🆄︎𝕟𝕒 𝕔𝕒𝕣𝕒 𝕕𝕚𝕤𝕥𝕚𝕟𝕥𝕒

178 18 13
                                    

¿Cómo olvidar el primer día en que te ví? Lo recuerdo perfectamente, yo tomaba el metro hacia la escuela, tan bien recuerdo el momento, que hasta de la hora me acuerdo.

Eran las 7:00 a.m, yo, como todos los días, abordaba la estación del metro, entre a un vagón rápidamente, hay que ser astuto para poder tener un lugar.

Me senté y de ahí el metro comenzó su recorrido, en la siguiente estación subieron varias personas, entre ellas venías tú, en la bolita de atrás, empujando a los demás para poder pasar, no reconocí tu rostro en ese instante.

No se me hacía extraño, porque no siempre las mismas personas toman las mismas rutas, aunque en lo personal, yo ya se quiénes son los que frecuentan éste horario.

Las personas tomaban asiento, otras se quedaban paradas al no encontrar donde sentarse, una de esas gentes eras tú, debías quedarte parada, pero no por mucho, un chico te miró y casi de inmediato te ofreció su lugar.

«Hubiera deseado ser yo quién te diera mi asiento en ese momento.»

Agradeciste amablemente el gesto, tomaste asiento y luego pusiste tus audífonos, me quedé mirándote un bueno rato, pero volví a la realidad.

Al parecer una señora de avanzada edad notó lo que hacía, se me arrimó diciéndome cosas 

—— El amor a primera vista es el mejor, ¿No lo crees muchacho?.

—— Y-yo no, no me gusta.

—— Eso dices, pero cuando tú vas yo ya vine, he vivido mucho más tiempo que tú.

—— ¿Qu-ué quiere decir, con eso?.

—— Lo descubrirás cuando sea el momento.

Esas palabras me dejaron pensando mucho, un leve sonrojo se formó en mi rostro, lo único que hice fue agachar mi cabeza de la vergüenza que tenía en ese instante, que bueno que no veías u oías nada.

Dos estaciones posteriores me bajé yo, no volví a verte después de eso, o eso pensaba, me apresuré a ir a la escuela, como de costumbre entré al salón, saludé a mis mejores amigos, Nejire y Mirio, los cuales me devolvieron el gesto.

—— Ohayō chicos.

—— ¡Ohayō Tamaki! .—— clamaron.

—— ¿Cómo te encuentras mi querido amigo? .—— cuestionó Mirio.

—— C-como de costumbre, bien, no es que haya pasado algo.

—— Tu tono de voz suena diferente, algo ha de ver ocurrido .—— fue Nejire ésta vez quien habló.

—— N-no es nada, lo, lo juro.

El timbre sonó indicando que las clases habían empezado, me dirigí al salón y por obviedad me senté en mi lugar.

En lo que llegaba el sensei, todos hablaban entre sí, ¿Y yo? Yo tenía mi cabeza contra el pupitre, no era bueno socializando, creo que es muy obvio, en eso Aizawa sensei entró dejando caer fuertemente los libros, nos habló con el tono serio de siempre.

—— Alumnos, presten atención, hoy nos acompaña una nueva estudiante .—— anunció.

—— Mi nombre es ________, gusto en conocerlos a todos .—— hablaste de lo más normal.

«Que bello nombre, queda perfecto en ti.»

Todos nos quedamos callados, me quedé impactado al saber que tú eras aquella chica que cautivó mi atención en el metro, Aizawa sensei indicó un lugar para acomodarte, asentiste y tus lindas piernas se movieron hasta donde te habían dicho.

Tu lugar quedaba cinco asientos delante mío, aunque del otro lado de la fila, claro, yo me sentaba hasta atrás, me da nervios sentarme en frente, las clases pasaron volando, pero supongo que es porque te estaba mirando mucho, mis amigos se percataron de eso, Nejire me mandó un papelito el cual decía, “Con que eso tenías hoy en la mañana”.

Carajo, de nuevo ese color carmesí se apoderó de mis mejillas, contesté ese papel con mi mano temblorosa, “No es verdad lo que dices, ni siquiera la conozco, solo me la encontré en el metro camino aquí, y verla de nuevo me causó sorpresa”, le devolví en papel a Nejire, en cuanto lo leyó lo único que hizo fue sacar una pequeña risa de su rostro, y negar ligeramente.

Por fin las clases acabaron, me levanté de mi asiento, Nejire y Mirio se adelantaron a dejar sus cosas, mientras yo con toda la calma del mundo guardaba las cosas en mi mochila.

Abrí mi locker para dejar algunas libretas y libros, y ¡Oh dios mío! Tu casillero está justo seis a lado mío, mi corazón comenzó a acelerarse, era un sentimiento, inexplicable, solo podía sentir una cosa…

Tenía ganas de vomitar.

¿Enserio? ¿Vómito? No puede ser, pero eso sentía, no sabía cómo expresarme, pido una disculpa por eso, en fin, salí de la escuela junto con el rubio y la peli azul, me despedí de ellos y mi destino era la estación.

De nuevo nuestra rutina monótona, aunque por primera vez puedo decir que no fue del todo aburrida, porque ahí te encontrabas tú, esa sensación de nuevo, ¿Qué será? ¿Debería preguntarle a mamá? Tal vez.

Tu turno de abandonar el tren llegó, no pude evitar soltar un suspiro ante ello, solo unos segundos desapareciste de mi vista y siento que pasaron siglos, y eso que era la primera vez que te veía.

[…]

Saqué mi celular del bolsillo del pantalón y me dispuse a jugar un rato, pasado un tiempo la voz de el metro anunciaba la próxima parada, ahí bajaría yo, así que guarde mi aparato no sin antes volver a visualizar la foto que te había tomado a escondidas.

En mi casa lo primero que hice fue prender mi computadora, pasar tu foto y de ahí imprimirla para pegarla en la puerta de mi clóset, ahora te podré ver todos los días, a todas horas.

🅹︎𝕦𝕖𝕧𝕖𝕤┊𝑻𝒂𝒎𝒂𝒌𝒊 𝑨𝒎𝒂𝒋𝒊𝒌𝒊 Where stories live. Discover now