Capítulo 39

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*Calle*


Parpadeo varias veces para acostumbrarme a la luz y lo primero que hago al abrir completamente mis ojos y reconocer la habitación de hospital es agradecer por estar viva, no sé en que condiciones se encuentra mi corazón pero sigo aquí y eso es lo que importa. Tengo un respirador que cubre mi boca y mi nariz y, aunque no me cuesta respirar si me duele el pecho cada vez que lo hago, presiono el botan que tengo junto a mi mano para que venga una enfermera y pocos segundos después Miranda entra a la habitación.

—Me alegra verte despierta—se acerca a revisar los monitores que registran mi respiración y los latidos de mi corazón—parece que todo va bien por aquí, ¿cómo te sientes?.

—Me duele el corazón cada vez que respiro—hablo con cierta dificultad.

—¿Es un dolor muy fuerte?.

—No.

—¿Es soportable?.

—Sí.

—Es normal que sientas ese dolor, tú corazón aún  está muy débil y es por eso que debes evitar a toda costa los grandes esfuerzos, necesitamos que tú ritmo cardíaco permanezca estable al menos durante una semana.

Asiento con la cabeza y hago una nota mental.

—¿Todo salió bien en la cirugía?.

—Sí solo necesitas algunos cuidados especiales y dentro de una o dos semanas vas a estar bien.

Quiero gritar de felicidad, "¡Estoy bien!".

Gracias, Miranda—mis agradecimientos vienen de lo más profundo de mi corazón, ella me salvó la vida.

—Solo hago me trabajo y es muy enriquecedor hacerlo bien—me sonríe levemente—Tú familia está esperando para verte pero solo puede entrar una persona a la vez, ¿quién quieres que entre primero?.

—¿Mi papá está aquí?—es lo primero que pregunto porque no alcance a contarle muy bien lo que me estaba pasando cuando le avisé que estaba en la clínica.

—Si, tú mamá también.

—A ella no quiero verla—digo de inmediato y ella me mira confundida pero no hace ningún comentario—¿está Poché?.

—Si y tuve que conseguir una habitación para ella ya que no quiso moverse de aquí hasta que despertaras.

—¿Ella está bien?—pregunto, preocupada por su estado.

—Si, no hay de que preocuparse... en un momento de la noche le empezó doler la pierna y la costilla pero se tomo su medicamento y logro descansar un poco así que el dolor disminuyó. Sin embargo, como médica la recomendación es que esté en su casa ya que aún sigue en recuperación y hace muy poco salió del hospital.

—Lo sé, me preocupa mucho que esté aquí en su condición.

—A todos pero es muy terca y no pudimos convencerla de que fuera a casa a descansar, tal vez tú si lo logres.

—Voy a intentarlo, no me gusta que esté aquí—ella mueve su cabeza estando de acuerdo conmigo—¿duré mucho tiempo sedada?.

—Más o menos, llevas todo la noche de ayer y la mañana de hoy.

—¿Poché lleva todo ese tiempo aquí?—mi preocupación aumenta.

—Sí.

No me gusta para nada que lleve tantas horas aquí es mucho tiempo teniendo en cuenta su estado de salud.

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