Capítulo Diecisiete [17]

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– ¿No creés que sea verdad que quieran matarlo?, ¿O venderlo?, está muy dañado para que puedan subastarlo por mucho–. T/N le dio un golpe en el brazo por el comentario del cabeza de hongo.

– NO es que no valga nada porque esté dañado o viejo, vale mucho, ¿De dónde se consigue un gran muñeco robot que tiene conciencia propia, entiende perfectamente más de dos idiomas y no es una inteligencia artificial?, hay mucha gente que lo vendería o compraría por millones–. Dijo frustrada la joven que se encontraba sentada en el sofá sobandose la sien en señal de que esto le estaba dando un gran dolor de cabeza.

– Tenés razón, pero por lo que he visto, siempre tratan de arreglar o reparar algo lo mejor posible antes de ponerlo a la venta, Springtrap es como un juguete y una persona a la vez, algo querrán limpiarle o agregarle, tal vez podamos ver como llegar antes de que eso suceda–. Explicó este, fantaseando un poco de tantas películas de acción que se habia aprendido de memoria. – Llamaré a Cade, tal vez tenga alguna buena noticia–.

  Este sacó su teléfono esperando que el otro chico respondiera lo antes posible, esto era de vida o muerte, mejor de muerte y más muerte si hablamos de un muñeco poseído.

– Hola!, ¿Cade?, ¿Estás ahí?, ¿Llamo en un mal momento?–. Preguntó rápidamente en cuánto supo que contestaron la otra línea.

– ¿William?, si, estaba prestando atención a que Peter no se durmiera–. Dijo sereno.

– Bien, ¿Tienes algo más sobre el Presidente Richard?–.

– Si, justo iba a llamarte, porque me habían dado unas tremendas ganas de ir al baño, no sabía si me había hecho mal el café con leche que me tomé antes de venir a trabajar, o el pastel de chocolate con té helado que estaba comiendo–. El cabeza de hongo lo interrumpió.

– Si, ya vi que algo te hizo mal, pero necesito algo más importante–. Soltó un poco desesperado.

– Perdón, a lo que voy, es que cuando fui al baño, ¿Viste que la oficina del Vicepresidente está pegada a los baños?, bueno, justo cuando crucé la puerta, lo escuché hablar rápidamente, parecía que tenía una papa en la boca–. Pausó para tomar agua. – Bueno, salió corriendo, dejando todo desordenado, ¿Viste como es él?, dejó la puerta de su oficina sin llave con la luz prendida–.

– Ajá, supongo que entraste pero tomando la preocupación de que no te hayan visto–. Dijo esperando una afirmación por parte del otro chico.

– Ehhh si, la cosa es que entré y vi que en su escritorio había una gran hoja aplastada por uno de los cajones, lo saqué y vi que era el mapa de nuestro pueblo, cuidad mejor dicho, había una localización marcada con un círculo rojo y un punto rojo para especificar más–. Lo volvió a interrumpir.

– ¿Lo memorisaste o al menos le sacaste foto?–.

– Si galán, ahora deja de interrumpir, tenía la frase "Punto de encuentro", la cosa es que no tengo buen Internet para pasarte la foto, así que te conviene venir directo a la empresa para mostrartela, aunque de todos modos ya estoy buscando el nombre o número de la casa o lugar que está marcado–. William un poco nervioso aceptó y colgó.

  Este miró a la chica, quién ya iba a tomarse su segundo té, pero la detuvo.

– T/N, abrigate, tenemos que ir a la empresa ahora–. Asintió y ambos se abrigaron rápidamente, era verdad que no pensaban salir nuevamente pero tenían que ir.

  Al ir en camino, él quería aliviar un poco el ambiente.

– Tengo una idea, cuando lleguemos a la empresa y hablemos con Cade, necesito que mantengas tu calma, debemos reunir la mayor cantidad de información posible, ¿Sabés?–. Ella asintió y sabía que ahora sí podía controlarse, quería saber porque todo esto pasaba, ¿Tenían tan mala suerte de tener un jefe que los odie tanto como para hacerles eso?, capaz si, pero quería tener pruebas de ello.

  Llegaron y William llamó al chico, para que la entrada de ellos no se registrada en el historial de la empresa. Salió y en cuánto vio que la chica de sus sueños estaba también ahí, su cara se tornó de un rojo carmesí aunque trataba de disimular hablando sereno.

– ¿Qué se les ofrece dama y caballero?–. Preguntó en broma. William sonrió de lado y metió a ambos del brazo al edificio, hacia frío.

– Necesitamos la foto y saber dónde se ha ido el el señor Ladon–. Dijo sin muchas vueltas.

– Está bien Señor Cabeza de Hongo, hay que ir a mi escritorio–. El trío se dirigió a la gran sala de computadoras dónde sus demás compañeros de trabajo estaban. Algunos los saludaron y otros los miraron confundidos, pero nada alarmante. – Esta es la dirección, y T/N, esta es la foto–. Él chico trataba de no mirarla mientras pasaba la foto por Bluethooth, mientras el otro anotaba la dirección en su teléfono.

  Al terminar, el dúo decidió irse rápidamente sin antes darle las gracias al amable chico y tratar de que los mantuviera al tanto sí algo nuevo aparecía.

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860~

Realidades alternas (Springtrap/William Afton)Where stories live. Discover now