𝚄𝚗𝚊 𝚙𝚊𝚛𝚝𝚎 𝚍𝚎 𝚖𝚒.

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En la sala de espera, se encontraba _____ Hanagaki junto a su amigo. Trataba de mantenerse tranquila mientras comía unas galletas, cortesía de Baji, que insistía en que debía comer algo. Ahora, aunque tenía miedo, no pensaba tanto en los resultados, Baji hacía que lo olvidara mientras hablaban de cualquier cosa. Lo único que le preocupaba era que debía hacerse una ecografía, era un requisito para poder realizar la intervención. Y honestamente, no estaba lista para eso. No podría ver a ese bebé, no quería porque sabía que dolería más saber que tenía que despedirse.

— Hanagaki. Sus resultados están listos, puede pasar. — la voz de la enfermera saco a los jóvenes de su conversación. Baji le sonrió a su amiga y tomo su mano para acompañarla al consultorio, un pequeño gesto para calmarla.

Ahora no habría dudas, los resultados estaban listos y estos no podían fallar. Aunque en el fondo, ya sabía la respuesta.
Sus pensamientos se interrumpieron cuando el doctor entro al consultorio con el sobre en la mano.

— Señorita Hanagaki, ¿está lista? — sonrió con ternura el medico. Le daba pena la situación de la chica, parecía muy asustada. La joven solo asintió en respuesta, ansiosa por saber el resultado. — Bien, vamos a ver. — dijo abriendo el sobre para comenzar a leer. — Tienes las defensas algo bajas. ¿Has estado alimentándote bien?

— Si, lo intento, aunque tengo poco tiempo para hacerlo. ¿Hay algo malo?

— Señorita, deberá mejorar eso y darse tiempo, es importante para su salud y la de su hijo. — sonrió el doctor por la cara de sorpresa de la chica. — Es positivo, están esperando un bebé. Felicitaciones.

No entendía porque las manos le temblaban, ella ya conocía la respuesta, solo se había negado a aceptarlo. Pero ya no podía huir de eso, ahora solo quedaba solucionarlo.

— Es... Es genial. — sonrió la chica volteando a ver la cara de confusión de su amigo. — voy a- trataré de mejorar las comidas. — una vez más fingía, odiaba que sintiesen pena. Nadie sabría lo mala que era la situación.

— Bien, le escribiré una nueva dieta. Cómo sabrá su bebé estará tomando todos los nutrientes de su cuerpo, y necesitará alimentarse apropiadamente. Esto es muy importante porque no solo pone en riesgo la salud de su bebé, sinó también la suya. — sonrió el hombre mientras escribía en su registro.

— Entiendo, lo haré. Y disculpe, ¿Cuando puedo realizarme una ecografía?

— Si quiere, podemos hacerlo ahora. ¿Está emocionada por conocer a su bebé? — río el médico. — Puede pasar detrás de la cortina, mientras prepararé las cosas. El señor puede acompañarla sí gusta. — dijo viendo a Baji, que cada segundo parecía más confundido.

— ¿Cree que soy el padre? — susurró Baji recibiendo un golpe por parte de su amiga.

Desde el momento que el doctor había colocado el frío gel sobre su abdomen, _____ se había dispuesto a contar todos los azulejos del techo del consultorio

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Desde el momento que el doctor había colocado el frío gel sobre su abdomen, _____ se había dispuesto a contar todos los azulejos del techo del consultorio. Se negaba a ver la pantalla, conocer a su bebé era algo que no podía permitirse. No ahora, que ya había decidido deshacerse de el.
Baji, en cambio, observaba aburrido la pantalla que solo mostraba formas extrañas, ¿Eso se suponía que era un bebé?

— Oh, está aquí. Vean. — el médico señaló la pantalla, llamando la atención de Baji que esperaba ver algo por fin. — Esto es su cabeza, y aquí podemos ver sus brazos. — sonrió volteando a ver a la chica. Está solo veía el techo, su mirada volviéndose borrosa por las las lágrimas que empezaban a acumularse.

