¿Disculpa? [g!p] ; scarletwidow - Wandanat.

48°

Natasha's pov:

Llegamos a casa y Nathe fue directo al baño a ducharse con ayuda de Wanda. Aunque prácticamente solo... Ahora quiere hacer todo solo.

Está creciendo muy rápido y no sé como afrontarlo, en otras noticias. May decidió programar una cesaría, ya que le dieron la opción debido a su edad y ella decidió tomarla, está programada para el cinco de noviembre. Yo quería que fuese el treinta y uno de octubre, así podría disfrazarlo de chucky si nace pelirrojo, pero a May no le ha gustado la idea.

-Está jugando. - Murmuró Wanda entrando al salón. - ¿Quieres comer algo? - Preguntó sentándose a mi lado.

-A ti. - Dije rápidamente. Wanda subió sobre mi regazo mientras me besabas y abría mi camisa metiendo sus manos por allí. - Te amo tanto... - Susurré.

Wanda tomó mis manos y las llevó a su abdomen. Sonreí y acaricié lentamente con mis pulgares.

-Esos son mis hijos... -Murmuré.

-Y tenemos muchos meses más... Para disfrutar de ésto... - Susurró ella.

-Es el primer embarazo en el que estoy desde el principio... - Murmuré. - Espero que sean niñas...

-Yo también. - Admitió ella rápidamente. - Quiero dos niñas...

-Vente a vivir conmigo. Dime que sí, por favor. - Dije rápidamente.

Wanda me observó en silencio y asintió. Uní nuestros labios y la pegué más a mí.

-Pero luego... No te quejes... - Susurró besando mi cuello. - Ya sabes que... El embarazo... Pone a las mujeres un poco... Ansiosas.

-Me gusta ese tipo de ansiedad en ti. - Murmuré de manera ronca. Ella soltó una risita y comenzó a succionar mi piel. - Brujita... ¿Podemos tener otro después de ellas? - Pregunté.

Y sí, serán ellas. Lo presiento.

-Podemos conversarlo. - Murmuró escondiendo su rostro en mi cuello. - Podría ser.

-Me gusta ese podría ser. - Ella sonrió. - Y que se llame Natasho.

-Ya vas a empezar. - Giró los ojos. - Ve a prepararme algo de comer. - Gruñó. - Y luego hablaremos de la mudanza.

Asentí emocionada.

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-¿Hijo? - Pregunté caminando al jardín.

Nathe estaba enseñandole a Piolín como rodar. El cachorro imitaba los movimientos y mi hijo lo premiaba.

-¡Eso es! ¡Buen chico! - Gritó emocionado. - Oh, hola, mami.

-Hey, amor. Tengo que hablar contigo... - Murmuré. - ¿Podemos sentarnos?

Él asintió y echó a Piolín con su mano. El cachorro pareció entender y fue directo a buscar a Wanda. Me senté en el césped y Nathe se sentó sobre mi regazo de inmediato.

-¿Qué pasa? ¿Hice algo malo? - Preguntó preocupado. - Te prometo que no saqué los cereales ni los escondí en mi armario.

-¿Tienes los cereales en tu armario? - Pregunté y él asintió.

-Sí, pero solo quedaba poquito. - Murmuró. - No le digas a mama, luego me regañará, la caja es bonita.

Sonreí y asentí lentamente mientras acariciaba sus bracitos desnudos.

-Prometo no decir nada.

Él acaricio mi rostro y luego escondió el suyo en mi cuello buscando calor.