Capítulo 11

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*Calle*

–¿Estás segura de lo que decidiste hacer?–pregunta Paula sentada en el asiento del copiloto mientras conduzco a casa de Poché, le conte lo que hable ayer con ella y que quede en recogerla para llevarla a sus terapias.

–Si, Pau.

–No sé, amiga–habla dudosa–a mi no me parece buena idea.

–¿Por qué no?–la miro por unos segundos y me centro de nuevo en la carrera.

–Primero, porque Poché merece saber la verdad y que le expliques que fue lo que paso; segundo, porque no sabemos si va a recuperar la memoria y si lo hace va a pensar que estuviste jugando con ella todo este tiempo. Calle ustedes tienen un amor muy bonito solo dile quien eres, cuéntale su historia y demuéstrale que la amas sin necesidad de ocultarle quien eres.

–No puedo, Pau. No quiero que ella se quede conmigo por lástima o por compromiso, no quiero condicionarla al decirle quien soy, quiero que ella decida estar conmigo porque en realidad así lo desea no porque crea que es lo correcto al saber que soy su novia–la miro por unos segundos–Además, también existe la posibilidad de que me odie y no confíe en mi cuando le explique porque deje de visitarla, ella no me recuerda Paula y puede dudar de mi amor... en cualquiera de dos casos no quiero arriesgarme.

–El problema es que solo estás pensando en ti, Daniela–la escucho suspirar y siento su mirada en mi–No te estás preocupando por como se siente Poché... ¿no te haz preguntado lo difícil y frustrante que ha de ser para ella no recordar nada?, casi se muere y aún tiene heridas del accidente que no sanan y tú solo te preocupas por ti. Sé que la estás pasando mal pero no seas una egoísta por solo pensar en como te vas a sentir tú si una u otra cosa pasara, piensa en la mujer que amas, ella merece saber quien eres y lo mucho que significas en su vida.

Me quedo en silencio intentando tragar el nudo que se forma en mi garganta. Paula tiene tanta razón, me he comportado como una egoísta todo este tiempo, mi cobardía y mis miedos no me han dejado ver más allá de mi propio dolor y estoy olvidando que la persona que más ha salido perjudicada con todo esto es mi novia.

No hablamos nada más hasta que llegamos a la casa de Poché, cada una metida en su mundo. Nos bajamos del carro sin decir una palabra, tocamos y esperamos a que nos abran; Poché nos abre con una linda sonrisa en su rostro que hace que mi mundo se ilumine, nos saluda a ambas con un beso en la mejilla y la ayudamos a subir a mi carro. Camino al hospital escuchamos música hasta que Poché decide entablar una conversación con ambas.

–¿Y ustedes de dónde se conocen?–miro por el espejo retrovisor a Paula que está en el asiento trasero sin saber que decir.

–Nos conocimos en la universidad–responde Pau.

–¿Ah, sí?, ¿estudian lo mismo?.

–Si, de hecho las tres estudiamos lo mismo–digo yo.

–Ummm... mi papá ya me había comentado algo sobre eso, dice que puedo volver cuando esté recuperada del todo.

–Es lo mejor.

El resto del viaje Paula y Poché se la pasaron hablando de cosas sin importancia mientras yo preferí quedarme al margen, excusandome en conducir sin distracciones cuando en realidad no paro de pensar en que lo mejor es decirle a Poché la verdad aunque eso traiga consecuencias negativas para mi, no sé como voy hacer pero tengo que. Yo la amo y ya ha pasado por mucho para que yo le esté ocultando la verdad, tal vez saber quien soy la ayude a recordar cosas de su vida y su memoria vuelva.

"Como me gustaría devolver el tiempo y que nada de esto haya pasado, que ambas siguiéramos juntas... felices"

–¿Estás bien?–su pregunta me sorprende y la miro por unos segundos aguantandome las ganas de llorar, me gustaría tanto decirle que la amo.

Recuérdame  Where stories live. Discover now