06.

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Sus ojos se abrieron con pesadez y tardó un poco en que se diera cuenta de dónde estaba.

En un jodido hospital, otra vez.

— Hey, al fin despertaste. — la aguda voz familiar lo hizo girar un poco el rostro e intentar sonreír. — Como vuelvas a hacerme una cosa así, Liam. Juro que no respondo de mis acciones. — trató de bromear.

No sé sentía triste por lo que hizo, solo... Confundido.
— Lo siento, Tommo. — su voz salió rasposa y le dolió un poco la garganta.

— Se que lo haces. — le dió una pequeña sonrisa mientras llenaba un vaso con agua y se lo pasaba. — Dormiste como un oso toda la noche.

Le dió un buen trago a la refrescante agua y luego carraspeó un poco.
— ¿Que hora es?

— Son las diez y veinte.

Frunció el ceño.
— Deberías estar en la empresa, Louis.

Se encogió de hombros e hizo una mueca de indiferencia.
— Soy el puto jefe y voy a la hora que se me da la gana.

Sonrió mientras negaba y luego se quedó en silencio mirando el techo.
— Louis. — llamó.

— ¿Que sucede, Payno?

Entrelazó sus dedos y trato de sonar desinteresado.
— ¿Y Zayn?

El castaño lo miró por unos segundos en silencio, no quería hablarle del moreno para no alterar sus emociones.
— Deberías preocuparte en recuperarte para salir de aquí, Liam. Tú estás primero.

Su rostro se endureció cuando clavo sus orbes en los zafiro.
— Ya sé eso, Louis. No debes repetirmelo cada puto día. — y ahí estaba otra vez la faceta que el ojiazul más odiaba. La faceta de comportarse como un jodido frío y sin corazón.

Enarcó una ceja y se cruzó de brazos.
— ¿Lo sabes? Pues no parece, Liam. — dijo serio. — Es la segunda vez que encuentro a mí mejor amigo medio muerto. — su voz le tembló pero no cambió su mueca de seriedad. — ¿Te das una mínima idea de lo que esto me duele? Parece que no te importará nada ni nadie. Yo he estado aquí a tu lado cada día, Liam. No me merezco que me hagas esto porque aunque digas que nadie te ama yo sí lo hago. Yo te amo, Liam y no puedo entender cómo mierda me haces esto a mí. — terminó de decir para luego levantarse y tapar su rostro para evitar un sollozó, no iba a romperse allí. Respiró hondo y volvió a girarse en dirección al ojimiel. — ¿No te basta que tus padres y yo te amemos? ¿No te importa nada?

Tardó en contestar porque sabía que el castaño tenía razón, estaba siendo egoísta.
— De verdad lo lamento, Louis. En ese momento no era yo. No sabía lo que estaba haciendo. No volverá a pasar, lo prometo.

— Ya, eso me dijiste una vez y mira en donde estamos. — dijo acercando la silla a la cama y sentándose. — Liam, no quiero perderte, ¿Lo entiendes? Has decidido olvidarte que tienes una vida, con personas que te quieren y aman; te has convertido en alguien irreconocible. Extraño al Liam que sonreía, el que jugaba videojuegos y tomaba cervezas conmigo; el que planeaba su futuro; extraño a ese que bromeaba y nunca te mostraba una cara fea por más que haya tenido un mal día.

— Lo siento. Pero ese Liam murió. — dijo seco.

Negó.
— No murió, se que aún sigue ahí. — buscó la mano del rubio y la tomó. — Solo debemos traerlo de vuelta a casa.

Su labio inferior tembló.
— No puedo, Lou. — los ojos mieles se vieron brillantes por las lágrimas que se juntaron. — No se cómo ser el mismo de antes.

— Te ayudaré si me dejas hacerlo. Déjame ayudarte, Leeyum. — pidió acariciando el dorso con su pulgar.

— Está bien. Voy a intentarlo, lo prometo.

¿Can I hold you again? (ZIAM MAYNE)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon