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Una mañana, varias semanas después de que Shikamaru viniera. Nos encontrábamos los niños y yo entrenando, dando golpes a unos troncos que habíamos puesto en el patio delantero para agilizar el entrenamiento de taijutsu, ya hace tiempo habían terminando por lo que comencé a movilizarlos en cuando acabaron.

- Vaya.. no sabía que podrías entrenar a tantas personas, niños, más bien. — dijo Shikamaru quien caminó al lugar campante, como si se tratase de su propia casa — Veo que han avanzado.

Los niños se detuvieron en cuanto escucharon la voz del pelinegro, lo miraron con sorpresa mientras yo lo veía indiferente.

- ¡No sé detengan, sigan trabajando! — grité a los pequeños los cuales obedecieron mi orden al instante.

- Lo siento, tardé demasiado en venir pero no vine solo.

De repente salieron Kiba y Chouji detrás de él, la pequeña chispa de esperanza desapareció en cuanto ví que nadie más salió, pero seguía estando parcialmente feliz de que mis amigos hubieran venido a visitarme.

- Chicos.. — sonreí con alegría.

- ¡____! — gritó Chouji mi nombre mientras se acercaba a mí a darme un grande y muy fuerte abrazo — Me alegra verte de nuevo, te traje comida.

- Te lo agradezco, Chouji. Muy lindo de tu parte. — tomé la gran bolsa de galletas que me dió.

- ¡Que hay, preciosa! — sonrió Kiba quien se acercaba a mí mientras se bajaba del lomo de Akamaru — Estás muy linda hoy, me hace feliz verte ya. Vendré muy a menudo a verte, este grandote de acá te extrañó mucho.

Akamaru me miró y de inmediato me abalance hacia él para darle un fuerte abrazo, mire de nuevo a Shikamaru sonriente pero mi expresión cambió al ver que él no estaba del todo contento. Se le notaba preocupado y en cuanto se dió cuenta que lo observaba sacó un cigarrillo y lo puso en su boca.

- Tenemos que hablar. — dijo.

Un nudo en el estómago se me hizo al escuchar esas tres amargas palabras, supuse en todo momento que algo terrible había sucedido, y peor aún, que algo le había pasado a él.
En cuanto me dijo eso, les dí paso a los tres a la chosa para que podamos conversar en paz, mandé a los niños a descansar y dí a Taro la bolsa de las galletas que me había regalado Chouji, con la instrucción de que las repartiera a todos para mantenerlos tranquilos.

- Habla. — dije mirándolo fijamente.

- El sensei de Naruto murió, Jiraiya, uno de los Sannin. Fué asesinado por uno de los Akatsuki más fuertes que conocemos hasta el momento. La noticia se la dimos a conocer en cuanto regresó de su misión y como podrás imaginar... — me miró con seriedad — no lo tomó muy bien. Fué un golpe realmente duro para él, pude verlo realmente deprimido, no salía de casa, no comía. Él realmente estaba mal.

- Fué una de los golpes más fuertes que tuvo en su vida, pero eso no es lo peor. — dijo Kiba — Días después de que eso sucediera ocurrió un ataque de niveles catastróficos a la aldea.

- Así es.. — continuó Shikamaru — El mismo hombre culpable de la muerte de Jiraiya cometió un atentado enorme en contra de la aldea. Para ese entonces, Naruto se encontraba entrenando en un lugar lejano pero pudo llegar a tiempo para poder salvar parte de la aldea-..

- ¿Como que "parte de la aldea"? — los miré confundida.

- Sí. — contestó Chouji — Antes de que él llegara el hombre creó una esfera gigantesca sobre la aldea y la dejó caer, más de la mitad sufrió daños realmente terribles, todo el centro de la aldea fué totalmente desaparecida.

La Flor Púrpura del Campo | Naruto UzumakiWhere stories live. Discover now