𝐎𝐧𝐥𝐲 𝐌𝐢𝐧𝐞 | 𝐈𝐧𝐭𝐞𝐧𝐚𝐛𝐨

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[ Gustabo García ]

Nuevamente la alarma interrumpió mi sueño, la apague y me levanté para ir al baño, hice mis necesidades, salí a la cocina escuchando unos ruidos que provenían de la habitación de Horacio, me acerque a la puerta viendo cómo guardaba sus cosas en cajas, entre a su habitación.

- ¿Pero que haces? - le pregunté sentandome en la cama.

- Gus...conseguí un piso algo cerca de aquí, me mudare.

Sabía que no podía impedir que se fuera por lo que solo asenti y salí de la habitación, siempre habíamos estado juntos pero creo que era lo mejor para los dos, prepare un café y fui a mi habitación, me cambie para volver a salir a la cocina, al terminar el café deje la taza en el fregadero y me acerque a Horacio quien estaba sacando cajas.

- Quédate el coche, te servirá más a ti.

- Vendré por ti todos los días para irnos a comisaría, te voy a extrañar hermano...

- Yo también pero no seguiremos viendo casi todos los días, vamos te ayudo a subir las cajas.

Tome algunas cajas para bajar hasta el coche y subirlas, dimos una vuelta más para ya tener todas dentro, Horacio era muy sentimental, me dió un abrazo algo fuerte de despedida para subirse al coche e irse a su nuevo piso.

Tome un taxi que me llevo hasta comisaría, hoy descansaba Horacio y creo que por eso aprovecho para pasar sus cosas, fui a vestuarios, me cambié y entre a servicio.

Ya había pasado una semana de que había salido a cenar con Conway, todo seguía normal aunque algunas veces mis coqueteos exageraban y no me molesta, eso sí, lo veía más tenso, no quería contarme el porque pero sabía que esa maldita zorra tenía algo que ver.

Subí a su despacho para darle los buenos días, al entrar ví a Julia pegandosele como gata en celo, muy bien, listos, cámara, acción.

Cerré la puerta de un golpe para que esa mujer se diera cuenta de mi presencia, cuando se volteo rápidamente me desplome en el suelo simulando un desmayo.

- ¡Joder Gustabo! - sentí como se acercó Conway - ¿Estas bien? Despierta.

Me puse modo tieso.

- Lo llevaré a un hospital - sentí como me tomo en brazos.

- Dile a tus agentes que lo lleven, nosotros estamos ocupados - esa voz la detestaba.

- No, tu te metiste a mi despacho para pedirme que te follara, entiende que no quiero joder!

Válgame dios, entonces por eso estaba tan de mal humor, la zorra le había estado pidiendo que le profanara el coño, joder que asco.

- Pero...

- No, ahora tu cállate.

Empezo a caminar, cuando sentí que bajaba las escaleras le abrace el cuello dandole un beso en la boca pegándole un leve susto.

- No me jodas que estás bien.

- Claro que estoy bien, y de nada.