Capítulo Once [11]

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  Se acercaron, pero sólo era un extraño objeto con una textura similar al conejo. Prosiguieron con la angustia a tope de que los encontraran, recorrieron la zona y el bosque que había a unos cuántos metros del local, dónde creyeron que capaz estaba.

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  Dos horas después, aún seguían buscando, William se había comido casi toda la comida por lo nervioso que estaba y le causaba hambre.

  T/N estaba callada, concentrada en tratar de que no se le escapara algún detalle que le diera una pista de Springtrap, hasta que vio una cosa peculiar, metálico con algo que se veía rojo, cómo si fuera sangre seca. Iba a adentrarse más en el bosque para ver que era pero el chico no la dejaba, decía que era peligroso pero ella fue mientras él alumbraba con su linterna. 

  Se acercó lentamente pero paró porque el chico en un intento de alcanzarla tropezó y cayó, quiso volver y ayudarlo, pero algo crujió detrás de ellos, él apuntó inmediatamente con su linterna aún desde el piso, pero no vieron nada.

  Este mismo se levantó velozmente por vergüenza, y fue rápidamente hacia ella, que no sabía si mantener su seriedad o reír, aunque él ya estaba detrás del árbol dónde se veía esa sospechosa marca de sangre sobre algo verde que precisamente no era algo natural, pese al miedo que tenía, alumbró más rápido que T/N, ahí estaba lo que tanto estaban buscando. 

  Un gran conejo, quién sabe desde cuándo se encuentra desmayado, si es que a un animatrónico se le puede considerar así, se le veía afectado por el incendio ya que tenía partes a las que el fuego había alcanzado a tocar, pero nada grave, viendo el estado en el que ya estaba.

  Sin tardar trataron de levantar a la pesada máquina pero no pudieron así que William, para no arrastrar al juguete gigante y desmayado, trajo un engarilla y lo colocaron ahí, llegaron a la camioneta, con mucho esfuerzo y cuidado, lo metieron atrás y lo taparon con grandes mantas para no levantar sospechas.

  Llegaron un tanto rápido a su casa, tenían que entrar sigilosamente si o si, ya que tenían una vecina muy chismosa que al más mínimo ruido que escuchara provenir del exterior se levantaba, y después toda la zona se enteraba de lo que pasaba.

  Ambos bajaron muy despacio, tratando de que los mecanismos del conejo no provocaran tanto ruido, entraron en la casa y lo recostaron en el sofá de la sala principal, T/N se quedó adentro a ordenar todo lo que se habían llevado y limpiar un poco todas las bolsas de las frituras que William se comió mientras este mismo salía para estacionar bien la camioneta y llevar el último bolso que habían llevado de manera exagerada pero mejor era prevenir que lamentar. 

  Este último, con su tarea ya terminada, se disponía a regresar tranquilamente a su casa, pero la voz tranquila y dulce de una señora lo detuvo, para su desgracia era esa señora, la señora Nosborn, quién su hijo había echado de una manera un poco cruel, no la quería, pero William educadamente la saludó y le deseó unas buenas noches, a lo que la anciana devolvió el gesto. 

  Mientras, la joven dentro de casa se disponía a aprovechar la buena iluminación y ver más detenidamente a aquel conejo robótico diabólico, color verde opaco y muy pero muy desgastado, por el tiempo y por muchas cosas más, agregando ese olor peculiar, que era muy similar a la carne con humedad, no era desagradable, pero tampoco era normal.

  El chico entró y se dirigió hacia ella para también admirar a aquel conejo perturbante que descansaba sobre el sofá, y confirmó que entre más lo miraba, más desconfiaba y se arrepentía de todo, se preguntaba, ¿Cómo podía asegurar que esa cosa no se iba a despertar e intentaría matarlos?, ¿Qué le aseguraba que no iba a destruirles la casa o amenazarlos?, no se podía esperar nada bueno de él. Mientras que por otro lado, en la cabeza de ella, sólo pensaba en, ¿Qué llevó a esa persona a terminar así?, ¿Qué motivos y que circunstancias lo llevaron a hacer lo que hizo para llegar dónde está?, capaz fueron cosas que no beneficiaron a nadie, o quizás cosas malas. 

  Un sentimiento de arrepentimiento invadió por completo a T/N, ¿Había sido una buena idea traerlo al único lugar seguro que tenían ellos?, ¿Realmente valía la pena ignorar el trauma de no tener amigos solamente para arriesgarse por un conejo animatrónico gigante de quién ni siquiera sabía su pasado o su nombre real? 

  William observó curioso la mirada perdida de ella, ya que seguro la apariencia de Mr. Conejo Gigante cambiaba mucho cuándo había más iluminación y no era más tranquilizante que digamos. Decidió no pensar tanto en eso, y le dijo que fueran a descansar.

  Pero ella quedó en silencio y miró a este último muy confundida. – Se sincero, ¿Fue muy mala idea traerlo?–.

  Este la miró y sonrió. – Fue una pésima idea, pero yo también formé parte de esta, asi que es peor todavía–. Hizo una pausa al ver la cara de culpa de la chica. – Pero aunque él no es de fiar, no hizo nada desde el principio, sospecho de él, pero mientras demuestre que podemos confiar, no te sientas culpable, eres amable–. Y la abrazó para calmarla. –¿Vamos a dormir?–.

  Aceptó y ambos se acostaron inquietos pero pese a los pensamientos, el cansancio de ambos les ganó. En la mañana resolverían las cosas. 

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935~

Realidades alternas (Springtrap/William Afton)Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin