𝐆𝐎𝐃 𝐈𝐒 𝐀 𝐖𝐎𝐌𝐀𝐍.─── TOKYO REVENGERS.

ESPECIAL

Mira nada más cómo crecimos tan rapido, es todo gracias a ustedes, omg, me hacen la autora más feliz de todas, los quiero mis ketchups. 

  Izana observaba a riko, quién estaba concentrada viendo aquel atardecer, le había sorprendido el cambio drastico que habia dado solo con ese corte de pelo, pero el pelo corto le quedaba bastante bien, podía apreciar su hermoso rostro y sus ojos violetas brillosos que solo mostraba para él, únicamente para él, amaba cada centímetro de su ser a riko, ella encendio la pequeña chispa que necesitaba en su vida, la sonrisa de riko iluminaba toda su vida, era la unica chica que llego a llamar su atención de aquella manera, era la única mujer que ama con locura. 

Riko sintio la mirada intensa del contrario y volteo a verlo, parecia concentrado en sus pensamientos, sonrío imaginando en qué cosas estaría pensando izana, se acerco lentamente al albino para abrazarlo, sintio cómo este se tensaba, no estaba acostumbrado a recibir abrazos, tampoco es cómo que dejará que alguien lo abrazara. 

—Pareces un gatito cuando lo agarran para darse un baño. —Dijo ella mientras se escondía entre su pecho. 

Izana sentía calidez, sentía sus mejillas arder al tener a la pelinegra en sus brazos. 

—¿De qué demonios hablas? —Respondio él de forma brusca. 

Pero no quería responder así, no quería que riko se asustará pero ella no se movio ni un centimetro, siguio con su sonrisa y apegada al de aretes, se limitó a soltar una suave risita. 

—¿Te incómoda que te abracé? 

—No me incómoda, pero haces que mi cara se ponga roja, no me digas que me has echo un amarre riko. —Ella se separó para verlo, en efecto. 

Izana kurokawa se había sonrojado por ella, riko sonrío ampliamente, mostrando su felicidad para saltar abrazando el cuello de izana, este se tambaleo levemente pero coloco sus brazos en la espalda de riko y la acarició un poco, había visto a mikey y a emma haciendo lo mismo. 

—Dime izana, ¿qué sientes cuando estas conmigo? —Preguntó ella esperando una respuesta rómantica, cómo en las peliculas. 

—Qué te importa. —La cara de riko se quedo en blanco ante la respuesta tan cortante de izana. 

Ella se separó para agarrar su botella de agua y pegarsela en la cabeza a izana.

—¡B-Bien!, ¡Me ire con mikey! —Grito ella con la voz quebrada. 

Enojada se dio la vuelta para salir corriendo de ahí, con los ojos llorosos mientras maldecía internamente, habia sido una tonta. Pensó que izana podría llegar a amarla porque siempre dejaba que lo abrazara, pero no, con aquella respuesta se lo había aclarado todo. 

Riko paro en un parque, para sentarse en un tobogán, coloco sus manos en sus manos para luego comenzar a llorar, se habia ilusionado demasiado, ¿en qué pensaba al enamorarse de izana?, de seguro la veía cómo un simple ciervo más, levantó su cabeza al escuchar cómo se colocaban delante de ella. 

Era izana. 

—Yo..no quise decir eso, riko. —Izana mantuvo su cara habitual pero en su tono de voz le notaba algo de tristeza. 

Riko se limpio las lagrimas para levantarse mirando aun enojada a izana. 

—Ya no importa, izana..

—No, sí importa riko, escuchame bien. —El de aretes la tomo de los hombros con fuerza para acercarla hacia él, las mejillas de riko no tardaron en sonrojarse ante la cercanía. 

—Me gustas riko, eres la única mujer que quiero en mi vida, me pareces la chica más linda de todas, eres fuerte, eres valiente, tú maldad hace que mi corazón sienta alegría pero esa pureza tuya hace qué me sienta feliz, me encantas, me gustas. —Las lagrimas de la pelinegra volvieron a salir ante la declaración, izana se asusto al verla llorar, sin embargo, riko lo habia vuelto a abrazar. 

—¡Tú también me gustas izana!, ¡Me has gustado desde la primera vez que te ví, me uní a tenjiku solo para estar cerca tuyo!, ¡Te amOOO! —Riko iba hasta a soltar mocos, estaba llorando justo cómo takemichi. 

Se andaba juntando mucho con takemichi. 

Izana sonrío al escuchar las palabras ahogadas de riko, llevando sus manos hacia las mejillas de la pelinegra y cerca sus lagrimas, uso algo de fuerza para acercar su rostro al de ella.

Y así, juntar sus labios en torpe beso. 

Un beso que jamás olvidaría en su tonta vida.