Capítulo 9

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–¿Adónde vamos Jennie? –le preguntó Lisa.

–A un lugar llamado The Hotel. ¿Lo conoces?

–¿El hotel?

–Sí.

Lisa volvió a estirarse el vestido.
–¿Te alojas sola allí?

–Umm. No quería volver a Londres después de la cena y, además... –dijo Jennie, mirándola por el retrovisor– me voy a tomar el alojamiento como una misión personal.

Quiero ver cómo es la competencia local. Acaban de contratar a una cocinera internacional con una estrella de reconocimiento y quiero ver qué tienen en la carta.

A Lisa no le interesaba lo más mínimo la comida, ni la cocinera, y sospechaba que a Jennie, tampoco.

Porque dijese lo que dijese, lo cierto era que la estaba llevando a su hotel. ¡Y era evidente que pretendía seducirla y acostarse con ella!

Bajó la vista a su delicada figura Jennie sin duda venía vestida con ropa de marca provocadora. ¡Por supuesto que esperaba acostarse con ella! Era una mujer seductora y la atracción entre ambas había sido evidente desde el principio. ¡No se la iba a llevar a su hotel a charlar!

Pero a Lisa le decepcionó que fuese a hacerlo de manera tan... obvia.

A pesar de tener dudas acerca de la cita, había esperado que al menos se conocieran más.

¿De verdad pensaba que se iba a acostar con ella solo porque había aceptado que la invitase a cenar?
Si era así, Jennie Kim iba a llevarse una buena sorpresa porque la dejaría plantada a la mitad de la cita.

Perdida en sus pensamientos, y buscando una manera de escapar de la cita. Lisa casi no se fijó en lo que la rodeaba hasta que el carro se detuvo en el aparcamiento trasero del hotel, junto a otros carros caros.

Siguió a Jennie hasta la recepción, donde todo el mundo parecía conocerla, y luego las condujeron al jardín que había en la parte de atrás.

Allí, las mesas estaban puestas de tal manera que parecía que hubiesen improvisado un picnic.

El sitio tenía un aire cálido que contrastaba con las copas, en tono rubí, esmeralda y ámbar.

El ambiente olía a flores  y había velas por todas partes.

A pesar de sus reservas acerca de aquella velada, o de que su llegada hubiese despertado el interés de las demás personas a su alrededor , Lisa miró todo encantada.

–Oh, el lugar sin duda es precioso –comentó Lisa en voz baja.

–¿No habías venido nunca?

–No, nunca.

Jennie oyó un toque de nostalgia en su voz mientras se sentaba y, una vez más, se preguntó por qué a veces parecía tan perdida.

Como si de repente se encontrase sola en el mundo, con un montón de problemas sobre los esbeltos hombros.

¿Qué habría ocurrido para que Lisa fuese así?

Esperó a que a ambas les hubiesen tomado nota y a tener champán en las copas para apoyar la espalda en la silla y observarla.

Las luces de las velas hacían sombras en la pálida piel de su delicioso escote.
–Bonito vestido –murmuró Jennie.

–¿De verdad?

–De verdad. Y bonito color. ¿Lo compraste a propósito para que hiciese juego a contraste con tus ojos?

Lisa sonrió. Había comprado la tela porque estaba muy barata.
–La verdad es que no lo he comprado, me lo he hecho yo misma.

Falso Honor (Adaptación Jenlisa G!P)Where stories live. Discover now