DIECISIETE

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DONGHAE

Doy una vuelta de trescientos sesenta grados para que mis amigos me vean.

—Eso está mejor —asiente Heechul—. No entiendo cómo has podido llevar esta cosa durante tres meses.

—No es una cosa, son los pantalones del capi.

Y tampoco los he llevado durante tres meses. En el barco lavamos la ropa cada cierto tiempo y todos, incluso yo, tenemos varios recambios. No sé cómo serán otras tripulaciones, pero la nuestra es bastante limpia.

—Pues volverán a ser de él cuando estén limpios —los lanza a un rincón—. La camisa te la puedes quedar, pero me parece que deberías empezar a usar la ropa de Wook.

—A mí me parece bien —dice el aludido. Está parado frente a su espejo, dudando entre una camisa blanca llena de volantes y otra totalmente recta— Mientras Capi no se enfade.

—No se enfadará por esa estupidez. Hasta él entiende que Donghae debe vestir con ropa que le quede bien y sea cómoda para él, no con una cuerda atada a la cintura.

—Si no dudo que entienda eso. Solo digo que se enfada cuando otra persona lo llama "principito", así que puede que también se moleste si deja de usar su ropa. Resulta que es el del tipo posesivo, ¿lo sabías?

Al final Ryeowook elige la camisa con volantes y se la pone, cubriendo su torso lleno de cicatrices. Me sonríe con su reflejo mientras se la abotona. Yo le respondo antes de volver a centrarme en Heechul, que me mira pero no me ve. Sus ojos están fijos en mí, pero estoy casi seguro de que sus pensamientos han salido del barco.

Me encanta estar aquí. Tres amigos alistándose antes de ir a un baile. Ser uno de ellos. Compartir ropa, hablar mientras nos vestimos, que me den consejos de moda. Después de haber usado solo el uniforme de la Academia durante diecinueve años, todo eso se siente como un sueño. Hasta que salí de allí no me di cuenta de que me apetecía vestir diferente o hacer algo más con mi cabello que peinarlo con los dedos. Ojalá conociera algún hechizo para hacerlo crecer.

—Sí, lo sabía.

—¿Qué sabías? —pregunto.

Ahora Heechul sí que me ve, pero, aun así, tarda en responder. Espero pacientemente mientras me reviso en el espejo de frente, de perfil y de espaldas. Con estos pantalones parece que tengo más culo. Me gustan.

—Que el capitán es del tipo posesivo —dice por fin—. Le gusta ser el único en... bueno, ciertas situaciones.

—¿Lo dices porque no quiere que Kyu me llame "principito"?

—No —Ryeowook responde por él. Salta sobre la cama y la cruza gateando hasta llegar a nosotros. Se queda de rodillas en el borde, mirando a Heechul con una sonrisa ladina— Lo dice porque sabe algo.

—Es obvio que sepa cosas, fui el primero en unirme a ese par de imbéciles.

—¿Cosas? ¿En plural?

—¿Estás hablando de situaciones en las que hay besos?

Es muy probable que no sea así, pero por el tono que ha utilizado Heechul al decir "ciertas situaciones" no he podido evitar pensar en lo que me contó Jungsoo hace algún tiempo. Porque yo sigo pensando en ello. Y también creo que he vivido alguna con el capitán. Por ejemplo, cuando me ha subido a su escritorio hace un rato. Eso ha sido más que agradable. Tenía miedo de ponerme duro, pero no quería que parara, e incluso ahora me muero de ganas de que llegue mañana por la noche para repetirlo.

—Más que besos —canta Ryeowook.

Después de eso tengo la sensación de que va a decir algo más, pero Heechul lo hace callar con una mirada. Tanto él como yo hacemos un mohín. Él porque nunca le dejan contarme ciertas cosas. Yo porque quiero saber qué diablos son esas cosas y por qué no puedo saberlas. Entiendo que Jungsoo me proteja porque es mi nueva mamá, pero ¿Heechul? No puede haber pasado de odiarme a comportarse como una tercera mamá. Tiene que haber algo más detrás de todo esto.

En busca de Talasa [EunHae +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora