ᴏɴᴇ

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Hace un par de años que su relación con Tsukishima había comenzado, aún lo recuerda bastante bien, aquella tarde después del entrenamiento caminaban juntos a casa, justo como acostumbraban hacerlo desde el día en que se hicieron amigos. Iban en completo silencio, solo disfrutando de la compañía del otro, o al menos así era para Yamaguchi, Tsukishima lo miraba de reojo notando lo tenso que estaba.

-¿Que es lo que te pasa Yamaguchi?

-¿Uhm? -- nervioso levanto la mirada del suelo para dirigirla a su mejor amigo, puede que se hubiera preparado mentalmente durante toda una semana antes, pero al estar ahí, las palabras se quedaron atrapadas en su garganta, simplemente no querían salir -- Nada importante Tsukki

Y la cobardía se había apoderado del el.

Muy bien Yamaguchi, eres patético.

Kei sabia que algo mas le pasaba, pero si no quería decirle, tampoco iba a insistir. Al llegar a su casa, el peli-verde se detuvo antes de entrar, dio media vuelta y, avergonzado, simplemente dijo un "Me gustas, Tsukki" y entro corriendo a su hogar lo mas rápido que le permitieron sus piernas. Una parte de el quería que la tierra se lo tragase y escupiera al otro lado del mundo, pero en el fondo,  exista una pequeña esperanza, quería que el rubio tomara su mano, que lo detuviera y le dijera que el se sentía de la misma manera, pero eso no paso, simplemente lo dejo ir y dolió.

Esperaba recibir una llamada, aunque sea un corto mensaje, lo que sea, solo una pequeña señal de que no lo odia, pero nada de eso llego.

Al día siguiente, Yamaguchi, no tenia ganas ni de levantarse, había pasado la noche llorando y lamentándose por haber declarado sus estúpidos e innecesarios sentimientos, sabia que no era correcto, pero no pudo evitar enamorarse de su mejor amigo y se odiaba por eso.

Aún con los sentimientos hechos mierda y el corazón destrozado se levanto de la cama y con la poca energía que tenia se arregló saliendo de su casa antes para no encontrarse con Tsukki. Para su suerte no lo encontró en el camino, claro que el pecoso sabia que mucha suerte no tenia, era obvio que iba a ir a clases, pero al no verlo llegar a la misma hora de siempre, creyó que no lo iba a ver, claro que sus ilusiones se derrumbaron cuando entro el rubio al que no quería ver ni ahora, ni nunca, por la vergüenza de su jodida declaración, si es que así se le podía llamar. Y como el mundo lo odia, miro como este se acercaba a el.

Mierda, ya valí, fue un gusto existir, no la verdad no lo fue, gracias Diosito, pero me hubieras llevado antes de hacer mi pendejada, aunque ahora también me sirve. AAHHHHHHHH 
Me esta viendo, la ventana se mira muy bonita, ¿será que si me caigo desde aquí me muero? ¡Ay no!, Dios, ilumíname o elimíname.

Antes de que los pensamientos de pánico de Yamaguchi siguieran creciendo, Tsukishima llego junto a el y le dio una pequeña sonrisa.

¿Acaso vi bien? ¿o ya estoy alucinando?

-¿Podemos hablar, Yamaguchi?

No

-Claro, Tsukki, pero la profesora no tardara en llegar

El rubio hizo cara de molestia y asintió 

-Hablemos en el descanso ¿si? Es importante

-Si 

y eso fue todo lo que respondió Tadashi, su mente estaba ocupada creando miles de escenarios posibles en donde Kei lo rechazaba y mandaba a la mierda de mil maneras distintas peores a la de ayer en la tarde 

Dios, no es broma, ya llévame, o me veré en la necesidad de decirle a Satán que puede llevarse mi alma directito al infierno. Ay cuanta pendejada pienso, pido perdón diosito, pero me encuentro desesperado, así como cuando ves anime en paginas ilegales y una tal Gabriela se encuentra muy cerca de ti. Digo- no, no a paginas ilegales 

Las clases pasaron y  la hora del almuerzo llego y Yamaguchi aun no encontraba un buen escondite para que Tsukishima no lo encontrara por el resto del día, o la semana, el mes o ya de perdida, en toda la vida, debajo de la banca no servía, de niño descubrió que la única razón por la cual su mama fingía no verlo cuando se escondía ahí, era para no romper su pobre e ingenuo corazón, aunque eso si paso. 

Y, por segunda vez en el día, Kei se acerco a su banca, hizo un leve movimiento de cabeza para que Tadashi lo siguiera, tomo su almuerzo y comenzó a caminar con una mirada de concentración en el piso, como si estuviera evaluando la limpieza de este, o tal vez estaba mirando a las hormigas desfilar por los pasillos y quería puntuar su vestimenta. 

Llegaron a la azotea en completo silencio, se sentaron y Yamaguchi pego su espalda a la pared, odiaba en ese momento que el lugar tuviera una reja, no podría aventarse si algo llegaba a salir mal, al menos se quedo cerca de la puerta, aun tenia una manera de escapar. 

-Te estuve esperando pero no llegaste 

-Si bueno... -- Es que en realidad no quería verte, es mas, aun no quiero hacerlo así que me harías un gran favor si me dejas aventarme de las escaleras -- tenia algunas cosas pendientes y quería llegar- 

-No me tienes que mentir, ¿tiene que ver con lo que dijiste ayer? 

Las mejillas del peli-verde se encendieron y su pulso se disparo, Tsukishima se veía muy tranquilo, tenia su mirada en el cielo, ¿será que el se siente igual?. Tímidamente Yams, asintió.

-No tienes que preocuparte por eso, simplemente puedes hacer como que nada de eso paso, no quería arruinar nuestra amis- 

-Tu también me gustas  

Y esas cuatro palabras hicieron que su corazón se detuviera por unos segundos, ¿de verdad lo había escuchado?, ¿era alguna broma o algo?

-Antes de que lo pienses no, no es una broma -- demasiado tarde -- de verdad me gustas, quería responderte ayer, pero te fuiste corriendo, y no quería hacerlo por mensaje -- en realidad no lo hizo porque, cuando estaba a punto de hacerlo, Akiteru lo descubrió, y aunque intento negarlo, su hermano lo reprendió y le dijo que tenia que hacerlo en persona 

- Y-yo...

Varios balbuceos salían de su boca pero ninguna palabra clara, Tsukishima volvió a sonreí con ternura

Jamás pensé que viviría para ver algo como esto

-Yamaguchi Tadashi, ¿quieres ser mi novio?

Y sin pensarlo dos veces, Tadashi asintió varias veces con emoción y un rubor cubriendo sus mejillas

-Si quiero, Tsukki

Y sin esperar un segundo más, Kei se acercó y dejo un pequeño y cortó beso en los labios del contrario, fue un contacto suave y rápido, pero bastó para acelerar el corazón de Yamaguchi

Mi Estrella FavoritaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora