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Tres días habían pasado del susto de su vida, un susto que pudo ser su muerte y el aún no hablaba con su héroe para darle las gracias, el casero se negó a darle información sobre el chico, asegurando que había un ley para proteger sus datos personales (ley que existe pero el joven Iida ignoraba).

Decir que estaba desesperado era poco, aunque no lo conociera y jamás vio su rostro, la voz ligeramente aguda de ese chico le carcomía el cerebro, sus neuronas se concentran en esos pocos y preciosos segundos donde tuvo la dicha de escucharla.

La voz de un angel, esa era su descripción sobre la voz del chico del balcón, si le preguntabas sobre ello te respondería con una sonrisa melancólica que un bello angel lo salvó un día inesperado...

Y así de inesperada fue su ida.

𝙀𝙡 𝘾𝙝𝙞𝙘𝙤 𝘿𝙚𝙡 𝘽𝙖𝙡𝙘𝙤́𝙣/Iideku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora