Realidades alternas (Springtrap/William Afton)

Capítulo Veintiocho [28]

– Qué te importa!, no necesito saber nada más que cómo salir de aquí–. Dijo irritado, moviéndose finjiendo ceder ante la fuerza de los cintos que lo mantenían amarrado a la camilla.

  Aarón lo miró con una ceja levantada, un poco decepcionado de esa actitud, si sus anteriores dueños alegaban tanto que era un asesino sin sentimientos, egocéntrico, incapaz de demostrar otra emoción que no sea la de placer por matar, no era lo que observaba en estos momentos.

  Solo veía un conejo robot enojado como si fuera un niño, intentando escapar pese a la afirmación de que no podría.

– Señor Afton, no necesita comportarse así conmigo, mi única intención con usted es saber como funciona su cuerpo, su alma y tal vez, como regresarlo a la vida–. Trató de convencer a Springtrap, este paró de forcejear y lo miró fijo.

– Mi cuerpo humano ya no volverá–. Le dijo siendo lo más obvio posible. – Y yo sé, todo lo que tengo que saber sobre cómo funciona mi cuerpo–. Finalizó para seguir moviéndose aunque daba uno que otro quejido de dolor, como siempre lo hacía, sabía que esos precintos hubiesen cedido desde el momento que despertó, pero se sentía tan extraño y raro que ni siquiera hacía el intento de romperlos realmente.

– No lo entiendo, si usted tanto sabe como funciona el traje y su cuerpo, ¿Por qué no ha podido escapar de él?, crear uno nuevo, tal vez menos doloroso y deplorable–. A lo que no obtuvo respuesta por parte del conejo, este no estaba dispuesto a hablar sino iba a obtener ningún dato de como salir de ahí. – Bien, le daré un tiempo más, para que piense mejor la situación, no quiero pensar que perdí mi tiempo en un producto que ni siquiera puede darme información por si mismo–. Terminó por decir, comenzando a irritarse. Subió las escaleras hacia el piso de arriba para tomar un poco de aire.

  Pensaba en si había válido la pena todo el esfuerzo de conseguirlo, no es que se echaba atrás al primer intento, no tenía ningún tipo de paciencia cuando se trataba de interrogar a las personas, por eso su padre lo presionaba tanto al independizarse con su trabajo.

  Tal vez debía ser más perseverante, lograría mucho si lo hacía. A lo que decidió volver adentro.

  A decir verdad, sabía que desde hacía algunos meses, muchos hombres poderosos estaban en busca de William Afton, porque sabían de su empresa de robótica, y más por que él también era un animatrónico.

  Sabía que tarde o temprano Fazbear caería, ya que sus representantes eran tan tontos como un niño, pero demasiado ambiciosos. Aunque nunca creyó presenciar la muerte de uno de ellos. Lo que sí sabía era que había un pequeño grupo de empleados que estaban involucrados con el muñeco, suponía que también estaban muertos.

– Oye!, si me sueltas, te diré todo lo que necesitas saber–. Gritó Springtrap desde el subsuelo al oírlo bajar por las escaleras.

– Bien dicho Señor Afton, pero no es una buena propuesta si usted no tiene intenciones de entablar una conversación conmigo–. Dijo sonriente, poco a poco caía.

  Ambos se mantuvieron en silencio, Aarón lo miraba cruzado de brazos mientras se recargaba en el marco de la puerta.

– Bien, presentate, dime quién eres–. Lo miró de reojo forzandose a entablar esa conversación. Le irritaba ver cómo el chico creía que su retorcida mente caería en un juego tan de principiante.

  El otro sonrió de lado. Veía la versión de un asesino de la que no había registro.

– Soy Aarón Chen, hijo del famoso cazador de objetos malditos Asher Chen, si te preguntas que tiene que ver eso, es que, gracias a ese famoso empresario estás aquí, para que yo pueda seguir sus pasos–. Decía mientras acomodaba una silla cerca de la camilla, y se cruzaba de piernas.

–Un niño mimado–. Lo miró irónico, nunca había oído hablar de ese tal Asher, pero viendo que se perdió tanto cuando estaba inconsciente, no tendría que sorprenderlo.

  Por parte del chico, lo miró ofendido, no pretendía ser mimado cuando su padre quería cumplir sus caprichos.

– Y dime, Señor Afton, ¿Cómo terminó ahí?, porque viendo el resultado, supongo que no fue lo más delicado posible–. Colocó su mano en su mentón pensando. – Debió perder varias partes de su cuerpo al morir, ¿Perdió su pene?–. El conejo abrió sus ojos hasta el límite, sorprendido por la pregunta, ¿No era obvio?

– ES OBVIO QUE SI, MI CUERPO FUE MUTILADO EN CASI TODA SU TOTALIDAD–. Gritó irritado a lo que su acompañante rió fuertemente por su reacción.

– Calmese, preguntaba en broma, aunque quisiera saber si la mutilación y aplastamiento fue tan doloroso como se ve–.

–Lo fue, desde el primer momento, hasta ahora y en un futuro cuando logre salir de este insignificante y horrible traje–.

– Me impresiona su esperanza, lo admiro bastante por tener ese objetivo claro, aunque quiero saber nuevamente, ¿Cómo terminó así?–. A lo que fue interrumpido por el robot.

– No te lo diré, si no me sueltas, no tengo lengua–. Aarón lo miró con una ceja levantada, que caprichoso era.

– Bien, te soltaré pero que quede claro, si intentas matarme o si lo logras, de todos modos no saldrás de aquí, estás atrapado en una habitación aprueba de todo, con contraseñas que solo yo se, así que usted sabrá que decisión tomar–. Springtrap se mantuvo en silencio controlando sus impulsos miéntras era liberado de la camilla.

  Se mantuvo parado e inmóvil frente al chico esperando que este hablara, pero no lo hizo, dando a entender que él por si solo debía explicarle todo.

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