— Se ve raro y muy pequeño. — soltó Baji causando la risa del doctor.

— Apenas tiene 10 semanas, es normal. Ahora mismo mide 4 centímetros aproximadamente. En las siguientes ecografías podrá verse mejor.  — volvió la vista a la pantalla buscando algo. — Al parecer está muy saludable. ¿Les gustaría oír su corazón? — soltó volviendo a ver a la joven, quién ya se encontraba llorando.

La mano en su hombro hizo voltear a la chica, quien se encontró con la sonrisa de su amigo, este le daba fuerzas. La chica se seco algunas lágrimas y volteo con el doctor. — Si, por favor. — respondió la joven. Sabía que era una mala idea, pero la curiosidad era más fuerte. No podía evitar lo que sentía, quería a ese niño que apenas conocía. Ya podía imaginar a un bebé, con su cabello o tal vez sus ojos, durmiendo tranquilo en sus brazos.

Entonces el sonido de unos rápidos y fuertes latidos la sacaron de su trance, dejándola boquiabierta. Su vista fue a la pantalla, y ahí estaba, lo veía, lo oía, la presencia del pequeño ser que llevaba dentro estaba por todos lados. Era su hijo, y aún así, no podría conocerlo. Soltó un sollozo y los brazos de su mejor amigo la recibieron al instante. ¿Por que tenía que ser tan difícil?

Con una mirada, Baji le pidió al médico que los dejara solos un momento. Una vez el médico se fue, regresó la vista a su amiga. — _____, sabes que lo que decidas está bien. — susurró el pelinegro acariciando el cabello de su amiga. — _____, piensa bien que es lo que quieres. Te prometo que lo que decidas, saldremos adelante. — habían demasiados problemas, eso nadie se lo sacaría de la cabeza a la joven, todo era complicado. ¿Cómo decidir entre lo que es mejor y lo que quieres? — _____, ¿Qué es lo que tú quieres? Deja de pensar en el futuro, piensa ahora, ¿Qué te haría sentir mejor ahora?

No era tan fácil pero, se dejo llevar por las palabras de su amigo. Volvía a imaginar a un bebé muy pequeño en sus brazos, ¿qué se sentiría cargarlo? ¿Se parecería a ella o a su familia? Conociéndose, el bebé seguro adoptaría muchas cosas de su personalidad. Seria un poco orgulloso y malhumorado, pero seguro también sería demasiado tierno, solo esperaba que no adoptase su hábito de llorar cuando las cosas le superaban. 
Era claro lo que quería. — Kei, amo a este bebé. Quiero tener a mí hijo. — murmuró la joven sonriendo.

— Y lo tendrás, iremos hasta el final con ésto. Sabes que puedes contar conmigo — dijo Baji acariciando el cabello de su amiga. — Además, necesitará un tío que le enseñe a pelear y no hay nadie mejor que yo. — río el joven contagiando a su amiga.

— Va a ser una locura cuidar a dos niños. — dijo la chica en tono de burla. — me preocuparía que adopte tu caracter.

Así transcurrió el día tranquilo, ahora la joven tenía una nueva decisión e iba a llegar hasta el final con ella. Solo quedaba otro reto que pasar, algo que era lo más temible para ella.
Dar la noticia de su embarazo era algo aterrador para algunas pero, darle la noticia a tu hermano mayor, podía superar cualquier película de terror.
Tadashi Hanagaki, podía parecer muy calmado pero, aún así, se había ganado el respeto y temor de sus amigos, y de casi toda la pandilla. Nadie podría adivinar cómo reaccionaría al enterarse de el embarazo de su hermanita.



ᴘᴇǫᴜᴇɴ̃ᴏ ᴘʀᴏʙʟᴇᴍᴀ r.k (draken)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora