Capítulo 11

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Maratón 3/3 

¡Final del maratón! Espero que os guste.

El motor de la moto de Steve resonaba bajo el edificio. Él sostuvo al hijo de Natasha y subieron hasta su piso. Natasha se había quedado apoyada sobre la pared del ascensor, con la mirada perdida en el suelo de éste.

Entonces sonó el típico ruido de los elevadores al llegar al piso deseado, salieron, y Steve forcejeó consigo mismo para poder sacar las llaves de la chaqueta.

–No hace falta que cargues con él. Puedo sujetarlo yo.

–Estás demasiado agotada de la fiesta, no te preocupes —Finalizó él, consiguiendo meter las llaves en la cerradura, haciéndolas girar.

Se adentraron en el apartamento, donde se abrieron paso hasta el salón.

Steve depositó al niño en el sofá, y le pidió a la pelirroja que le alcanzase la manta situada en uno de los cajones. La extendió a lo largo del diminuto cuerpo del pequeño, y se giró a la madre, quien se lanzó hacia él, provocando que cayesen hacia atrás, golpeando contra el suelo.

Natasha colocó su mano tras la cabeza de Steve, para amortiguar el golpe, y acariciar su pelo ictérico. Se aproximó más a su rostro hasta que sus narices se rozaron.

Jugaron, jugaron al cíclope, mirándose confundidos.

Rogers estaba aturdido por el momento. ¿Qué ocurría? ¿Natasha realmente lo sentía? ¿O era puro despecho?

La mujer acortó la distancia entre sus labios, y dejó que el aire se mantuviese entre las dos bocas, sin escaparse. Se movía lentamente, y con sutilidad. Le presionaba contra sí, queriendo sentir algo. Cerró los ojos y apretó más. Rogers se levantó, sin apartarse de Natasha, quien le empujó contra la pared, todavía besándolo.

El ósculo era duradero y consistente. No obstante, no le producía nada a la pelirroja. No sentía nada, y presionaba, y presionaba... Imposible.

Se separó, creyendo que había sido por ella, pero no, había sido Steve, quien la sujetaba por los antebrazos y la separaba con cautela.

–Natasha... Yo no quiero hacer esto.

Ella se separó, y pestañeó para no dejar paso a las lágrimas. Negó con la cabeza, sin comprender.

››Natasha... Estás con Banner, y tienes un hijo. No me parece correcto, ni justo. Ni para ti, ni para mí, ni para él —Señaló al pequeño, todavía descansando en el canapé.

La mujer se mordió el labio inferior, y asintió.

Steve le propuso olvidar aquello, y que continuasen descansando. Le dejó dormir en su cama, y él durmió en el sillón donde se había sentado Nick Furia con anterioridad.

***

La mano de Bruce pasó por su pelo oscuro, humedecido por el sudor. No podía dormir. Ni Natasha ni su hijo habían llegado todavía, y era la una de la madrugada.

Se dirigió al laboratorio, y cogió el teléfono de emergencia. Marcó el teléfono de su amigo Tony Stark, y esperó a que lo cogiese. Temía que si llamaba a Natasha, ésta le colgase, o algo parecido...

–¿Banner?

–Sí, soy yo. Quería preguntarte algo.

–Empezamos el sábado. Tráete una bata, que a lo mejor nos ensuciamos o algo.

–No, no es eso —susurró, ocultando su temor –. Natasha y el pequeño todavía no han llegado. ¿Están allí?

–Se fueron a la misma vez que todos. Dos horas después de que te fueras —Bostezó.

Bruce se mordió con fuerza el labio inferior, reprimiendo un grito.

Ante el silencio de su amigo, Stark añadió:

›› Pero, están bien, se fueron con Capipaleta.

***

Beauty and the Beast [Natasha Romanoff x Bruce Banner]Where stories live. Discover now