Sábado, 6 de setiembre, 2025
No importaría cuántos años pasaran, igual tendría que tener la concentración al cien por ciento para aplicarme el rímel sin terminar con manchas en los párpados.
—Oh, girl, la práctica hace al maestro, pero como te niegas a practicar...
Ellen estaba a un lado de nuestra habitación, y se debatía si ponerse los tacones Louboutin o los botines Dior que acababan de llegarle de una colaboración reciente.
La tenía complicada porque ambos le quedaban perfecto al vestido azul brillante que llevaba puesto para la fiesta de fin de vacaciones a la que nos habían invitado.
—Y tú te niegas a elegir entre dos opciones de zapatos que le hacen igual a la ropa — repliqué, burlona —. Si quieres mi opinión, yo usaría los botines, se ven más cómodos para una fiesta.
—¿Y perder la estética de pasarela? No, no, my darling.
Me giré, y la miré con una ceja alzada: por más que supiera andar bien en tacones gigantes, no podía negarme que los Louboutin la harían verse más alta y estilizada a costo de la comodidad necesaria para bailar como si fuera la última noche de su vida.
—Como quieras, pero luego no te estés quejando de que te duelen los pies, y que necesitarás que alguien te lleve cargando hasta el auto.
Ahí recién mi prima pareció pensarlo mejor, y al final, optó por llevar los Louboutin puestos por una media hora, el tiempo que le llevaba darse a notar en alguna fiesta o evento, para después cambiarse a sus zapatillas Nike blancas, que hacían juego también con el vestido.
—Desde que estudiamos juntas, estás haciéndome cometer locuras — replicó, sin mal humor, mientras guardaba el calzado deportivo en su bolso mediano.
—Solamente soy precavida.
—Pues, creo que tú serías la excepción a la regla de verse divina y precavida a la vez. ¡Love your look, babe!
Me miré al espejo, y pude confirmar que, de hecho, no me veía nada mal: llevaba puesto un vestido color azul, casi del mismo tono que el de Ellen, pero mucho menos fastuoso, y más sencillo, y lo combinaba con los botines color piel de Roberto Cavalli, los cuales había elegido cuando pasamos por Roma el año pasado, vía crucero, junto con algunas amistades de la tía Samantha.
—¿En serio crees eso? — pregunté.
—¡Eso lo sé! — en eso, escuchamos que tocaban el timbre del departamento, y al tener yo el calzado más cómodo, me dirigí rápidamente a preguntar quiénes eran antes de abrir.
—¿Yeah? - pregunté.
—¡Somos nosotras!
Reconocí esas voces a coro donde fuera que estuviera: eran Elaine Díaz, Priyanka Gupta y Rachel Black, las demás miembros oficiales de nuestro grupo de salidas de fin de semana en épocas de clases.
Habíamos acordado que ellas nos darían el encuentro en el departamento, y de ahí, nos iríamos juntas al Jive's Spot, un club nocturno que habían inaugurado hacía poco cerca del campus de la universidad, casi como quien se iba al Central Park.
Menos mal, todas en el grupo teníamos veintiún años, así que no había impedimento para juntarnos en los sitios más top de la ciudad.
—Guys, no dejo de maravillarme de lo increíblemente grande que es su casa — comentó Priyanka, con su acento inglés tan sofisticado.
—¡Sí! — añadió Rachel, con su inglés sureño tan tierno. A lo largo de mis años en ese país, había aprendido muy bien a distinguir mejor los acentos, tanto en inglés como en español, al tener compañeros de tantos países en la universidad —. Deberían hacer fiestas aquí.
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Vivir A Tu Lado - Serie A TU LADO III [EN PROCESO]
FanfictionAngie y Gustavo llevan cuatro años felices en Nueva York: él se hace de un nombre en la actuación, mientras que ella es alumna de honores en su último semestre en la universidad. Sin embargo, tanto tiempo en paz viene con una nueva prueba para su re...