T3 CAPÍTULO 2

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Atención, este capítulo tiene contenido sensible y será muy explícito en algunos aspectos desagradables, si no puedes tolerar esto saltate el capítulo o ve a la parte final.

Una luz que se apaga

En la habitación de una castaña en la mansión del peliazul que la había secuestrado se podía ver a esta vestida con un vestido café con flores que adornaban este, sin duda era un vestido hermoso que le hacía verse más hermosa que de costumbre.

La castaña estaba realizando ejercicios para fortalecer sus músculos y poder volver a tener la fuerza de antes para escapar de ese lugar, debido a la atrofia de sus músculos por el tiempo que había pasado en coma no había podido escapar pero pronto no sería así.

Uraraka: *¡Solo un poco más Izuku, yo te salvaré esta vez! ¡Te lo prometo así que solo esperame un poco más!*

La puerta de su habitación se abrió mostrando a un peliazul el cuál se veía bastante feliz de tener a la castaña en su casa.

Iida: No sabes cuanto tiempo espere para esto, desde que íbamos en la UA estuve enamorado de ti y ahora vivimos juntos amor

Uraraka: ¡No me vuelvas a llamar así bastardo! ¡Solo Izuku Midoriya me puede decir de esa manera! ¡Mi verdadero novio y futuro esposo, en cuanto me largué de este lugar iré a retirar los cargos y podremos irnos de esta estúpida ciudad!

Iida: ¿Por qué no podría llamar así a mi amada? Después de todo jamás te iras y te quedarás aquí para siempre

Uraraka: No cuentes con eso idiota...

La castaña se levantó mostrando que ya podía permanecer de pie, esto molesto a Iida el cual se acercó y la tomó de los hombros para sentarla en su cama fácilmente, Uraraka de un manotazo quitó las manos de peliazul mostrando una cara de asco.

Uraraka: Tampoco me toques, solo Izuku puede hacerlo

Iida: Si no te puedo tocar ¿Cómo se supone que tengamos hijos?

Uraraka: ¿Qu-Qué? ¿De qué mierda estas hablando?

Iida: Tu serás la madre de mis hijos Ochako, y prepárate por qué hoy tendremos nuestra primera noche de pasión

Dijó con una sonrisa enfermiza el de lentes para después irse dejando a la castaña con miedo y unas ganas de huir del lugar lo más pronto posible.

Mientras el peliazul no estaba en la habitación, Uraraka comenzó a buscar una forma de escapar, quería irse antes de que este volviera y la violara, las horas pasaba y el tiempo se le agotaba, Iida había pensado en todo.

Estaba en un segundo piso además de que las ventanas estaban cerradas y tenían protección de hierro con un patrón imposible de pasar, las puertas eran demasiado gruesas para poder romperlas y tenían una llave especial, ni siquiera podía salir de la habitación.

Esto llenaba de pánico a Uraraka la cual cada vez sentía que su ansiedad aumentaba, después de unas horas escuchó como alguien abría la puerta quitando el seguro.

Su miedo fue tanto que no pensó dos veces en aprovechar esto y corrió como pudo para empujar la puerta con toda su fuerza, gracias a esto tiró a la persona detrás de esta teniendo via libre para correr y tratar de escapar.

Esto es su culpa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora