Capítulo 1.

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Él la esperaba en esa cafetería lleno de nervios, sus manos bailaban absurdamente sobre la mesa, y en su mente se repetía siempre la misma pregunta ¿Qué clase de estupidez estaba haciendo? Su mirada se centraba en la puerta, ella aparecería en cualquier momento, y ese hombre rogaba que lo hiciera antes de que su corazón saliera corriendo de su pecho. Miró la hora más de una vez y la ansiedad aumentaba con el paso de los minutos. Estúpidamente guardaba dentro la esperanza de que esa mujer apareciera, debía decirle tantas cosas, entre ellas pedirle perdón por ese mail equivocado, repetirle que había sido producto de un descuido, y que todas esas palabras no tenían que ver con ella. Armaba dentro de su cabeza las frases que le diría, y cada vez sonaba más tonto e incluso ridículo teniendo en cuenta la situación por la que estaba atravesando, iba a pedirle perdón a una desconocida por enviarle un mail con una carta que no estaba dirigida a ella. Elliot quiso reír ante esa escena, pero la entrada de esa mujer castaña, de estatura alta, un cuerpo esbelto y una belleza sinigual se hizo presente frente a sus ojos quitándole el aliento y borrando todos esos intentos que, en su mente estaba practicando hacía varios minutos.

—Hola ¿Tú eres Elliot Stabler? —Preguntó la mujer frente a él, aquella sonrisa se clavó en su mente, realmente era hermosa.
—Sí. —Susurró Elliot intentando sonreír, toda esa ansiedad que sentía disminuyó notablemente.
—¡Es un placer! Mi nombre es Olivia Benson.

La aclaración no era necesaria, y ambos lo sabían, pero ante una mera formalidad se presentaron. Elliot la invitó a sentarse y una vez que Olivia lo hizo decidieron pedir algo para tomar, ella eligió un capuchino, y él un café con leche. El mozo que, en cuestión de segundos se había acercado a ellos a tomar su orden se alejó rumbo a la barra. La tensión que rondaba en el ambiente podía notarse, y aunque ninguno de los dos sabía que decir o como comenzar una conversación Elliot decidió tomar las riendas de la situación y romper el hielo.

—Es completamente extraño esto. —Río él mirándola a los ojos, Olivia hizo lo mismo— Nunca pensé encontrarme en esta situación un poco vergonzosa.
—Debo decir que tu carta es muy triste. —Comentó ella robándole una risa tímida a ese hombre que bajó su mirada apenas— aunque no debes pedirme perdón por nada, cualquiera tiene una equivocación.
—Lo sé, pero no quería que alguien más leyera las palabras que iban dedicadas solo a ella y por un error la carta cayó en manos equivocadas. —Suspiró con un poco de vergüenza, en ese momento deseaba estar dentro de la cabeza de esa mujer para saber que estaba pensando.
—Para tu suerte no soy ninguna reportera ni editora de un diario, revista o sitio web así que no voy a publicarla en ningún lugar, tu secreto está a salvo conmigo. —Bromeó Olivia y Elliot volvió a reír.
—¡Hablo en serio! —Bufó Elliot riendo, y Olivia levantó sus manos en señal de disculpa.
—Está bien. Pero de verdad, tu secreto está a salvo.
—Gracias.

Elliot intentaba no mirarla demasiado, sabía que sus mejillas aún continuaban ruborizadas de la vergüenza, y le seguía generando risa encontrarse en esa situación. Olivia quiso hablar, pero el mozo al aparecer los interrumpió repartiendo lo que habían pedido. Tanto la mujer como Elliot le agradecieron y una vez que el empleado se marchó Olivia continuó hablando.

—¿Puedo conocerte un poco más? —Indagó ella, mientras agregaba un poco de azúcar a su cappuccino y luego lo mezclaba— Es que me pareces alguien interesante.
—Estoy muy lejos de ser alguien interesante, te lo aseguro.
—Disiento contigo.
—Lo dices para quedar bien. —Afirmó Elliot con seguridad y luego bebió un sorbo de café con leche.
—Lo digo porque es verdad. Cuéntame de ti.
—Tengo treinta años, soy ingeniero agrónomo y en mis tiempos libres pinto y escribo, como forma de expresión. ¿Tú?
—Tengo veintiocho años, soy veterinaria y en mis tiempos libres me gusta leer libros. A diferencia de ti, no soy muy buena pintado, y mucho menos escribiendo, pero me gusta mucho admirar a la gente que lo hace.
—Interesante. —Sonrió Elliot apenas luego de beber un poco más de su café— ¿Qué tipo de libros te gusta leer?
—Mmm las novelas románticas me gustan, y si opto por alguna lectura rápida busco poemas.
—¿Alguna vez has intentado reflejar lo que sentís escribiendo?
—Sí, pero luego hice bollos de papel y los tiré a la basura. La mierda del amor no es para mí, lo dejo para los libros que amo leer.

La carta || Bensler.Where stories live. Discover now