enemies? | eren jaeger.

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(créditos a los fanarts @/teaforgods en twitter)

Esa madrugada

Eren no tenía una pizca de sueño a diferencia de ______.

Tampoco quería estar tan cerca de ella, después de todo nunca prometieron caricias o besos después de hacerlo.

Su vista fue a su derecha, viendo a la chica recostada de lado. Evidenció algún temblores en su cuerpo. La llamó por su nombre algunas veces pero no hubo respuesta.

Fue a su clóset y sacó un suéter e hizo que ella se levantara un poco. —¿Ahora que haces? — Contestó con algo de sueño.

Logró ver su torso desnudo, colocando la prenda por su cabeza y luego entre sus brazos. —Que terca, deja que te ayude. — murmuró.

—No soy terca, que me trates bien o que siquiera me hables después del sexo es raro, es todo.. — contestó aún con sus párpados cerrados.

—Yo si te hablo. —

—Siempre te vas, no.. uhm, déjalo ahí. — Se quedó a la mitad de la frase y Eren acomodó su cabello haciendo que se vuelva a recostar.

—No sabía que querías que me quedara después de hacerlo.

—Al principio no quería, pero no se siente nada mal. — Confesó.

Eren ocultó su sonrisa.

—Lo empezaré a hacer si quieres. — dijo él y a ella se le escapó un bostezo.

—Esta bien. — Las yemas de sus dedos pasaron por la prenda. —¿Qué me has..

La chica sintió los labios de Eren presionarse contra su mejilla.

—Ya descansa. — Insistió él.

Eren se recostó de vuelta mirando hacia arriba y alzó los brazos estirándose un poco. Pensó en que mañana habían clases.

Percibió un ligero calor sobre su pecho desnudo, bajó su vista y era ella.

No dijo una palabra, no sé quejó, no salía nada de su boca, tal vez por sus nervios. Solo pasó su mano por la curva de su espalda acariciando ligeramente y mirándola dormir.

Es hermosa.

Retiró su cabello logrando ver su respiración subir y bajar.

Me gusta estar con ella.

...

A la mañana siguiente, sus ojos se despertaron antes que cualquier otra cosa, visión borrosa por la mezcla de sueño y algunas lágrimas acumuladas en el rabillo del ojo.

Miró a su alrededor dándose cuenta que había pasado la noche ahí.

Y a su izquierda estaba Eren.

Ella estaba recostada en su pecho.

Los latidos fueron en aumento en cuando sintió un gran brazo envuelto por la espalda baja apretando su cintura.

Dirigió su vista hacia arriba. El chico castaño estaba con los ojos cerrados mientras su pecho subía y bajaba, sus mejillas estaban ligeramente sonrojadas y su cabello estaba desordenado, también estaba muy cansando.

No podía decir que le sorprendía ellos dos siempre se las habían arreglado para quedar envueltos en tensión sexual y deseos distantes camuflados por odio.