Parte Dos

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-"Se dice que el conocimiento vence el miedo, pero en ocasiones la experiencia es digna combatiente".

El líder de la secta Jiang se encuentra dando vueltas por toda su habitación como una fiera enjaulada, el sol se ha escondido hace algún tiempo y mandó al diablo a los jóvenes discípulos que le habían llamado para la cena, Lan XiChen no se ha atrevido a tocar su puerta y muy silenciosamente lo agradece.

No sabe como podría reaccionar o con que cara le vería luego de eso, de tan sólo recordarlo un sentimiento asfixiante se instala en su pecho y busca hundirlo en las profundidades de su autodesprecio. Una venenosa voz le canta una agria melodía en el oído, recitándole lo que él desde hace mucho sabe.

"No eres suficiente..."

Claro que no lo es, enamorarse tan perdidamente de Lan XiChen como una de esas doncellas que le lanzan flores cada que bajan al pueblo no estaba en sus planes, al principio, sólo quiso brindarle un poco de alivio y algo de impulso para salir de ese pozo sin fondo en el que se encontraba, no había nada que él mismo ya no hubiera vivido.

Estuvo en su lugar un par de veces y aunque todavía no logra cicatrizar ciertas heridas, quiso demostrarle su apoyo y decirle que no estaba solo como él creía, que el mundo no sería un lugar mejor si él desaparecía. Realmente creyó haber hecho algo bueno cuando lo vio salir de su reclusión después de unos largos años.

No supo cuando sucedió, pero los pequeños avances del Lan se convirtieron en los suyos propios y en un abrir y cerrar de ojos, se reunían una vez cada quincena para tomar el té y sólo hablar como amigos. Pero Jiang Cheng se dio cuenta de que estaba perdido desde el primer instante en que lo vio sonreír luego de lo sucedido en el templo GuanYin.

Aunque solamente era una fina línea en esa piel de porcelana, con una pequeña curva en la comisura de sus pálidos labios, no era igual a esas sonrisas frescas y brillantes, no, esta se veía tan roto y triste al mismo tiempo, algo tan indescriptible, tan poco común, tan... tan hermoso.

"E inalcanzable..."

Supo desde ese momento de que él sería capaz de asesinar a quien se atreviera a hacerle daño, aprendió a lidiar con sus suaves tratos y halagos espontáneos y sin siquiera esperarlo, las tardes sentados en el Hanshi se convirtieron en sus favoritas a tal punto de que cada que se acercaba la fecha de verse, se sentía ansioso y emocionado.

Aprendió a vivir más de una década sin saber que era esa clase de sensación y sentirla de un momento para otro fue como si le hubieran azotado con su propia arma espiritual. Jiang Cheng se sentía en frenesí y rápidamente comprendió que entre más tiempo pasase junto a ese sol naciente, querría más y más de esa abrumante calidez.

"Pero Lan XiChen no puede dárselo..."

Así que aprendió a guardarse todas y cada una de esas emociones, ocultando sus sonrojos cada que su manos se rozaban y tratando de acallar el agitado palpitar de su corazón cada que el mayor se encontraba muy cerca. Era tan malditamente agotador que llegó un punto en que decidió distanciarse.

Ahogándose con pilas y pilas de papeles tanto de su secta como de la secta Lanling Jin, poniendo como excusa cualquier idiotez para aplazar sus encuentros, tardándose días en incluso responderle a sus cartas, se encontraba agotado de muchas maneras y lo último que necesitaba era algo como con lo que están lidiando. El simple pensamiento le hace doler la cabeza, como si se hubiera golpeado contra la corteza de un árbol múltiples veces.

- Necesito alcohol... - Suspira, sosteniéndose el entrecejo.

Y ni bien dijo eso, un estruendo se hace escuchar en su puerta y en menos de un segundo Wei WuXian se encuentra de pie en su habitación, dejándolo completamente atónito.

Esperé Por Ti (XiCheng)Where stories live. Discover now