capitulo 36

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— Seung, ¿qué te ha pasado?

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— Seung, ¿qué te ha pasado?

Jisoo abrazó al menor cuando este comenzó a llorar de nuevo. Él escondió el rostro en el hueco entre el cuello y el hombro de su madre.

La mujer acarició su cabello y trató de consolarlo. Se matuvo en silencio mientras él sollozaba esperando a que pudiera hablar.

Pero el chico no tenía intención de decir qué le había pasado. No quería meterse en problemas.

Cuando se hubo tranquilizado un poco su madre besó su frente y entonces él, sin decir nada, se marchó a su dormitorio. Su madre no insistió, pero sabía que volvería a preguntarle.

Se había ido de su casa cuando Minho se quedó dormido, quiso irse antes, pero su padre no lo dejaba, se negaba a dejarlo ir, quería continuar martirizándolo.

Tras cerrar la puerta se dejó caer en la cama y continuó llorando. En aquel momento no era justo comparar a Minho con BangChan.

Solo podría compararse con una bestia. Una bestia sin sentimientos que actuaba teniendo en cuenta sus propias necesidades. Una bestia que tomaría lo que quisiera, cuando quisiera, aunque fuera a la fuerza.

Le dolía la cadera, tal vez por las duras embestidas que estaban muy lejos de haberle hecho sentir placer, o tal vez por aquellos moretones que habían salido en consecuencia del agarre que había ejercido el mayor.

Agarró su móvil y leyó aquella conversación que había mantenido con Minho antes de haberlo bloqueado en Kakaotalk. Mentiría si dijera que no se había hecho ilusiones con aquellas palabras que lo incitaban a regresar a su lado.

Siguió subiendo la conversación hasta que llegó a una de las imágenes que Minho le había enviado. Era de hacía un mes, cuando todo con él era como Seungmin siempre deseó.

Recordaba aquella foto. La había tomado mientras almorzaban juntos, su madre no estaba, lo que significaba que él comía sentado sobre el regazo del mayor. De vez en cuando se daban de comer entre ellos.

Mientras comían un helado de postre, el chico agarró su móvil y tomó varias fotos. La primera de ambos sonriendo mostrando el helado a la cámara. En la segunda Seungmin sonreía a la cámara y Minho lo observaba a él. En la tercera ambos salían besándose.

Abrazó el móvil contra su pecho y continuó llorando. No podía creer que hubiera pasado tanto en tan poco tiempo.

Escuchó unos golpecitos en la puerta. Inmediatamente cerró la aplicación de Kakaotalk y bloqueó su móvil a la vez que limpiaba los rastros de sus lágrimas con sus manos y se levantaba diciendo un suave "pasa".

Jisoo abrió un poco la puerta y se asomó por esta.

— ¿No quieres cenar?— le preguntó. Él negó con la cabeza.

La mujer suspiró y entró en el dormitorio. Tomó asiento junto a él y lo abrazó de nuevo.

— Seung— le susurró—, puedes decirme lo que te pasa. Confía en mí. Si no confías en mí, ¿en quién más vas a confiar?

— Mamá, prefiero no hablar del asunto— se limitó a decir el menor.

Escuchó a su madre suspirar.

— Está bien— ella se levantó y se dispuso a marcharse—, si alguna vez quieres hablar sobre eso, ya sabes que estoy aquí.

Jisoo abrió la puerta para marcharse, pero Seungmin, tras vacilar unos instantes, decidió hablar.

— Mamá— la llamó, ella se giró hacia él—, ¿puedo dormir hoy contigo?

La mujer rio y se encogió de hombros.

— ¿Por qué no podrías?

— No sé, ya soy mayor...

— Que ya seas mayor no hace que ya no seas mi niño— Seungmin rio al verla con aquella sonrisa y caminó junto a ella hacia la habitación donde se encontraba la cama de matrimonio. Una vez estuvieron los dos en la cama comenzaron a reír—. ¿Sabes a qué me recuerda esto?— el adolescente negó con la cabeza.— Cuando había una noche de tormenta y tú te presentabas en nuestro dormitorio y me decías: "Mami, acuéstate conmigo, tengo miedo".

— Sí, yo también me acuerdo— sonrió avergonzado el chico.

— Y cuando ya empecé a trabajar, como mi horario era más estricto que el de tu padre, era él quien dormía contigo.

Esta vez Seungmin no rio. Solo asintió con la cabeza y metió su brazo bajo la almohada para encontrar la posición perfecta para dormir.

Jisoo se dio cuenta de la reacción de su hijo pero decidió no decir nada. Aún recordaba cómo Seungmin lloraba cuando había visto a Minho con otra mujer.

Besó la frente de su hijo y apagó la luz.

— Buenas noches, Seung— le deseó la mayor.

— Buenas noches, mamá.

¡Gracias por leer ✧ Espero que les guste!

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