El GRAN SECRETO DE AMOR (PROCESÓ)

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La metieron a la máquina así que hice mi labor para sacarle su poder después empecé a hacer el hechizo.

-aquí tienes mi amado.

Le di la pequeña botella mientras voy donde ella para sacarla de ahí.

A: —Eres un incrédulo Hades, te aborrezco por completo.

Reí rodando mis ojos ante las palabras de la diosa frente a nosotros y después correspondí a su beso, sabía lo chocante que eran estos actos para ella. Volvimos al mismo lugar donde fue sometido Poseidón. Me quedé mirando como el cuerpo de la chica se empezaba a debilitar por completo hasta quedar con sus ojos cerrados.

—Muchas gracias, amor.

Le sonreí tomando aquel frasco en mis manos, su esencia era dorada, en tan solo mis manos podía sentir su fuerza. Tomé aquel líquido y cerré mis ojos al sentirme mareado, de a poco aquel mal estado fue desapareciendo volviendo a mi estabilidad normal.

Lo mire y sonríe.

-como te sientes.

Me acerque a el mientras los ángeles se llevan su cuerpo al calabozo.

-hay que esperar que haga efecto.

—Me mareó un poco, pero ya me pasó, estoy mejor.

Al tenerlo cerca, lo abracé pasando mis brazos por sus hombros.

—Sí, luego tendré a ensayar el uso de los poderes.

Besé sus mejillas.

Sonreí y lo cargues.

-mañana lo harás mi amor.

Lo bese.

-ya quieres seguir con la otra parte del entrenamiento?

Mordí su labio para apretar su trasero.

-te acuerdas de ese día?... Del dildo largo.

—Claro, me encantaría, no importa día o hora, es al que menos me quiero perder.

Susurré sobre sus labios en lo que él mordía el mío. Solté un suave suspiro junto a una pequeña risa, es tan adictivo sentir como mis nalgas caben perfectamente entre sus manos.

—Claro, me acuerdo perfectamente, ¿acaso quieres repetirlo?

Bajé su cuello y olí su delicioso aroma varonil para después dejar una mordida acompañada de besos.

-tu quieres repetirlo?

Sonreí y llegué al cuarto para dejarlo en la cama.

-me encanta ver cómo lloras y tus hermosas arcadas.

Lo bese para quitar mi traje y colgarlo.

—Está bien, me gustaría repetirlo.

Me quedé en la cama y reí un poco negando.

—Pero al menos ten un poco de compasión conmigo, también necesito respirar ¿o acaso me quieres matar ahogado?

Correspondí al beso para después verlo separarse y como de a poco iba quitando su traje; mordí mi labio inferior levemente sin quitar mi mirada de él, su cuerpo es tan perfecto, se ve tan fuerte e imponente, yo fácilmente me quedaba perdido por completo en su varonil figura.

Reí bajo.

-no quiero que te muertas te vez jodidamente hermoso de esa manera.

Lo mire y sonreí.

-te gusta lo que vez?

Me acerque a el para quitar su ropa después apreté sus pezones.

-abre grande.