CAPÍTULO 33

8.2K 586 261
                                    

AL día siguiente, en la maravillosa villa y tras una noche plagada de morbo y pasión entre nosotros,
Taehyung y yo tomamos el sol desnudos mientras planeamos una escapada . No hemos vuelto a mencionar a Yugyeom.

Ninguno quiere hablar de él. Me besa el tatuaje. Le ha encantado. Cada
vez que me hace el amor, me mira con lujuria y me dice: «¡Mírame a los ojos!». Me vuelve loco.

Tae me ha propuesto ir a casa de unos amigos suyos y a mí me parece bien. Podemos disfrutar de unos días con ellos y luego regresar a la villa, que, por cierto, me encanta. Es una
preciosidad.
Por la noche, cuando me lleva de regreso a la casa de mi padre, me lo encuentro sentado en el patio
trasero sobre el balancín y voy a saludarlo.

—Este hombre te conviene, Conejito.

—¿Ah... sí? ¿Por qué? —pregunto divertido mientras me siento en el balancín con él.

—Es un hombre que se viste por los pies. ¿Cuántos años tiene?

—veinte siete.

—Buena edad en un hombre.
Eso me hace sonreír y continúa:
—Te mira de la misma forma que yo miraba a tu madre y eso me gusta. Y mira lo que te digo, hasta hace poco pensaba que Yugyeom era el hombre ideal para ti. Pero después de conocer a Taehyung, me retracto. El y tú están hechos el uno para el otro. Se le ve que es un hombre con principios y dignidad que te cuidará. No es un depravado como el mequetrefe que conocí en Seúl, lleno de agujeros y
pendientes.

De nuevo vuelvo a reírme. Mi padre tiene razón, Tae tiene principios pero estoy seguro de que si conociera su faceta en el sexo le daría un pasmo. Pero ésa es mi intimidad.

—Papá... Taehyung me gusta, pero no sé cuánto tiempo durará lo nuestro.
Sorprendido, me mira.

—¿Qué ocurre, Conejito?

Las palabras bullen por salir. Quisiera explicarle a mi padre que es mi jefe, pero no puedo. Tengo miedo de su reacción. Cientos de dudas y miedos pugnan por salir de mí pero no se lo permito.
—No ocurre nada, papá —respondo, finalmente—. Sólo que es difícil mantener una relación a
distancia. Ya sabes que él vive en Japón y yo aquí. Y cuando acabe lo que ha venido a hacer a Seúl, ambos tendremos que regresar a nuestros trabajos y, bueno... ya me entiendes.

Veo que asiente y con la prudencia que lo caracteriza, añade:
—Mira, mi vida. Ya no eres un niño. Eres un hombre y como tal te tengo que tratar. Por eso, sólo te puedo decir que disfrutes el momento y seas feliz. De nada sirve pensar muchas veces en el «qué pasará», porque lo que tenga que pasar... ocurrirá. Si Taehyung y tú están predestinados a estar juntos, no habrá distancia que los separe. Eso sí, sé cauteloso y un poco egoísta y piensa en ti. No quiero verte sufrir
innecesariamente cuando tú mismo ya me estás diciendo que lo de ustedes es complicado.

Las palabras de mi padre, como siempre, me reconfortan. No sé si será la edad, la experiencia de haber perdido a mi madre años atrás. Pero si hay algo que él siempre ha tenido claro y que nos ha transmitido a mi hermana y a mí es que la vida es para vivirla.

Al día siguiente, Taehyung me recoge muy temprano en su moto. Comienza nuestra pequeña y cercana
aventura. Mi padre se despide de nosotros encantado y nos desea un feliz viaje. Visitamos un pequeño distrito. Allí comemos y nos bañamos en la playa y por la tarde, cuando estamos cerca de Seúl, su teléfono suena y él sonríe.
—Yoongi nos espera.

Nos montamos en la moto y conduce hacia su casa. Por la seguridad con la que se mueve por las carreteras secundarias del lugar, imagino que ya ha estado allí en otras ocasiones. Los celos vuelven a mí, pero los expulso. Nada me va a impedir disfrutar de mi tiempo con Taehyung.

Tras desviarnos por un camino, paramos ante una valla de piedra. Tae toca un timbre y, segundos después, la enorme puerta de chapa negra se abre y yo me quedo sin habla. Ante mí se extiende un maravilloso jardín con cientos de flores de colores que enmarcan una preciosa casa minimalista.

