⛓ 𝐃 𝐄 𝐂 𝐄 𝐌

887 143 53
                                    

Lágrimas caían en cascada por las mejillas de Seungmin en una constante corriente de miseria

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Lágrimas caían en cascada por las mejillas de Seungmin en una constante corriente de miseria. Lo había hecho. Había cerrado el acuerdo y se había asegurado de cumplir su parte del trato para conseguir el alma de Hyunjin. Se sentía miserable. Se sentó al pie de las escaleras de la puerta trasera y lloró. No quería perder al magnífico hombre que había llegado a significar tanto para él. Tampoco quería enviarlo a Gehenna, debido a su propio egoísmo. ¿Acaso el rey no tenía suficientes almas hermosas con las que entretenerse? ¿Por qué tenía que tener a Hyunjin también? Esto no era justo. Hipó mientras era sacudido por una nueva ronda de sollozos. Se odiaba por ello.

—¿Por qué estás llorando, Bello Durmiente? ¿Alguien envenenó tu manzana mágica? —Una voz suave y gentil preguntó desde la oscuridad. La reconocería en cualquier parte.

—Es el cuento equivocado, idiota. Las manzanas envenenadas eran el trato de Blancanieves —gruñó. Limpió sus ojos, tratando de ocultar el hecho de que había estado llorando. No miró hacia arriba cuando un par de botas de combate aparecieron ante su visión y no reaccionó cuando Hyunjin se sentó junto a él en el escalón.

—Tienes el hábito de correr después de los eventos importantes, ¿sabes? —preguntó Hyunjin. Sólo había una pulgada de espacio separándolos pero Seungmin sentía que no tenía el derecho para cruzarla y pedir el consuelo de su contratador. Hyunjin le ahorró el problema deslizando su brazo alrededor de los hombros de Seungmin y tirando de él hacia el refugio de su pecho.

Seungmin suspiró y se acurrucó contra Hyunjin. Aspiró su olor, tratando de memorizarlo.

—¿Qué pasa, Seungmin? —Hyunjin le preguntó preocupado, frotando su temblorosa espalda en lentos círculos reconfortantes.

—Nada —negó Seungmin—. ¿Cómo te fue con el de la discográfica?

—Se supone que nos reuniremos con él mañana para negociar los términos del contrato. —Hizo una pausa. —Está sucediendo de verdad.

Seungmin suspiró. —Eso es lo que creía.

—¿Cuál es el problema? —Hyunjin preguntó confundido.

—No hay problema. De verdad —Las lágrimas le ahogaban—. Es sólo que ahora tengo que volver al infierno para mi próxima tarea.

—¿Q-qué quieres decir? ¡No quiero que te marches! —protestó Hyunjin—. ¿Por qué tienes que irte?

—Los términos de nuestro contrato se han cumplido. Tenía que ser tu amante hasta que firmases con una discográfica. Mañana voy a estar fuera de tu vida para siempre.

—¡Pero, aún no puedes irte! No puedo perderte. ¡Te amo! —Hyunjin gritó poniendo sus manos a ambos lados de la cabeza de Seungmin y besó su cara llena de lágrimas.

—¿Tú qué? —preguntó Seungmin, paralizado repentinamente. Cada músculo de su cuerpo se tensó en preparación.

—Te amo, Seungmin. No me importa si eres un demonio o si tienes mi alma. Ni siquiera me importa que vayas a enviarme al infierno. Te amo y quiero pasar el resto de mi vida contigo.

INCUBUS ;hyunminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora