Capítulo 26

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Los dedos de Stark se movían rápidos sobre la superficie de la mesa.

–Vamos, J.A.R.V.I.S. Puede que Bruce esté desatado. Tenemos que encontrarlo —Le dijo a su asistente virtual, con una preocupación poco habitual en él.

–Como desee, Señor.

Entonces, se activó un sistema de activación de satélites que comenzó a analizar el enorme parque en busca de Bruce... o de Hulk.

Pepper, apoyada en el umbral de la puerta, entrecerraba los ojos, mientras observaba la pantalla, al igual que el millonario.

–¿Estás preocupado por él? —demandó, con un tono neutral en su voz.

Pasó por lo menos uno o dos minutos antes de que el hombre respondiese.

–Sí. No veas la que lía él solito —respondió –. Así que llaman al tío que pone la pasta y que tiene las cosas más impresionantes para resolver sus problemas —añadió, con soberbia, para tratar de ocultar sus inseguridades.

La rubia cobriza se separó de la entrada y se encaminó hacia su pareja, masajeando sus hombros.

–No lo pases mal. Natasha sabrá cómo arreglarlo...

Stark se volvió, bruscamente, y la miró.

–¿Y si no? Natasha está tan agotada como Bruce después de que el grandullón aparezca. Y encima tienen al niño.

–¿Nicholas? —inquirió ella, sin comprender.

–Sí. Él. El pequeño me cae muy bien, y es mi ahijado; pero, admitámoslo, los niños son una carga.

La expresión en el rostro de Pepper se ensombreció a la par de que quedaba sobrecogido.

El empresario y filántropo se giró, aunque Potts se dobló sobre su cuerpo y estiraba el brazo para afianzar el posabrazos del cómodo sillón, pretendiendo tornar a Tony, para encararle.

–¡Debería darte vergüenza! —clamó, enfurecida.

Él, sin entender nada, se reclinó hacia atrás, algo atemorado por su repentino cambio de humor.

›› Nos necesitan y tú te dedicas a quejarte, cuando, si acaso, deberían hacerlo ellos. ¡Nicholas es lo mejor que les ha pasado! ¡Son felices gracias a él!

Tony intentó no dejar escapar una carcajada a la vez que una sonrisa torcida asomaba por su cara.

La mujer lo miró y replicó:

–¿Es todo una broma para ti?

Stark se levantó de la silla, despacio, y evadió al cuerpo que se cernía sobre él.

–Pepper Potts, esos que crees que son tan felices... Tienen problemas muy serios.

Y ahí se quedaron. De pie en la sala, mirándose el uno al otro. Argumentando sobre la desgracia, o felicidad de sus amigos. Aquellos quienes requerían de su ayuda porque estaban muy perdidos. Tal vez el amor no podía soportarlo todo. Tal vez aquello había dejado de ser amor... Nadie podía asegurarlo, siquiera las brillantes mentes de tales entidades que eran Bruce Banner y Anthony Stark.

Éste se lamió el labio.

Ella apretó los dientes. Quería replicar, pero, ¿qué diría?

Stark dio un paso, y justo cuando fue a abrir la boca, un sonido casi angelical sonó.

–Señor, el escáner ha sido completado —anunció J.A.R.V.I.S.

La pantalla se volvió a iluminar y apareció el análisis de Central Park.

–Gracias, J.A.R.V.I.S —Admiró la pantalla, y señaló un punto concreto –¡Ahí! ¡Ahí está Bruce! —Se giró a Pepper –¡Rápido, llama a Romanoff!




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Beauty and the Beast [Natasha Romanoff x Bruce Banner]Where stories live. Discover now