❝𝗡𝗘𝗜𝗚𝗛𝗕𝗢𝗨𝗥❞ DREW STARKEY ©

21. bar

LA MÚSICA ERA TAN BUENA QUE APENAS PUDE AGUANTAR unos quince minutos antes de comenzar a mover ligeramente mi cuerpo junto a la barra. No me había movido de allí ni por un segundo, observando todo a mi alrededor mientras Vera coqueteaba con un tipo que conoció ahí mismo. De todas formas no estaba sola.

Óscar estaba conmigo. Aquel joven apenas un año mayor que yo me había sacado varias carcajadas en un corto periodo de tiempo, carcajadas que me dejaron el estómago adolorido. Era un chico amable y bastante simpático, tenia una sonrisa de dos hoyuelos que lo volvían notablemente más atractivo ante mis ojos.

Estaba pasando un muy buen momento con él, incluso creí haber olvidado a Drew, pero como siempre él debe regresar a mi cabeza.

─oye, el chico ese de la otra noche...─

─el que te cerró la puerta en la cara?─ me llevé un maní a la boca, mientras recordaba aquel vergonzoso momento donde Drew fue menos amable que nunca antes.

─si, él...es tu novio?─ preguntó con cierta timidez.  Fruncí el ceño y dejé mi vaso sobre la barra.

─no tengo novio─ me apresuré a asegurar, e incluso pude percibir como suspiró aliviado. Sonreí inconscientemente, Óscar llegaba a considerarse adorable.

─bien, okay, eso...suena bien─ murmuró, asintiendo con la cabeza. Sentí que tenia que tomar la iniciativa por una vez y me atreví a agarrar su mano lentamente.

─quieres bailar, Óscar?─ pregunté, levantando una ceja. Una extraña sensación de poder me invadió en cuanto lo vi tragar saliva ansioso, jamás había puesto tan nervioso a alguien hasta este momento.

Asintió frenéticamente y tomó firmemente mi mano para comenzar a dirigirme a la pista. No iba a mentir, estaba nerviosa, porque jamás había bailado en un lugar con tantas personas posiblemente viéndome, mucho menos con un chico puesta atención estaba en mi.

Juntos llegamos a la pista y lentamente comencé a desenvolverme. Al principio solo me movía al ritmo de la música mientras tarareaba la canción, pero con el pasar de los minutos mis caderas tomaron control propio y empezaron a menearse de una forma impropia en mi. Óscar parecía tan tímido como yo al principio, pero luego agarró confianza y se permitió ubicar sus manos en mi cintura, sincronizando nuestros movimientos.

Me sentía más viva que nunca, con la emoción desprendiendo de cada poro de mi piel. Tal vez eso de explorar nuevos horizontes era mejor de lo que pensaba. Ni siquiera me importaba el sudor o la insistencia de las personas por permanecer todos pegados entre sí. Lo estaba disfrutando demasiado como para preocuparme por cualquier cosa.

Pero claro que en algún momento iba a cansarme, como todo humano normal.

─Óscar iré a la barra, necesito algo de beber─ le avisé.

─voy contigo─

Y nuevamente juntos volvimos al lugar donde comenzamos a platicar. Vera estaba allí, besándose desaforadamente con aquel desconocido, y me alegré por ella porque parecía estar disfrutándolo.