Capítulo 7

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Capítulo 7

Rubí

Kart tenía todo planeado, esto iba a ser el fin de todas las malas decisiones que había tomado, y el inicio de mi vida. Diana había llamado otra vez, quería que nos reunamos en una semana; mientras tanto, no sabía qué hacer.

Dos días ya, Alexa y Kart se estaban encargando del cargamento, sus hombres llevaban armas por doquier. Me había sentido algo mal estos días pero no le di importancia, teníamos que salvar a D, todo iba a salir bien... O eso esperaba.

—El cargamento ya está listo. —anuncia Kart.

—¿Cargamento de qué? —pregunto.

—Droga, ustedes entran ahí. Nadie revisará, supongo. Hemos averiguado bastante, si el lugar al que vamos es la sede principal, nos estacionaremos en el sótano, allí en algún lado debe estar Dominus. —Alexa me contesta.

—Bien...

Kart y Alexa habían trabajado más juntos que nunca antes, siempre tenían ligeras discusiones, aunque en cada ocasión las solucionaban. Me recordaba bastante a Dominus y yo.

—Creo que tengo que ir por comida, tanto de esto me está doliendo la cabeza. ¿Tú quieres algo? —pregunta Jane. Siempre estaba atenta a los planes, pero adoraba ese sillón, en el día apenas y se despegaba de él.

—No, no quiero nada. —Jane se levanta y va a la cocina, Alexa y Kart se sientan a mi lado y empiezan a seguir hablando, me alejo de ellos al sentirme algo agobiada de oír sus voces.

—¿A dónde vas? —me pregunta Alexa.

—Creo que buscaré comida, no lo sé.

—Comete a Arthur. —sugiere Kart, y siento cómo el calor sube a mis mejillas inmediatamente.

—¿Yo qué? —Arthur aparece bajando las escaleras y el calor aumenta aún más.

—Nada... —Kart aguanta las ganas de reírse, Arthur lo ignora y se acerca a mi lado —¿Te sientes bien?

—¿Yo? Sí, ¿por qué preguntas?

—Estás roja.

—Eh... Sí, es que hace calor, yo voy a refrescarme un poco.

Camino al fregadero de la cocina, Jane estaba agarrando una botella de vino, hace una seña con la cabeza ofreciéndome. Asiento y saca otra botella para mi.

¿Por qué no?

Agarro la botella y le doy un gran sorbo, quizá necesitaba esto.

Nop, no lo necesitabas.

Adiós vino, lo había vomitado todo en el suelo. La lógica explicación era el miedo, estaba aterrada desde que todo esto era en serio, desde que me enteré que Dominus estaba vivo, y cada que despertaba las náuseas me acompañaban, la ansiedad me estaba matando.

—Ugh, esto es asqueroso —dice Jane.

—¿Qué ha pasado? —pregunta Alexa, entrando a la cocina.

—No me siento muy bien.

—Yo no voy a limpiar eso. —Jane se va caminando como si nada hubiera pasado y Arthur solo me mira.

—Rubí, vamos arriba. —Asiento, subimos a la habitación. Durante estos dos días habíamos dormido juntos, sentía una especie de presión en mi pecho, una especie de señal que me decía que todo iba a salir mal, y eso me estaba consumiendo.

Me fui al baño a lavarme el rostro y cepillarme los dientes, la cabeza me estaba matando y necesitaba un descanso, si no lo hacía, probablemente terminaría muerta, aunque no estaba segura si lo estaría por mucho tiempo.

Sed de sangre [Libro #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora