CAPÍTULO 21

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El viernes, cuando despierto en mi cama, miro el reloj digital de la mesilla. La una y siete. He dormido varias horas.
Como mi hermana no sabe que he vuelto, no se ha presentado en mi casa y eso, por unos segundos, me hace feliz. No quiero dar explicaciones.
Cuando abandono mi habitación lo primero que busco es el móvil. Lo tengo en silencio dentro de mi portafolio. Dos llamadas perdidas de mi hermana, dos de Yugyeom y doce de Taehyung. ¡Vaya!
No respondo a ninguna. No quiero hablar con nadie.
Mi cólera regresa y decido hacer limpieza general. Cuando estoy cabreado limpio de lujo.
A las tres de la tarde tengo la casa patas arriba.
Ropa por aquí, muebles fuera de su lugar... pero me da igual. Soy el rey del lugar y aquí mando yo. De repente, siento que quiero planchar.
Increíble, pero es así. Saco la tabla, enciendo mi plancha y cojo varias prendas.
Mientras canturreo lo que sale por la radio, olvido lo que me taladra la cabeza:
Taehyung.
Plancho un pantalón , un saco, dos camisas y, mientras plancho un polo, mis ojos se paran en una pelota roja que hay en el suelo. Rápidamente me acuerdo de gigi, mi gigi, y los ojos se me llenan de lágrimas hasta que suelto un chillido.
Me acabo de hacer una tremenda quemadura con la plancha en el antebrazo y duele mogollón.
Lo miro, nervioso.
Está rojo como la camiseta de la selección y veo hasta el dibujo y los agujeritos que tiene la plancha en mi piel. Duele... duele... duele... ¡Duele mucho! Pienso si echarme agua o pasta de dientes mientras camino dando saltitos por la casa.
Siempre he oído hablar de esos remedios, pero no sé si funcionan o no. Al final, muerto de dolor, decido acercarme al hospital. Por fin, a las siete de la tarde, me atienden.
¡Viva la celeridad del servicio de urgencias! Veo las estrellas y los universos paralelos de los dolores que tengo. Un doctor encantador me echa un liquidito en la quemadura con mimo, cuando me pregunta el como me he quemado y yo respondo que fue con la plancha se echa a reír, tiene una risa particular que me hace reír también y pone un apósito en
mi brazo y lo venda. Me receta unos calmantes para el dolor y me manda para casita.
Con unos dolores de mierda y el brazo vendado busco una farmacia de guardia. Tras comprar lo que necesito, regreso a mi casa. Estoy adolorido, agotado y cabreado. Pero cuando
llego a la puerta del portal de mi casa, oigo una voz detrás de mí.

-No vuelvas a marcharte sin decírmelo.

Su voz me paraliza.
Me enfada pero me reconforta. Necesitaba oírla.
Me doy la vuelta y veo que el hombre que me tiene fuera de mis casillas está a un escaso metro de mí. Su gesto es serio y, sin saber por qué, levanto el brazo y digo, mientras los ojos se me llenan de lágrimas:
-Me he quemado con la plancha y me duele horrores.

Su gesto se descompone.
Mira el vendaje de mi brazo. Después me mira a mí y noto que pierde toda la seguridad. Iceman acaba de marcharse para dar paso a Taehyung . El Taehyung que a mí me gusta.
-Dios, pequeño, ven aquí.

Me acerco a él y siento que me abraza con cuidado de no rozar mi brazo. Mi
nariz se impregna de su olor y me siento el hombre más feliz del mundo. Durante unos minutos, permanecemos en aquella posición hasta que yo me muevo y
entonces él acerca su boca a mis labios y me da un corto pero dulce y tierno beso.
Nunca me ha besado así y mi cara debe de ser un poema.
-¿Qué te ocurre? -me pregunta.
Vuelvo en mí y sonrío.
¡Me ha besado con ternura!
Le entrego las llaves de mi casa para que abra.

-El portal tiene rota la cerradura... tira de la puerta y abre.
Deja de mirarme y hace lo que le pido. Después me agarra de la mano y subimos juntos en el ascensor. Al abrir la puerta de mi casa veo que mira alrededor y
murmura:
-Pero ¿qué ha pasado aquí?

Sonrío. Sonrío como un tonto, como una imbécil.
-Limpieza general -respondo mirando el caos que nos rodea-. Cuando me cabreo, esto me relaja.
Ríe por lo bajo y después oigo que la puerta se cierra.
-¿Qué haces aquí?

-Me tenías preocupado. Te marchaste sin avisar y...

-Te dejé una nota y, sobre todo, en buena compañía.
Tae me mira. Siento que la tensión regresa a su mandíbula.

Mi Jefe El Sr. kim       (TAEKOOK) Où les histoires vivent. Découvrez maintenant