Reto en trance

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Raul

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Raul

Raúl tocó el timbre, un sonido metálico retumbó por los pasillos de la casavacía, produjo una secuencia de ecos rebotantes en todas las paredes. Mildedos de mil Raúles tocando mil timbres. Eso se le ocurrió a Raúl mientrasesperaba. Sí, todos al unísono al principio, luego en canon. Toda esa masa de sonidosrebotando y destruyéndose en contra paredes imaginarias, paredes que sólo existenen la cabeza de Raúl, en la triste y amarga cabeza de Raúl. Paredes y pasillosdesfilando por su cabeza, naciendo como árboles o flores. Bosque de puertas yaltillos, de ventanas y escaleras creciendo como la fuerza de la naturaleza, roedorescorriendo por pisos de madera, entre nubes de polvo y cucarachas. El sonido, símilcadenas quebrándose, símil monedas cayendo a una plancha de hierro, símil espadasrebatiéndose a muerte, símil reino de metal en medio de un terremoto, el sonidoestaba en todas las cosas, existía en cada una de las mil casas que crecían en la cabezade Raúl. 

―No hay nadie.

En el bosque de puertas y monedas cayendo apareció un sonido irregular, unsonido con significados, un sonido de letras y palabras, "no hay nadie", ¿Dónde nohay nadie? ¿Esos signos lingüísticos de dónde provenían?

―No hay nadie señor, hace meses que no hay nadie. 

Raúl se descolocó, alguien le tocaba el hombro de forma insistente. 

―Hace meses que se llevaron todo y se fueron, la casa está vacía, no hay nadieahí ―pronunció un sujeto bajo, regordete y con anteojos. Raúl lo miró con desprecioy reproché, lo agarró de la camisa y lo acercó a su cara. 

―¿Qué me sacás del trance, bigote? ―le dijo apretando los dientes. El sujetoabrió los ojos de asombro, no entendía lo que estaba sucediendo, intentó decir algopero Raúl lo interrumpió. 

―¡Te voy a recontra cagar a trompadas! ¿Me entendiste pelotudo? ―le gritótirándolo contra el piso. El sujeto cayó y se salieron los anteojos rompiéndose contrael cordón de la vereda. El sujeto estaba desorientado, sólo quería entender qué es loque estaba pasando. Raúl le dio una patada en las bolas tan fuerte que vio lasestrellas. Agudo era el dolor, destruidas estaban sus pelotas. En el suelo sólo percibióque Raúl se le subió encima y le empezó a dar trompadas en la cara, vio sangre y sedesmayó. Ahora se encontraba en un mejor lugar, una piscina llena de preservativosinflados como globos, había de todos colores, texturas, tamaños, olores y sabores. Élestaba de bikini con el pequeño miembro viril erecto, tenía una manzana en la boca,atada con cintas de cuero. Era feliz y no sentía dolor. Una babosa voladora le empezóa chupar los labios entre la manzana, el dolor en los testículos volvió con todo, abriólos ojos, sentía olor a sangre, veía borroso, distinguió a Raúl, que le estaba haciendorespiración boca a boca.

Cuando Raúl vio que abrió los ojos, le empezó a dar cachetadas y azamarrearlo como para que se despierte aún más.

―¡Salí del trance forro! ¿Qué te pensás que vas a sacarme a mí para entrarvos? ¡Estás equivocado macho! ¡Dale! ¡Dale gil! ¡Despertate! ―le gritaba en la cara alsujeto, mientras le llenaba la cara de saliva que se mezclaba con su sangre. El sujetoempezó a conculsionar, Raúl vio como sus ojos se le pusieron blancos y su...¡Plaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaff!

El pelotazo le dio en medio de la cara. Gonzalo cayó hacia atrás y la pelotaentró. Gol.

La hinchada del barrio ardió en gritos de festejos, y en silbidos de repudio. 

―¿Qué te pasó Gonzalito? ¿Sos boludo o te hacés?

―Me re colgué gordo, disculpá, estaba re viajando.

―Sí, sí, te vimos todos con cara de goma mirando hacia la nada cundo lapelota te reventó la cara. Gol en contra Gonzalito, gol en contra. 

Gonzalo se tocó la cara y tenía sangre, estaba algo mareado, pero eso no leinteresaba tanto, tampoco el partido y ni nadie de su entorno, solo quería saber quehabrá pasado con Raúl y el sujeto después de ser interrumpido por ese pelotazo.Intuyo que terminaron a los besos, pensó, y volvió al arco sin lavarse la cara. 

Relatos ganadores de retosWhere stories live. Discover now