Una vez llegamos hasta la puerta y
Tae para la moto, me bajo y poco después Yoongi y un chico con
un bebé en brazos salen a nuestro encuentro.

Yoongi es el médico que Taehyung llamó cuando me queme con la plancha y me curó el brazo, eso me sorprende.
El chico que está con yoongi se llama jimin y el niño, yoomin.

Jimin es japonés como Taehyung , pero habla perfectamente coreano y en seguida hay buen rollo entre nosotros. Una mujer aparece y se lleva al pequeño, y, segundos después, los cuatro pasamos a un jardín trasero donde una asistenta nos lleva unas bebidas. Divertidos, los cuatro charlamos mientras escucho anécdotas divertidas de sus viajes.
Pronto me doy cuenta de la estupenda amistad que los une desde hace años y eso me hace sonreír. Sobre las ocho, jimin nos conduce hasta nuestra habitación. Un lugar espacioso, decorado con un gusto exquisito y donde hay una enorme cama.
En cuanto nos quedamos solos, taehyung me coge entre sus brazos y me besa mientras me desnuda. Me
lleva en volandas hasta una enorme ducha donde abre el agua y los dos gritamos divertidos al sentir el
agua fría caer sobre nosotros. Los besos de Tae se intensifican y mi ansiedad por él más. De pronto, me
tumba en la ducha y se tumba sobre mí mientras el agua cae sobre nosotros. Su boca exigente me muerde los labios mientras siento sus manos recorrer mi cuerpo y éste vibrar por el contacto.

Cuando abandona mis labios, su boca baja hasta mi pecho. Mis pezones están duros y, al mordisquearlos, me hace gritar. Sigue su andadura por mi cuerpo y siento que su lengua baja por mi ombligo, se entretiene en él unos instantes hasta que continúa su camino y de pronto se detiene.
Al notar que él ha frenado su exploración incorporo mi cabeza para mirarlo y me doy cuenta de qué
es lo que ha visto. Está mirando el tatuaje. Eso me excita y jadeo, mientras siento que me mira tras sus
pestañas mojadas.

—Mírame a los ojos
Yo obedezco

El cosquilleo en mi pene es impresionante. Creo que voy a venirme con sólo escuchar su
voz y ver el morbo de su mirada.

Clava sus rodillas en el suelo de la ducha y, con urgencia, me coge de las caderas y me atrae hacia él.
Coge la ducha con las manos me separa las piernas y me lava. Humedece cada centímetro de mi agujero y yo me dejo, encantado.

Excitado, veo que cambia la intensidad de la ducha. Ahora son menos chorros pero el agua sale con más fuerza.

Imagino lo que va a hacer y no me muevo. Lo deseo.

Se agacha, mete su lengua en mi y me chupa. Busca mi placer, rodea mi agujero con su lengua y juega con él.

Lo mima. Lo estira. Lo devora. Me vuelve loco.

Cuando lo tiene como él desea

vuelve a coger la ducha, mientras con dos de sus dedos me separa los pliegues de trasero y siento que

los chorros caen directamente sobre mi hinchado y rosado oyó.

¡Me vuelvo loco!

Jadeo... me retuerzo y él me sujeta para que no me mueva mientras los chorros caen con fuerza sobre

mi, proporcionándome cientos de sensaciones. ¡Calor...!
El calor sube por mi cuerpo y, cuando me contraigo por un maravilloso orgasmo, suelta la ducha, coloca su duro pene en mi.

Entonces da un empellón y me la mete hasta el fondo.

—De acuerdo, pequeño... Te voy a coger duro hoy

Tirado en el suelo de la ducha con Taehyung poseyéndome con fuerza, dejo que me mueva a su antojo.

Diez... once... doce, sigue su bombeo sobre mí, mientras mi trasero se contrae a cada embestida y próstata con su roce me hace vibrar más y más. Vuelvo a tener otro maravilloso orgasmo esta vez al mismo tiempo que él.

Instantes después, rueda a mi lado y los dos quedamos en el suelo de la enorme ducha mirando hacia

el techo mientras el agua corre a nuestro alrededor. Su mano busca la mía y cuando la encuentra la

aprieta. Se la lleva a la boca. Me besa los nudillos y dice:

—kook... kook... ¿Qué me estás haciendo?

Mi Jefe El Sr. kim       (TAEKOOK) Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt