𝚀𝚞𝚒𝚎𝚋𝚛𝚎.

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10:30 PM.

Cada calle en Saitama había sido recorrida, pero los niños parecían haberse esfumado. Por mucho que preguntaron, nadie los había visto, no había ninguna huella.
La busqueda se expandió por toda la ciudad de Saitama, dirigiéndose al distrito de Minami, dónde vivían los Hanagaki, con la esperanza de que Takeo hubiese vuelto a casa. Pero su hogar estaba vacío y su cuarto seguía como en la mañana.

La policía había sido notificada, pero no parecían muy interesados en encontrar a los niños. Por mucho que dijeran que estaban buscando, eso era más una mentira. Nadie los había visto moverse mientras motocicletas y autos de sus amigos recorrían cada lugar posible. Aunque tal vez eso tenía que ver con los involucrados, el apellido de Luxury resonaba para ellos, nadie se metería donde la mafia estaba metida.

Adentro de la casa Hanagaki solo podía escucharse el llanto de la madre. Baji no quiso entrar allí, no podía verla ahora. ¿Cómo lo haría sí por su culpa su hijo había escapado? Cada sollozo lograba lastimarlo más. Dolía porque no sabía como arreglar aquello.

Y la angustia de haber perdido a Takeo, quien era como su hijo. Aunque le dijeran que se alejara, era imposible. Ese niño siempre sería parte de su vida y daría lo que sea por protegerlo.

Baji nunca pensó que recurriría a ese tipo, le resultaba insoportable. Jamás perdonaría que hubiese atacado a _______, aun sí ella lo había perdonado, Baji no podía.

Mira quien decidió llamar. — no podía verlo, pero sabía que del otro lado de la línea Sanzu portaba esa sonrisa que tanto odiaba.

— Takeo se perdió. — Baji fue el grano, cuánto antes pudiese dejar de hablar con ese tipo sería mejor.

¿Eso me afecta?

No sabía que fuerza detenía a Baji de buscarlo y matarlo, pero agradecía que pudiese mantener la compostura, necesitaba la ayuda del Akashi.

— Escapó junto con tu hija y la de tu compañero. Así que creo que deberías preocuparte. — gruñó Baji mientras encendía su motocicleta para un nuevo viaje.

Yo sé dónde está mi hija, pero ¿Tu sabes dónde está el tuyo? — rió Haruchiyo mientras escuchaba como Baji poco a poco perdía la paciencia.

— Dime dónde están, Sanzu. No me hagas buscarte, porque-

Tranquilo, te diré, pero no será gratis.

— Eres un hijo de puta.

Arreglaré esto con _______. Ahora escucha. — Haruchiyo hizo una pausa, mientras lo único que se escuchaba eran teclas de una computadora. — Takeo sigue en Omiya. A unas 7 calles al oeste del parque Omiya, hay un edificio negro con cristales tintados en todo el frente, ahí es donde está tu niño. El edificio es propiedad de los Haitani, tendrás suerte sí puedes acercarte ahí-

Baji colgó antes de que terminara, no quería oír más de ese tipo. Rápidamente aceleró en su motocicleta en la dirección que le había indicado.

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ᴘᴇǫᴜᴇɴ̃ᴏ ᴘʀᴏʙʟᴇᴍᴀ r.k (draken)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora