Resident Evil VIII (VILLAGE)

Capitulo 25: Por Ingrid

Pueblo: Resident Evil VIII

Capítulo veinticinco: Por Ingrid

Probablemente uno pensaría que rastrear a un asesino era difícil, pero en realidad había varios factores que podían facilitar mucho esta tarea, comenzando por el hecho de que el asesinato en sí se había cometido muy recientemente. El exceso de confianza fue la mayor ruina para los asesinos de alto perfil, especialmente, por ejemplo, cuando el asesino se creía invencible, sin nadie alrededor para perseguirla, incluso si no lo era. Daniella ni siquiera se había molestado en limpiar el desorden después de que terminó con Ingrid, dejando un rastro de sangre fresca que incluso Redfield podría haber seguido, y no se equivoquen, la pelirroja definitivamente estaba siendo perseguida.

Armado con sus propias habilidades de rastreo ejemplares, así como la tecnología en su máscara que permitía varios tipos diferentes de visión, Umber Eyes siguió fácilmente a Daniella Dimitrescu a un ala completamente diferente del castillo, donde aparentemente se estaban realizando algunas renovaciones. Se instalaron andamios junto a algunas de las paredes de piedra, y el olor a pintura fresca aún dominaba el olor habitual a polvo y argamasa, lo que significa que este trabajo debe haber estado en marcha hasta que Miranda ordenó la ejecución de todos en el pueblo. . Se colocaron herramientas y bolsas de mezcla de concreto en las áreas intactas, probablemente en preparación para el próximo día de trabajo, y los suministros de limpieza estaban listos en los terminados... listos para una limpieza que nunca iba a suceder.

El rastro de Daniella se movió a través del área de construcción hacia una parte terminada del ala, y la pelirroja parecía completamente inconsciente de que la seguían, tarareando para sí misma mientras se lavaba la sangre de los brazos en el lavabo de un gran baño. Muy bien, ahora que la habían localizado, el soldado iba a necesitar un plan para seguir adelante ... el baño era grande con al menos dos puertas de salida y tres ventanas a lo largo de la pared del fondo para dejar entrar la luz natural. De vista, Umber Eyes repasó todo lo que había aprendido sobre estas chicas vampiro-insectos, y los suministros esparcidos por las áreas de renovación realmente serían útiles.

Al alejarse de la puerta del baño y luego regresar a las áreas de trabajo, el soldado tomó un par de martillos, seguidos de una palanca, pero esto no fue suficiente. También se necesitaba un balde grande del área que se iba a limpiar y, finalmente, dos botellas grandes de químico, lejía y amoníaco. Sí, eso estaba a punto de hacerlo, así que llevó todas estas cosas de regreso a la puerta del baño, escuchando el continuo tarareo de Daniella, mientras vertía la lejía y el amoníaco en ese balde juntos. Todo estaba listo ahora, por lo que el soldado tomó el cubo y abrió la puerta del baño con el hombro, arrojando el contenido ya sibilante hacia la pelirroja antes de que ella pudiera dejar escapar un grito ahogado.

Golpeándola en el pecho y salpicando todo su cuerpo, Daniella tosió y se atragantó mientras la mezcla química empapaba el piso a su alrededor también, y luego Umber Eyes le quitó uno de los martillos de su chaleco. Lanzando la herramienta hacia ella, el martillo pasó volando junto a su cabeza, rompiendo el vidrio cuando golpeó la ventana cercana y obligando a la asustada pelirroja a sumergirse en busca de refugio cuando el viento nevado entró en la habitación. Daniella aún tosía cuando trató de gritar, y el piso mojado hizo que se resbalara y se cayera donde estaba, gateando y arrastrándose por el piso para escapar del frío que ya estaba volviendo parte de su brazo blanco.

Como era de esperar, la pelirroja se levantó y trató de correr hacia la puerta al otro lado del largo baño, pero esa fue la razón por la que Ojos Umber recibió un segundo martillo. Sacando la herramienta de su chaleco y tirándola durante su intento de fuga, la ventana lejana se rompió justo en frente de ella, haciendo que Daniella gritara de horror cuando tuvo que detenerse en seco, cayendo hacia atrás después de que el viento frío azotara su bonita cara. Ahora gateando hacia atrás para salir del túnel de viento nevado, la pelirroja miró de un lado a otro las ventanas rotas, dándose cuenta de que estaba atrapada en el centro de la habitación ya que cada una soplaba directamente sobre una puerta ... y luego vio al soldado. caminar a través del frío.