ꜰɪᴠᴇ

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-¿Suga? pensé que te habías ido desde hace un rato

-¿Yamaguchi? -- el peli-verde estaba apuntándoles con la linterna del celular, por el momento lograba reconocer a algunos. Más ruidos de escucharon detrás de la puerta.

-Oikawa- san, puede salir, son los chicos... Y muchas personas más.

-Por favor dime que Ushivaca no está ahí también.

-¿De quien mierda estas hablando, Oikawa?

-Shirabu, tranquilo -- antes de que siguiera se escuchó otro golpe bastante fuerte -- eso se llama karma.

Oikawa salió de el lugar desconocido para los idiotas mientras sobaba su antebrazo, se había tropezado en la oscuridad y se cayó, logró meter las manos para no dañar su hermoso rostro.

-¿Ustedes de donde vienen? ¿Por que salieron de ahí?

-Bueno, yo iba a ir a recoger a Iwa- chan, pero cuando llamé al elevador no subió, y me quedé sentado esperándolo, y después Tada- chan vino a mi rescate, ¿sabían que ahora somos vecinos de piso? 

Que envidia.

 Sip, ese había sido Osamu

-Si, que bueno, ¿Qué pasó después?

-Podrías mostrar un poco más de interés, gato pulgoso -- Le mostró la lengua a Kuroo y sólo lo ignoro -- Bueno, como decía, Tada- chan me encontró afuera, dijo que su estúpido roomie ya se había tardado e iría a buscarlo, pero después se fue la luz y valió verga, ¿ustedes sabían que tenemos escaleras? Porque yo no, y eso que llevo aquí dos años, pero Tada- chan si sabía, por cierto, ¿saben por qué se descompuso el elevador?

-No tenemos ni puta idea del elevador, nos dejó a todos aquí y ya, pero... ¿Enserio tenemos escaleras?

Bokuto y Kuroo fueron los primeros en acercarse, era verdad detrás de la puerta estaban las escaleras.

-Así que por eso los pasos y ruidos raros.

-Al parecer si, bro.

-¿Me están diciendo que todo este jodido tiempo pudimos haber salido de aquí, pero que los estúpidos que viven en este edificio de mierda no sabían que tenían escaleras?

-Resumiéndolo si, eso fue justo lo que pasó.

-¿Llevan aquí dos horas? -- pregunto Yamaguchi boquiabierto -- y yo que me quejaba de tener hambre, por que alguien se olvidó de hacer las compras y no regresaba a casa. -- Terushima se encogió en su lugar mientras dos miradas lo asesinaban a distancia.

-Perdooooon Yams, es que Suga me grito y no me dejo subir rápido.

-Oigan... ¿Cómo es que terminaron aquí? -- el mundo entero miro a los hermanos Miya.

-Holis -- Osamu se dio un golpe en la cara por la estupidez de su hermano.

-Lo sentimos, esto no habría pasado si alguien no se hubiera equivocado de piso.

-Me distraigo fácilmente, tu debías haber venido si sabías que algo iba a salir mal.

-Si como sea, es tarde y deben tener hambre, ¿si les hacemos de comer como disculpa...? --

-Aceptamos -- Shirabu, Bokuto, Suga y Yamaguchi se adelantaron, estaban muriendo de hambre y muchas ganas de cocinar no tenían.

Osamu lo hacía para disculparse, pero claro que no era la razón principal, Yamaguchi había dicho que tenía hambre y era obvio que el mayor no iba a permitir que su pequeño pasará hambre, se encargaría de alimentarlo todos los días de su vida si el pecoso se lo permitía.

-Podemos ir a nuestro departamento, ustedes apenas se están instalando y debe ser un desastre -- ofreció Kuroo rápidamente, el hambre se hacia presente. 

-Su departamento debe estar peor, así que no digan mucho. -- Daichi sabía que estaba tan desordenado como si un huracán hubiera arrasado con todo.

-¿Qué comes que adivinas?

-A Suga. -- Terushima definitivamente no valoraba su vida, los demás soltaran una carcajada y Tadashi sólo trataba de aguantarse.

Yamaguchi trató de salvar la vida de su amigo, no podría pagar los gastos de la casa el sólo, debía vivir un tiempo mas. 

-Podemos subir al nuestro, pero no tenemos nada comestible.

¿Nada además de ti?

Miya Osamu, más te vale ir a la Iglesia y sacar esos pensamientos cochinos de tu mente.

Los demás lo miraron, si estaba Tadashi seguramente estaría bien ordenado, así que  subieron hasta el 5° piso y justo en ese momento regreso la luz. El universo seguramente los odiaba, ¿no pudo regresar antes y evitar que se cagaran de miedo?

-Muy bien, ¿alguien podría ir a comparar algunas cosas para la cena?

-Yo voy. -- Semi se ofreció ante la petición de Osamu y Terushima se fue con el,

En lo que esperaban, los demás se quedaron mirando la televisión y charlando de tonterías, aún no se podían creer que hubiera escaleras, era un milagro del señor, una señal divina de que todavía no los quería con él, y lo entendían perfectamente, no creo que Dios necesite a 9 adolescentes con falta de neuronas en el paraíso.

Ya se podían imaginar el mega desmadre que armarían, seguramente los harían descender al infierno y como el diablito tampoco los quiere los enviarían de vuelta a la tierra a seguir jodiendo al mundo, serían inmortales.

Semi y Terushima no tardaron en regresar, Samu les había pedido las cosas necesarias para hacer onigiri para 9 personas, así que tomaron las cosas y Yamaguchi lo guio hasta la cocina para ayudarlo a cocinar.

-No esperaba verte de nuevo. -- Fue lo primero que dijo Osamu al entrar a la pequeña cocina.

-Yo tampoco lo esperaba, es un gusto volver a verte Miya- san. -- y le sonrió de una manera tan jodidamente linda, que podría desfallecer ahí mismo, le gustaba, tanto que le asustaba.

No se conocían para nada, sólo las contadas veces que se habían cruzado durante las nacionales en la preparatoria. Aunque Yamaguchi había cambiado desde la última vez que se encontraron.

Lo miro con más atención, tenía dos perforaciones en su oreja izquierda, uno en el lóbulo y el otro en la parte superior a la oreja (hélix), en la derecha solamente la del lóbulo. Su cabello también estaba un poco más largo, varios mechones le caían al frente pegándose a su rostro, se veía tan tierno. Había crecido unos cuantos centímetros y se veía más maduro, aunque eso no lo quitaba lo lindo.

Él por otro lado no había cambiado nada, lo único que se hizo fue la perforación en la lengua, y eso no lo veías a simple vista, no era la gran cosa.

-Por favor, sólo dime Osamu, de verdad es extraño que me llamen por mi apellido -- esta era una de las pocas veces que agradecía tener a Tsumu con él.

-Bien, Osamu- san, entonces creo que puedes decirme Tadashi, así estaremos igual -- ese pequeño sonrojo en sus mejillas iban a hacer que el peli-gris muriera por exceso de ternura, eso era demasiado para su pobre corazón. Y ni hablar del paro cardíaco que le había dado al escuchar su nombre salir de aquellos labios rosados que tenía una extraña necesidad de probar.

-Me parece bien Tadashi --

Mi Estrella FavoritaWhere stories live. Discover now