Prólogo

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Siempre que vengo a este parque un nudo se forma en mi garganta y no puedo contener las lágrimas, me trae tantos recuerdos de la mujer que amo y a quien no tengo en este momento, mi corazón duele al recordar que si estoy así es por mi culpa, por cada uno de los errores que cometí y por lo cobarde que soy. Yo realmente no sé que estoy haciendo con mi vida, me siento estancada y sin Poché todo es mucho más difícil, no he hablado con ella desde que la visité en el hospital pero si la he visto, se ha vuelto una rutina para mi verla de lejos y no hacer nada más que llorar; siento una culpa y un dolor que me paralizan, soy una cobarde que se limita a llorar por la mujer que ama desde lejos porque no sabe que decirle ni como actuar sin que se note el dolor, para ella soy una desconocida mientras ella para mi lo es todo.
Me concentro tanto en lo que pienso y siento que no me doy cuenta que esta cerca hasta que escucho su voz.

–¿Estas bien?–su dulce voz llega a mis oídos haciéndome estremecer pero no me atrevo a mirarla, si lo hago no voy a poder contenerme y voy a llorar como una niña chiquita en sus brazos–oye–pone su mano sobre mi hombro haciéndome temblar, sigo sin responder y con la mirada en el piso–no me voy a ir hasta que me digas que te pasa–se sienta a mi lado y de reojo puedo ver como acomoda sus muletas dejándolas cerca–te recuerdo del hospital, solo fuiste una vez y también estabas llorando, no entiendo porque te fuiste sin decir nada–por lo menos recuerda eso de mi–dime algo–insiste y pasa su mano por mi espalda, varios sollozos salen de mi sin poder evitarlo–verte llorar me esta partiendo el corazón y no sé porque–al escuchar eso saco toda la valentía que pensé había perdido hace unos meses para mirarla pero me siento morir en ese momento, ella me mira atentamente, sus ojos me siguen viendo con ese brillo tan especial con el que lo hacían antes del accidente y olvidarse de mi, sus manos van a mis mejillas para limpiar mis lágrimas como tantas veces lo hizo cuando estabas juntas–no llores, estoy segura que sin importar por lo que estes pasando las cosas van a mejorar–mi corazón se acelera a tal punto de quererse salir porque aunque Poché ni siquiera recuerda quien es, sigue siendo ella.

–¿Puedo abrazarte?–mi voz sale entrecortada y un poco inestable, ella me regala una pequeña sonrisa que hace que todo dentro de mi estómago de un vuelco.

–Claro–paso mis brazos por su abdomen hasta llegar a su espalda y escondo mi cara en su cuello, su olor sigue siendo el mismo y eso aumenta mi pena, lloro sobre ella como tantas veces lo hice sacando todo y tragandome las ganas de decirle cuanto la extraño–esto me resulta familiar–susurra en mi oido–todo tú me resulta demasiado familiar–la abrazo más fuerte sintiendo una sensación de calidez que me da esperanza, Poché sigue siendo la misma y tal vez, solo tal vez sigue sintiendo igual.









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Buenas, buenas para los que vienen de "Mi Segundo Amor" muchas gracias por continuar la historia, me siento muy feliz de poder arrancar con ella un nuevo año, si eres nuevo lo recomendable es que leas primero "Mi segundo Amor" pero no es estrictamente necesario. No siendo más el primer capítulo lo subo a inicio de año.

Recuerden: no olviden sonreír y dar mucho amor 💕

Recuérdame  Where stories live. Discover now