🅲🅰🅿🅸🆃🆄🅻🅾 🆅🅴🅸🅽🆃🅸🆄🅽🅾

58 47 14
                                    

—Ya no te puedes arrepentir, así que vamos.

Empecé a caminar jalándolo conmigo.

-ajam.

Reí y negué.

-si puedo.

Me negué a subir al carro.

Empecé a tratar de seguir jalando de sus brazos pero no podía ni casi moverlo, es mucho más alto que yo y tiene más fuerza.

—Ya dijiste que sí, ahora vámonos.

Seguí en lo mismo hasta que decidí rendirme. Coloqué mis manos en mi cintura soltando un suave suspiro.

—Bien, ¿entonces qué quieres hacer tú?

Lo miré por unos segundos pero luego desvíe mi mirada cuando alcancé a ver una que otra sombra negra alrededor de la casa, observé con más atención pero ya no se veía nada. ¿Y si esto es juego de la maldición que hecho Taehyung? No puedo permitir que las personas que me prestan sus servicios se vean intimidados por cosas paranormales, dejar que ese estúpido entra a mi casa fue una mala idea.

Suspiré y lo mire.

-no se... lo que sea pero que no sea arriesgado Jeon.

Suspiré.

-que tal si vamos al billar?

—Vamos, deja de ser amargado, hay que ponerle adrenalina a nuestras vidas.

Asentí suavemente y subí al auto dejándole espacio para que también subiera.

—Bien, aunque no sé jugar billar.

-pero no con carreras.

Suspiré y subí para verlo.

-te enseño, es muy fácil.

—Acepto tu enseñanza, a la vez que también de seguro habrán pervertidos que patear.

Sonreí y di una suave caricia en su cabello acomodándolo hacia un lado.

—Que guapo te ves siempre, de seguro tienes uno que otro pretendiente solo que no se atreve a confesarse.

Sonreí y negué.

-si hay varios pervertidos y varios chicas o chicos que hace compañía.

Lo mire.

-claro que no, apenas y tengo tiempo por qué tu te llevas todo.

—Pero hay unos que no quedan conformes con los de compañía.

Negué cerrando mis ojos con una pequeña sonrisa.

—Mentira, me gusta demasiado llamar la atención pero yo sé que tú si tienes a unos cuantos babeando.

-bueno también dan más servicios.

Sonreí y negué.

-ya deja de decir esas cosas Jungkook.

—Pero obviamente ninguno llega al nivel al que podría dar yo.

Hablé con arrogancia, muchas personas me odian por ser egocéntrico, pero eso simplemente no me importa, los haters pueden quedarse allá abajo hundidos en su miseria.

—¿Por qué? Es la verdad, déjame halagarte.

-nadie como tú.

Sonreí y suspiré.

-no es la verdad así que no empiecen.

Entre abrí mi boca haciendo cara de indignación mientras posaba mi mano en mi pecho.

El GRAN SECRETO DE AMOR (PROCESÓ)Where stories live. Discover now