3. sueño

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Luego de algunas horas de viaje, llegué a mi destino. Hacía tanto que no estaba ahí que me invadió de inmediato la nostalgia. Emily aún no había notado mi ausencia, y eso que ya había pasado tiempo suficiente para que se alterara al no verme a su lado.
Me aliviaba saber que no estaba buscándome por todas partes.

Toqué el timbre un par de veces y finalmente abrieron la puerta:

—¿Taylor?—Laura me miró bastante extrañada por mi presencia—¿Que haces aquí?

—Necesito hablar contigo

—Vaya, debe ser importante si viajaste 3 horas hasta acá—sonrió—Estaba por desayunar, ¿quieres pasar?

—Eh, no lo sé, ¿Ben estará de acuerdo?

—Ella quiso que la llevara al colegio, de ahí irá a trabajar y yo me quedo sola con Miles. Entonces, ¿vas a pasar o no?

Entré a su casa, la cuál tenía mucho tiempo sin entrar ahí, desde que tuvo a Ella no volví a poner un pie en su hogar. Todo había cambiado, desde el tapiz en las paredes y los adornos que tenía a su alrededor: retratos de su familia, la cara de sus hijos por todos lados, juguetes tirados en el sofá y plantas. Joder, no sabía que se había convertido en la señora de las plantas, ¿desde cuándo sabe mantenerlas con vida si era terrible en eso?

—¿Puedo ofrecerte algo? ¿Té? ¿Jugo? Solo tengo jugo para bebés—abrió su refrigerador

—Agua está bien—me senté en la isla de su cocina—¿Dónde está Miles?

—Aún duerme—me puso un vaso de agua enfrente—¿Te apetece algo? Hice hardboiled eggs, pan tostado y tengo algo de aguacate para untarlo

—¿No tienes comida de verdad?—bromeé y a cambio recibí un empujón—Gracias, pero realmente no tengo hambre. Si te contara lo que cené ayer, me harías uno de tus jugos para desintoxicarme

—Ya no soy tan obsesiva con eso—se sentó frente a mi—¿De qué quieres hablar?—llevó una tostada a su boca

—¿Qué sientes por mi?—solté de repente, haciendo que se ahogara con su bocado—Quizá debí esperar...—le di una servilleta

—¿Qué quieres decir con eso? Te quiero, siempre lo he dicho

—No, Laura, yo quiero saber si aún tienes sentimientos hacia mi, sentimientos más allá...

—rió—¿Es necesario que responda? Sabes que nunca dejé de sentir cosas por ti.—sus ojos se clavaron en los míos. Pero por más extraño que fuera, ya no sentía lo mismo que antes. Ya no lograba percibir esa química que nos caracterizaba.—Todo ha cambiado, Taylor. Tu tienes tu vida y yo la mía.

El monitor de bebé nos interrumpió cuando Miles despertó y de inmediato Laura fue por el a su habitación.
Al regresar, no pude evitar admirar lo hermosa que se ve en su papel de madre. Siempre había soñado con esa escena:
Ella y yo viviendo juntas, un par de niños rubios o pelirrojos como ella y nada más. Pero algunas cosas no están destinadas a suceder.

 Pero algunas cosas no están destinadas a suceder

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Último BesoWhere stories live. Discover now