7 Días para decidir - #Lumity Fanfic

4: La confesión

—Es normal Luz ¿qué tiene de malo que le dijeras que regresarías a la tierra? Eres su hija después de todo—enunció con tranquilidad la oji ámbar, comprensiva como de costumbre.

—Le prometí que regresaría.... Para quedarme por siempre, Amity—la dominicana respondió abrazando su propio estómago. Tenía mucho miedo de la reacción contraria.

La pelimorada la miró confundida para después pasar a analizar las últimas palabras dichas por su novia. Se acercó a ella tras saber lo qué eso podría causar.

—Entonces... Luego de que te vayas ¿Jamás volveremos a vernos?—Soltó mirándola dolida.

—No... No quiero que eso pase, pero yo debo volver. Debo cumplir mi promesa.

—... —La de piel nívea se sintió vacía por primera vez en mucho tiempo, sus manos se colocaron en su frente y observó a Luz mientras se imaginaba cómo sería su vida sin ella.

—Pero tranquila, Amy—la humana no quería que su novia pensara mal, pues ella si la veía en su futuro—¿Y si vienes conmigo a la tierra? ¿Qué te parece? Escaparías de tus padres.

La de piel clara manifestó alegría pero luego, cierto temor en su mirar—No lo sé Luz, hace tiempo me quisiste llevar a conocerla. Pero..¿Quedarnos allí para siempre? tú me contaste cómo era.

Flashback.

Las adolescentes estaban en un parque descansando las piernas: había sido un extenso día de compras de materiales.

Conversaron de todo: desde los helados de las islas Hirvientes, que te intentan comer en lugar de tú comerlos a ellos, como sucedería en la tierra, hasta comparar sus sistemas de gobierno. Luz comentó que en su mundo existía algo llamado "República" en donde los poderes estaban divididos y había más respeto por los derechos de sus ciudadanos. Ya que mientras unos creaban las leyes, otros ejecutaban proyectos y otros aplicaban las leyes enviando a los malhechores a la cárcel. Los poderes legislativo, ejecutivo y judicial.

—¡Qué maravilla, en serio, quiero ir a tu mundo!—exclamó la pelimorada con euforia—No quiero seguir bajo este régimen autoritario de Belos.

Luz reaccionó con una risilla. Cree que le está contagiando algo de sus creencias revolucionarias a su novia.

—Sí, tampoco me agrada este sistema de aquelarre que limita nuestra magia. Vam—"Vámonos Amity" Estuvo apunto de decir, pero recordó cómo era su anterior vida.

—No... espera jaja, Amity. Parece una maravilla; mas, en serio, no lo es.

—¿Por qué Luz? ¿No querías volver?

—Si, pero...—Oh, no. Ya venía a su mente todas esas imágenes mentales que había decidido hacer a un lado y bloquearlas hasta nuevo aviso para no hacerse daño. Sin embargo, no podía ocultarle eso a su novia, era esencial para que la entienda. Tomó aire.

—No sé cómo empezar esto, pero diré lo principal. ¿Está bien?.

Luego de ver a su novia asentir,continuó.

—Verás...Yo, en la escuela, no tenía amigos. Me excluían porque me gustaba hablar de cosas mágicas como Azura y debo admitir que también, fue por mi forma excéntrica de ser. Traía arañas y serpientes a la escuela lo cual sí, sé que estuvo mal—suspiró tomándose la frente intentando no llorar y tragó saliva—Pero no justificaba que me golpearan, insultaran, ni todo aquel rechazo social que pasé durante años.

La isleña observa como de las mejillas de Luz comienza a bajar un líquido transparente y se acercó a rodearla con sus brazos. No quiere verla sufrir más. La contraria corresponde su gesto con un nudo en la garganta y melancolía.

—No extraño mi mundo por esa razón. El único motivo es mi madre.

—... Te entiendo Luz. Pensándolo mejor, yo tampoco quisiera volver si fuera tú—Expresó en voz alta mirando hacia el suelo.

FlashForward

—Tú misma me dijiste que no era algo que quisieras— Amity mencionó enumerando razones.

—Incluso casi capturan a Vee porque la descubrieron. De no ser por tú mamá, la hubieran encerrado y habrían experimentado con ella.

—....—Luz no la contradice porque sabe que tiene razón.

—Tengo miedo de pasar por lo mismo. Lo siento Luz, no creo que pueda. No es que no te ame. ¿Pero y si muero?

—Amity, tú no eres un basilisco, sólo necesitas ocultar tus orejas en una gorra y ya. Sí podríamos ir...

—¿Sí...? —Luz asintió acomodando los cabellos a su novia.

-Si es tan sencillo, yo acepto-Amity hace un gesto similar a una sonrisa- Pero hay algo que no me dejará tranquila.

—¿Qué... ?

—No serías feliz... Tú amas aprender magia. Tienes una vida aquí con Eda y King. Además ¿tu mamá aprobaría que salieras con una bruja? y además, ¿viviera un basilisco en casa?

Luz se detuvo a analizarlo un momento. La última vez que su madre pudo comunicarse con ella se veía aterrada con todo el asunto del reino de los demonios.

—No lo sé... mi mamá si bien es cierto se lo tomó mucho mejor de lo que esperé, no sé si acepte todo—Mencionó angustiada cubriendo su rostro con sus manos.

—Sabes... sabía que eventualmente algo así pasaría. No se porqué me permití enamorarme de alguien de otro mundo.

—Amity... ¡Perdón! No era mi intención hacer que todo esto pasara. Mi plan inicial era solo decirle a mamá que estaba aquí, visitarla de vez en cuando y volver—Luz respondió con angustia.

—La vida no es como uno espera ¿no?—Amity dice quitándose una lágrima de los ojos—Yo... solo te agradezco por mejorar mi vida y cambiarme.

La morena la miró algo confundida, a lo que la pelimorada prosiguió.

—Ahora tengo una imagen más clara de lo que quiero ser. No voy a depender de mis padres ni hacer todo lo que ellos dicen. Me iré de casa a los 18—afirmó determinada haciendo puñito su mano.

—Que genial. Mi novia será independiente en 4 años—pasó su brazo por su cuello y la miró con dulzura.

Amity alejó su brazo con cariño, se puso de pie y la miró de frente.

—Te quiero Luz, pero te irás. No me hagas esto más difícil—Desvió su mirada a otro lado.

—Amity...yo ¿Esto significa que estamos terminando? No, por favor—La morena se acercó y tomó su brazo derecho.

—Créeme, yo tampoco lo quiero —expresó Amity conteniendo su llanto. No podía dejarla así. Por lo que la abrazo con la mayor de sus fuerzas—Pero también nos haríamos daño si seguimos juntas. Espero me comprendas y no me odies.

Luz no podía hacer otra cosa más que lagrimear de a pocos mientras sentía que todo a su alrededor se disolvía. Rogaba que todo esto fuera una pesadilla.