tu mano? –me preguntó.

–No, sólo miraré y si lo que veo me gusta, entonces pensaré en perdonarte– le aseguré.

Allan dejó escapar cierto suspiro agobiado, mientras que yo me emocionaba por la idea de verlo en esta manera. Yo he hecho muchas cosas humillantes por él, así que esto sin duda me emocionaba.