Capítulo 25: Me gusta tocarte✔️

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Advertencia de contenido +18
Este capítulo contiene lenguaje vulgar y situaciones sexuales que puede resultar ofensivo para algunas personas, si no te gusta abstente de leerlo.

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Los labios de Ochaco estaban hinchados, se sentía caliente y agitada. Al separar sus bocas volvían a unirse y después de un rato se dio cuenta que los brazos fuertes la rodeaban.

—Te ves tan bonita. —Izuku se rió en voz baja, besando su mejilla. Una de sus manos recorrió su muslo hasta llegar a sus bragas—. ¿Por qué estás vestida así?

—Q-Quería dormir cómoda. —Sonó sin respiración, más cuando apartó sus bragas y las yemas de sus dedos acariciaron el montículo que sobresalía. La espalda de Ochaco se contraía cada vez sus dedos pasaban por su hendidura.

Deku metió el dedo entre sus pliegues, cada vez que frotaba la hendidura, un líquido viscoso se envolvía entre sus dedos.

—Es cálido y húmedo. Estás muy mojada. —Habló en ese tono secreto y amoroso, cargado de satisfacción—. Por eso Kacchan se volvió loco cuando te chupó. Yo también te habría bebido como loco.

—Ah... —Se tapó la boca intentando no soltar ningún sonido, la sensación de los fríos dedos contra su piel fue tanto extraña como placentera y sus inusuales palabras lascivias la humedecieron aún más—. D-Deku...

—Shh, está bien, Ochaco puede gemir todo lo que quiera. —Gruñó el peliverde con ternura, encontró el vértice entre sus piernas y lo apretó con el pulgar.

Ochaco saltó y se sacudió con una descarga eléctrica.

—Ugh...¡Deku!

Sus pestañas temblaron y se aferró al antebrazo de su novio que se movía al ritmo de la suave masturbación.

—E-Eso es, quiero escucharte toda. —Susurró en su oído con voz pesada, su respiración errática producto de su propia excitación. Izuku colocó su pequeña y redonda carne entre su dedo índice y el dedo del medio y lo frotó.

—Aah...Mm...

La castaña gimió inconscientemente. Se sentía como si estuviera flotando, su carne se sentía mil veces más sensible de lo habitual.

La mano del peliverde que estimuló su clítoris se volvió más rápida. La morena arqueó la espalda. Hubo una fuerte sensación de placer, estaba calienta y ansiosa, como una bomba de tiempo que explotaría en cualquier momento.

—¡Ah! ¡Me vengo!

Su cuerpo se puso rígido, sus muslos temblaron y sintió lejanamente el líquido viscoso que se deslizaba por su entrada. Su cabeza se inclinó hacia atrás y sus piernas cedieron.

—Ah...

Un aliento caliente escapó de sus labios entreabiertos. Sus orbes cafés chocaron con los del pecoso.

El cuerpo de Izuku también se calento ante el propio placer de su novia. Encontró su agujero aún apretando sus dedos y se rió, empujando aún más, las paredes se adhirieron al intruso como si lo devorara por completo. La respiración del muchacho se hizo más pesada.

—Es demasiado estrecho. —Suspiró luciendo abatido—. Pero...siempre me estoy contendiendo con Ochaco, no lo haré más.

Ochaco no lo comprendió hasta después.

La cargo logrando que lo rodeara con sus piernas, la guió a la ventana, presionándola contra el frío de esta.

—D-Deku...tú madre...

—No, está bien. Lo haré en silencio, Ochaco no debe gritar mucho. —Depositó un beso en su nuca y lamió los dedos repletos del flujo pegajoso—. Tan deliciosa.

Ochaco apreció el reflejo. Desde los ojos cargados de ternura y pasión de su novio y como la abrió de par en par, justo para observar el glande que presionó contra su entrada, la punta húmeda y venosa lucia hinchada.

—Mételo... —Tragó saliva sin ocultar su nerviosismo. Su Deku se mostraba seguro y a la ves tímido, justo cuando creyó que retrocedería se hundió hasta la empuñadura. El movimiento inesperado la llevó a toparse con la frialdad de la ventana.

—¡Ah, entró todo! —Gimió soltando un gemido de placer, alzó el trasero con ganas de recibir más de la pecaminosa unión de cuerpos.

—Ugh, es demasiado estrecho. —Deku apretó los dientes y gimió, se echó hacia atrás y volvió a arremeter con un gruñido atrapado en su garganta.

Ochaco se resistió apretándolo con fuerza, su cabello castaño ondeó al ritmo de los movimientos. El pecoso se detuvo y en lugar de salir dibujo círculos lentos con su cadera, cada movimiento destrozó a la chica gravitacional que sollozó de placer.

—Es demasiado...Ah, tan bueno...¡me gusta tanto!

Su voz se transformó en un grito que los labios del peliverde amortiguó en un beso brusco. La carne succionó el eje y el líquido que expulsó se mezcló con los de su amado.

El clímax fue tan inesperado que incluso Izuku se estremeció y al sentir su miembro ser tragado sin piedad la llenó con su simiento.

El encuentro sexual fue rápido y crudo. Los dejó sin aliento.

—También puedo ser rudo... —La voz baja del muchacho fue escuchada por la castaña. Ella rodeó su cuello y ambos cayeron en la cama aún jadeantes.

Las mejillas del pecoso se sonrojaron cuando cayó en cuenta como actuó.

—¿No fui brusco, verdad? ¡Estoy loco! ¡No debí ser tan duro! —El cansancio del muchacho se desvaneció y el pánico lo invadió, tomó el rostro de la morena entre sus manos—. ¿Te duele? ¿Fue muy cruel? ¿Ochaco está enojada?

Ochaco cubrió su boca antes que hiciera más ruido. Temía que pudieran despertar a Inko.

—No, me gustó mucho el lado inusual de Deku, me gusta todos los diferentes aspectos. —Admitió besándolo.

Finalmente se calmó y la abrazó.

—Que bueno. —Suspiró—. Creí que el esfuerzo de estas últimas semanas no funcionarían. Investigue mucho para hacer esto, decidí dedicarme a poder complacerte aún más, Ochaco merece lo mejor y no quería quedarme atrás.

Ella se conmovió.

—¿Por eso actuabas tan raro? —Interrogó asombrada—. Pero Deku, no importa eso, sea como seas me gusta mientras seas tú mismo. Lo disfruté mucho y nunca dudes, no te quedes atrás. Tanto Deku como Bakugo y Shoto son importantes para mi.

Fue en ese momento que el pecoso se dio cuenta que en lugar de apoyarse en la azabache y ser honesto se reprimió. Hoy pudo entenderlo.

Se sintió cómodo y sobre todo feliz.

Sonrió y beso el rostro de su novia, sus dedos ubicaron la entrada donde aún salía jugos de ambos.

Esa noche Deku la hizo suya hasta que salió el sol.

Una novia para tres Donde viven las historias. Descúbrelo ahora