IV. Lo que hay que hacer

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Al despertar, la escena era otra totalmente distinta. Buck estaba boca abajo, un brazo colgando fuera de la cama. Podía sentir aún la mano ajena sobre su espalda, pero sentía como Eddie miraba al techo, dormido y destapado.

Lo que despertó al bombero rubio no fue otra cosa que una vocecilla angelical que le miraba desde la mesita de noche.

—Roncas, muy, fuerte.

—E-ey, colega.

Emite un sonoro bostezo estirándose y se frota un ojo, antes de percatarse que Chris podía llevar tranquilamente un par de horas ahí. ¿No habían oído sus muletas?

—¿Has desayunado?

Chris negó con la cabeza y Buck se levantó bostezando. Agarró al enano y lo llevó consigo a la cocina donde empezó a servir cereales para dos y a hacer café.

—¿Tuvisteis muchos avisos ayer?

Le preguntó el rubio, quién parecía preocupado por algo.

—Bastantes, Chris. El terremoto parece que jugó una mala pasada.

—¿Y hoy...?

Probablemente también tengamos muchos.

—¿Eso significa que te volverás a quedar?

Buck sonríe ingenuo.

—¿Te gusta que me quede?

—Sí. A los dos. Papá llevaba días sin dormir.

El rubio quedó pensativo durante unos segundos, tras lo que decidió acabarse los cereales y beberse la leche, soltando el vol.

—Voy a ser el primero en usar la ducha. Luego tú, y luego Eddie, ¿Eh, colega? Espérame aquí.

Rápidamente se pierde en el interior del baño donde se permite respirar en tranquilidad. Estaba bien en casa de Eddie. Era su mejor amigo, lo hacían todo juntos y se apoyaban. Pero, ¿Por qué sentía que moverse ahora de vuelta a su piso amplio y vacío era como una tarea más pesada que dejar a Taylor?

Entró en la ducha y abrió el agua, momento que comenzó a enjabonarse, pensando en otras cosas.  Cuando acaba, apaga el grifo y toma la toalla, poniendo un pie fuera cuando escucha una voz que abre la puerta y Buck trata de taparse, lo que ocasiona que casi caiga al suelo.

—Eh, Chris, ¿Te queda...? ¡Buck!

—¡Eddie! No quería despertarte pero neces—

Eddie lo miró unos instantes, bastante nervioso antes de salir de nuevo y cerrar la puerta dando un golpe.

—¡La próxima vez avisa!

Buck salió tras él en toalla, tapando toda su cintura y excusándose, con cierto aire divertido.

—Lo siento. Dejé a Chris desayunando y....

—Esta no es tu casa, Buck. Ni lo será. Así que haz el favor de avisar cuando vayas a. . . Eso.

Y sin mirarle, Eddie se fue a la cocina, dejando a un goteante y abrumado Buck en el pasillo, con la sensación por vez primera, de no encajar tampoco en el hogar de los Díaz.

Debía irse. Coger sus cosas y volver a su casa. Tenía cosas que hacer.

Bad Day Face - Buck and Eddie Endgame (Buddie)Where stories live. Discover now