III

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Eda

Un domingo en la casa de Serkan Bolat, si alguien me hubiera dicho eso semanas atrás cuando me echó de su empresa me hubiera reído en su cara.
Kiraz tenía razón, la casa era inmensa pensé que lo decía según la perspectiva de una niña de 5 años pero es que hasta para mi era supremamente grande. Eso si bellísima, los jardines eran una maravilla, tenían hasta caballos, o sea una estancia digna de su dueño claro está.

Llegue a la hora acordada y no podía sacarme de la cabeza las palabras de Bolat cuando dijo " estaré en casa",  a ver sé y es lógico que no va a dejar a Kiraz sola conmigo al final si soy una desconocida pero el saber que voy a tener que estar una parte del día junto a ese robot atractivo me estaba poniendo nerviosa.

EDA ABLA!!!!- unos dulces gritos me sacaron de mis pensamientos- haz llegado hoş geldin abla

Gracias princesa como has estado?- le dije ya sosteniendola en mis brazos, era una niña adorable.

-Muy bien, estaba ansiosa por que llegarás, haremos muchas cosas juntas.

Estaba muy concentrada escuchando los planes de Kiraz para nosotras cuando vi asomarse a las grandes puertas de cristal a Serkan Bolat.

Su cara seria ya era costumbre, lo que si me sorprendió fue verlo vestido de forma informal se podía decir que era un atuendo deportivo

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Su cara seria ya era costumbre, lo que si me sorprendió fue verlo vestido de forma informal se podía decir que era un atuendo deportivo.
Este hombre se ve bien con cualquier cosa- pensé para mi- hasta envuelto en una bolsa de basura. Todo de gris, tan casual.
Una voz me sacó de mi burbuja:

" Eda hanim puede entrar, hace mucha calor fuera no es bueno para Kiraz"

Tenía la habilidad de molestarme sólo con su tono de voz. Era sexy y acusador a la vez, no sabía si erizarme o lanzarle un zapato. El dia será largo Eda Yildiz, escapa nada mas que puedas- me dije a mi misma mientras le sonreía a Kiraz.

Abla quiero que veas mi cuarto, hadi- dijo Kiraz arrastrándome mientras me sostenía una mano.

Mire al hombre atractivo y frio tras de mi que parecía nuestro guardaespaldas, no nos quitaba ojo de encima, él asintió y yo me dejé llevar.

Serkan

Habia llegado como lo prometió y Kiraz estaba super feliz. Se había pasado la mañana intranquila que si Eda abla esto o Eda abla lo otro y yo sólo pensaba que si le daba a esta chica por no aparecer me sería el doble de difícil quitarle a Kiraz la desilusión así que cuando la vi que llegaba y con mi sobrina en sus brazos la tranquilidad vino a mí.

Ahora estaban en la habitación y Kiraz no terminaba de enseñarle una cosa para pasar a la otra volviendo loca a Eda quien le prestaba toda la atención del mundo. Me causaba admiración que hiciera sentir tan bien a Kiraz sin siquiera conocerla.

Always together Always with youWhere stories live. Discover now