First kiss

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– ¡Lo siento mucho, Akaashi! – Soltó Bokuto, inclinando la cabeza.

Por su parte Akaashi sentía como una gran y pesada bola viscosa de ansiedad se escurría por su estómago, en algunas ocasiones insoportables amenazando salir por su garganta. Se dijo que era comprensible, dadas las circunstancias, pero realmente esperaba no hacerlo. Pese a ello, nunca tuvo dificultades para esconder la angustia tras su estoica expresión, muy útil en momentos como ese, en la cual vomitar era lo mejor que se le ocurría. Bokuto mantenía la cabeza gacha, con la mirada perdida en el suelo y los hombros tan tensos que podría pasar corriente.

Habían pasado 4 días desde el Karaoke, y si le preguntaban si estuvo deliberadamente evitando a Bokuto, diría con mucha seguridad que no, aunque eso no fuera cierto. Era fácil no ver a alguien con quien ni estudias, ni trabajas y que vive en una ciudad tan abarrotada como Tokio, donde estadísticamente no encontrarse con alguien era más probable que hacerlo. Akaashi se aferró a esta ventaja argumental para evadir también a Kuroo, el cual deseaba darle tutoría todos los días desde entonces. La trampa era evidente, así que estuvo estudiando por su cuenta, manteniendo su cerebro ocupado en defensa de cualquier pensamiento intruso que pudiera formarse. Pero se mantuvo quieto demasiado tiempo y ahora Bokuto estaba en su casa, forzando esa conversación y sacando a flote esos pensamientos que estuvieron en el foco secundario de su cabeza.

Las notas fueron una idea tonta, ahora lo entendía. Él era mucho más tonto por creer que Bokuto no se daría cuenta. También era cierto que en el fondo quería que se diera cuenta. Esperaba, sin embargo, expandir ese pequeño intervalo lo más posible para evaluar opciones, luego ponerse en movimiento en el segundo o tercer semestre. Pero estuvo fuera de práctica por un año y olvido (o no tenía tan presente) que Bokuto era así de impredecible. No podía hacer ese tipo de planes tan a futuro. Si Akaashi tenía planeado declararse en dos años, en medio del campus de la universidad y después de haber terminado las clases un viernes, por supuesto que Bokuto lo haría borracho en un karaoke la noche de su graduación. Ahora, estaba acorralado; debía reducir el trabajo de preparación de dos años en una conversación.

– ¿Por qué te disculpas? – Dijo por fin. Bokuto voló hasta su mirada tan rápido como un latigazo. Tardo un rato en recuperar la voz.

– Por eso que te dije la otra noche, en el karaoke. – Se rasco la cabeza, mortificado

Una parte del corazón de Akaashi, la más insegura, le recordó que el mito de que los borrachos siempre dicen la verdad no es del todo correcto. Simplemente desaparecen las inhibiciones; eso no quería decir que actuara como una especie de suero de la verdad, lo tenía claro; las palabras de Bokuto podrían haber sido malinterpretadas. La parte racional de Akaashi, igual de asustada, lo consoló replicando que siguiera adelante. Si una equivocación tenía lugar, Akaashi podría optar por cambiarse a otra universidad para no tener que vivir con la vergüenza constante durante 4 años.

– En ese caso, yo también lo siento. – Expresó antes de que pudiera arrepentirse – Debí haber sido claro desde el principio, en lugar de dejarte esas ambiguas notas.

– ...¿A qué te refieres? – Murmuro Bokuto, lentamente, luego de otro momento de silencio estridente.

– También me gustas, Bokuto-san.

El color marrón dorado refulgió con violencia y la pesada bola viscosa de ansiedad respondió ante esto, estirándose y aliviando una carga que, mirándolo así, no se sentía como tal. Una sonrisa se formó en el rostro de Bokuto, del tipo que aparecía cuando hacía una jugada espectacular: euforia pura. Akaashi decidió que por esta vez él también podía ser impredecible.

Se acercó a Bokuto y presiono sus labios con los suyos, lo suficientemente paulatino para darle tiempo a Bokuto de apartarse si eso quería. Bokuto no se movió. El toque fue torpe, un roce de entre roces. Su corazón chirriaba en crisis, fugado a alguna parte de su tráquea. Bokuto correspondió, quizá algo más ávido. La pesada bola viscosa de ansiedad se derritió por completo, al igual que Akaashi.

Flufftober - Haikyuu! (Bokuaka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora