Louis Tomlinson, un alfa independiente. Harry Styles, un omega descarado. Una de las empresas más importantes de Inglaterra. Nada es como siempre fue, porque cuando el aroma interviene, no hay vuelta atrás.
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Harry nunca se ha sentido tan acalorado. Se siente atrapado y como si se estuviera asfixiando con el fuerte olor fresco de Louis. El alfa está sentado directamente a su lado en la barra y Harry puede sentir su cuerpo acercándose más y más hacia su calor.
Fueron a casa del omega horas antes por obligación del alfa, Harry obtuvo un orgasmo en una ducha fría y pareció volver a su temperatura corporal usual.
Pareció, pues no era así.
Harry nunca pasó un celo tan cerca de un alfa, jamás podría imaginarse lo difícil que sería tomar las riendas de su propio cuerpo cuando el mismo le gritaba que se subiese al regazo de su jefe.
Definitivamente su celo va a seguir en las próximas horas y Harry ya está tratando de encontrar una excusa para alejarse, esto no acabaría bien. Sabía que era posible que esto sucediera, pero esperaba que al menos aguantara hasta la medianoche para poder disfrutar al menos unas horas de lo que probablemente sería el momento más divertido del mes.
—Tengo que irme a Roma una semana.
Louis charla animadamente, poniéndolo al día sobre su último proyecto. A pesar de que el alfa está al lado de Harry, Harry solo registra vagamente lo que está diciendo. Se siente cada vez más caliente a cada minuto.
De repente, hay una mano fría en su mejilla y se sobresalta un poco. Su cabeza está girada hacia un lado, por lo que está mirando a Louis.
—¿Estás bien, Harry?
—Sí, sí.
Louis no parece convencido y levanta la otra mano para presionarla contra la frente de Harry.
—Estás ardiendo. Creo que te viene otra ola. ¿Quieres que te lleve a casa? Nunca debimos volver.
Harry niega con la cabeza. Se siente estúpido.
Aquí se arriesga a entrar en celo en una discoteca que estará plagada de alfas, omegas, y betas. Sin más, se levanta de taburete y anda por la pista de baile.
—¿Harry? ¡Harry!
Pero le ignora, necesita quitar sus ojos de los labios del alfa, esos finos que le gritan que los tome entre sus dientes.
Un latido late a su alrededor, cuerpos sudorosos golpeando y rechinando, todos tocando a todos. Energía meciendo sus cuerpos de un lado a otro, corrientes eléctricas atravesando toda la habitación haciendo que todos cobren vida al ritmo de la canción.
Mantiene los ojos cerrados, sin importarle contra quién se mece, solo quiere sentir el peso de alguien presionado contra su espalda. Cualquier pensamiento de sentirse querido hace que las venas electrificadas de Harry zumben.
—Harry, vas a entrar en celo. Por favor, déjame llevarte a casa.
Respira profundamente a través de su nariz oliendo un frescor delicioso, la lujuria proveniente de su cuerpo le ilumina desde adentro. Su propio cuerpo sabiendo lo que quiere, dispuesto a dar cualquier cosa.
