Los cimientos del 118

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-¡Hoy va a ser un gran día!

Con estas palabras Buck entró en el  parque de bomberos, su segundo hogar, aquella mañana de octubre con la mochila al hombro y saludando a los novatos y compañeros con los que se iba cruzando.

-¡Buck!

Tanto Hen como Chim, quienes revisaban el equipo médico para el servicio, lo fulminan con la mirada. Todos sabían dentro del 118 que aquel tipo de mensaje atraía la mala suerte sobre ellos. Buck levantó las manos en señal de paz.

-Vamos, chicos, sólo estamos a mitad de semana, ese ánimo.

La alarma comenzó a sonar con violencia sobre sus cabezas al tiempo que Bobby se asoma por la terraza superior y los busca con la mirada.

-Buck, cambiate. Salimos en cinco minutos.

-A la orden, capi.

En cinco minutos, el parque completo se organizó para dejar salir el camión del capitán, con su equipo a bordo, cada uno ocupando su posición. El único que no parecía animado, era Eddie, quien bostezaba a cada rato.

-¿No duermes bien o qué?

Chim y Hen interrogan a Eddie mientras Buck se escribe con Taylor.

"B: ¿Esta noche vienes a cenar?

T: Pasaré por casa a verte.

B: ¿Y te quedas a dormir?

T: Luego hablamos, Evan."

Buck se encoge de hombros al tiempo que se incorporaba a la conversación de Eddie.

-Es Chris. Desde lo de Ana está algo más... rebelde.

-¿En qué sentido?

-Me protesta, no se termina la comida, se duerme tarde o me ignora.

-Supongo que no le ha sentado bien perder a Ana.

Hen trataba de consolar a Eddie, sin embargo Buck fruncía el ceño. Ese no es el Chris que él conoce.

-Está cansado de que las personas vayan y vengan por su vida. Es sólo eso.

Eddie se frota las sienes mirando por la ventana.

-Quizás deba hacerle una visita. Una noche de chicos, juegos...

-Se supone que debo castigarlo por mal comportamiento, Buck, no dejarle comer helado y jugar hasta tarde.

Buck rueda los ojos. Eddie en modo padre es incluso más orgulloso que el crío. 

Finalmente llegan a la llamada, y se ocupan de ella el resto del día, en el que todos se concentran en el trabajo. Sin embargo, la mosca tras la oreja no deja a Buck tranquilo en todo el día. Incluso cuando todos se despiden, y cada uno vuelve a casa. Incluso cuando Taylor llega a casa y sienta a Buck en el sofá. Incluso cuando recoge sus cosas y se marcha dejando a un Buck herido y triste. Incluso la mosca continúa ahí, cuando Eddie abre la puerta y se encuentra a Buck allí, con una mochila y los ojos rojos.

-¿Puedo pasar la noche aquí?

Bad Day Face - Buck and Eddie Endgame (Buddie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora