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—¡Por eso quería alejarme de ti Yudai!—Levantó la voz empujándolo levemente.—¡Si hubieras entendido que yo trataba de hacerlo más fácil!

A la mañana siguiente, privada de sueño gracias al efecto de llorar durante toda la noche, pensando en el mayor, ella, Park y cualquier situación que la afectara en ese instante; Su mente recreaba escenarios donde ella hacía todo bien y nada malo ocurría, a diferencia de la realidad.

Y observando el amanecer, Koga llegó a visitarla con una sonrisa; lo que la hizo molestar al saber que no era genuina.

—¿¡Siendo grosera e indiferente funcionaria!?... ¡Por favor!—La estrechó entre sus brazos a pesar de los leves manotazos que ella daba para separarse. —Si tengo que irme, quiero que sea en paz contigo... No distanciarnos y olvidar todo este tiempo juntos. —Sorbió sus lágrimas mientras la bajita lloraba en silencio.

La alejó un poco arrodillándose para tomar sus manos acariciándolas.

—Yumi, mirame. —Pidió dulcemente observando como ella abría sus ojos sin ganas.—Eres el amor de mi vida y sé que vamos a separarnos pero antes de eso, mantengamos nuestra amistad... Te apoyaré siempre desde lejos y te recordaré como la persona que más amaba.

—Pero es injusto... ya no quiero amar a nadie más.—Susurró con rabia  quitando sus manos agitándose, Yudai se levantó para abrazarla nuevamente y manteniendo la calma.

Ahora ella necesitaba eso...

—Lo dices ahora, pero no te deprimas y deja que alguien te merezca, vales mucho y encontraras a alguien que enserio te aprecie como yo lo hago o más.—Peinó su cabello arreglándolo.—Al igual que si quieres seguir sola, hazlo por deseo propio.

La joven solo asintió llorando en su pecho.

—No quiero que estés triste todo el día, así que planeé una sorpresa.

—¿Ah si?—Quitando las lágrimas de su rostro se separó hecha un desastre, cosa que hizo reír a Yudai. —Ay callate.

—Anda vamos, te hice el desayuno y los chicos esperan.

Esta asintió suspirando antes de obedecer al mayor. Le pareció chistoso verse a si misma con el maquillaje corrido, se durmió así luego de llorar tanto anoche y tuvo que luchar un poco para deshacerse de esas manchas en su rostro.

Pero logró maquillarse nuevamente para la sorpresa que planeó Yudai y no esperaba un detalle como ese.

...

La observó haciendo cada pose que se le ocurría al instante emocionada por tener el mismo traje que ella le había confeccionado cuando se conocieron, con una sonrisa o completamente seria. Riendo a mitad de la sesión o quejándose por la luz de sol desapareciendo ocasionalmente.

Sentía como si el tiempo estuviera congelándose para no avanzar y arrebatarla de sus brazos, dándole una oportunidad más de estar con ella.

Sin darse cuenta, sus ojos se cristalizaron mientras fruncía el ceño.

—Oye Yudai no... ¿Qué pasa? —Se acercó rápidamente mientras tomaba su rostro quitando las lágrimas. En ese momento no aguantó más y se derrumbó abrazándola con fuerza.

Aún sorprendida por aquella reacción, llevó sus brazos a la amplia espalda del mayor devolviéndole el gesto para calmarlo. Palmeó su hombro cerrando los ojos, sintiendo humedad en su cuello a medida que K sollozaba.

—Sabes que, si pudiera quedarme por ti, lo haría. —Susurró temblando.

—Yo se K.—Llevó una mano a su cabeza acariciándola. —No es tu culpa.

Forgotten Promise. |Park Sunghoon|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora