Otra noche más, queriendo ser el vampiro del cuento, ese que transformado en murciélago, entra en tu habitación para chupar tu sangre.
Otra noche más, queriendo ser ese amante, al cual tu te entregas en cuerpo y alma, total y desenfrenadamente.
Otra noche más, queriendo ser ese que se mete en tu cama, el que se enreda en tus piernas, el que muerde tus labios y después besa tu boca.
Otra noche más, queriendo ser ese genio, que te concede deseos inimaginables, ese que cumpla todas y cada una de tus irrefrenables ansias de amar.
Otra noche más, el insomnio, me hace divagar entre lo real y la fantasía, pues tu piel jamás será tocada por este pobre loco soñador.
Otra noche más, soñando con tocar la luna, agarrar estrellas para hacerte un collar con ellas.
Otra noche más, queriendo ser, ese ser, que te mande al infinito, el que te haga gritar de placer, ese que envuelto en tus sabanas no quiera despertar, para que no vea que todo fue un simple sueño nada más.
Otra noche más, intentando ser ese que con letras te haga sentir orgasmos multitudinarios, ese que con palabras te llene de sastifacciones, sin necesidad de tocarte.
Otra noche más, queriendote contar un cuento de las mil y una noches o tal vez de ese gran Maquiavelo, intentando tal vez y solo tal vez contarte un cuento de amor, de esos que tienen un final feliz.
Otra noche más, queriendo intentar enamorarte, con letras y palabras sin poder lograrlo.
Otra noche más, intentándolo, otra noche más, esforzándome, otra noche más, el insomnio y esa cerveza me hace hablar de más.
Otra noche más, queriendo ser ese Romeo que a tu balcón declama con pasión un poema de amor.
Otra noche más, queriendo estar en ese callejón del beso, ser ese romance intenso, más solo es otra noche más con insomnio, que más da si solo es otra noche más.
