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Papá preparaba el desayuno mientras yo peinaba mi corto cabello sin lograr un lindo aspecto y acomodando mi ropa para sentirme más segura.

- Ya te dije que estás muy linda, no tienes por qué preocuparte, cariño.

- Pero papá, que tal si no le gusta como está mi cabello o como está mi ropa.

- No todos los días te arreglas tanto, te ve en la academia siempre. Además no creo que se fije tanto en eso yo creo que se quedará perdido en tus preciosos ojos enormes... que por cierto te los heredé yo. - sonrió orgulloso.

- Tu siempre encuentras buen momento para echarte flores, papá.

- Es que siempre hay algo que hago perfecto y eso te incluye a ti, hija mía.

- Para de una vez y sirveme el desayuno que ya se me hizo tarde.

- El desayuno también me sale exquisito. - murmuró, lo fulmine con la mirada.

Desayunamos, yo lo hice a prisa porque, como dije, se me hacía tarde. «Será de mala educación si llego tarde hoy, quizá se enfade o peor, quizá ya no querrá hablarme nunca y jamás pueda escuchar el "de véras" que tan feliz me hace. ¡Que desgracia!»
Dejé el plato en la mesa, me despedí de papá y salí corriendo

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Tan impuntual, eso no me agrada ya lleva más de 20 minutos de retraso qué esta haciendo que le quita tanto tiempo...

- ¡Hola, ____! - gritó a lo lejos - Perdón por llegar tarde es que... bueno yo estaba arreglando unas cosas.

- Está bien, entiendo. - mentira, pero igual sonreí - Bien, ¿que tienes planeado para hoy?¿a qué sitio iremos primero?

- Vamos primero al lugar donde entreno, quiero que sepas dónde es para que, si en algún momento no me llegas a encontrar, eso significa que estoy ahí. - se señaló a si mismo, me encanta que se esfuerza mucho por lograr todo lo que hace - ¿Te parece?

- Perfecto, me gusta la idea. Igual ahí también podemos entrenar juntos de vez en cuando.

- ¡Eso sería genial, de véras! - dijo emocionado - Ven, te guío.

Me tomó de la mano y comenzamos a caminar. Al haber tanta gente en el centro de la aldea lo único que podía escuchar eran murmullos y la mayoría iban en contra de Naruto, he notado eso desde la primera vez que salí con los chicos. Lo tratan como si fuera una peste, lo insultan, le gritan y lo empujan, es realmente molesto. No entiendo por qué tanto rechazo hacia él si es muy buena persona, no logro entender a qué se refiere la gente pero sé que no es algo bueno. Tantas veces he querido hablar, decirles que eso que hacen es una falta de respeto pero a Naruto no parece importarle, es como si los ignorara y si a él no le afectan yo poco puedo hacer.

Al llegar al lugar ví a una chica vestida de negro al lado de uno de los troncos que estaban ahí, con las manos rojas y jadeando. Era-..

- ¡Hinata! - grito Naruto saludandola - No sabía que también entrenabas aquí.

- ¡Ah! Naruto - dijo sobresaltada y sonrojada, eso no es una buena señal - No sabía que vendrías hoy, yo estaba-..

- Vaya ¿cuánto tiempo has estado aquí? - tomo las manos de Hinata y las observó de cerca - Se nota que tú también entrenas muy duro pero quizá debas dejarlo por hoy... estás muy roja, a lo mejor te estás enfermando.

- Yo... - dijo Hinata tartamudeando, creo que sé lo que sucede - E-Esta bien...

Ni siquiera se ha percatado de mi presencia, si es lo que estoy imaginando es un problema.

La Flor Púrpura del Campo | Naruto UzumakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora